miércoles, 30 de diciembre de 2015

SIETE CASAS VACÍAS SAMANTA SCHWEBLIN


Hay libros que se leen como si al abrir la primera página entrásemos en una pesadilla y una vez dentro fuese difícil salir de ella. "Siete casas vacías" de Samanta Schweblin [Buenos Aires, 1978] es uno de ellos. El libro pertenece a esa extraña y extraordinaria categoría de los libros de relatos casi perfectos. Prosa fría, horror cotidiano. Ese horror que no necesita monstruos porque el monstruo es el propio ser humano que habita el relato, la historia. Seres egoístas, enfermos, violentos no física sino emocionalmente. Esa madre y esa hija que entran en casas ajenas en "Nada de todo esto"; precioso titulo. Esa mujer que hace listas y espera a la muerte o quien sabe qué, en ese cuento agotador y moroso hasta la extenuación "La respiración cavernaria". Eso es el estilo. Convertir en sórdido y cruel los efectos del daño.Sean cuales sean los efectos del daño. Diseccionar el corazón del ser humano, su tristeza, sus perdidas, su nausea vital. Y todo ello entre la pesadilla y la ensoñación. Más evidente en alguno relatos; por ejemplo "Salir", puede que el que menos me guste del conjunto. Schweblin no se lo pone fácil al lector. Para qué. Los cuentos de la autora argentina te dejan sin respiración, son de una belleza siniestra y narran desde una gélida elegancia esas taras que todos los seres humanos tenemos; defectos de fábrica; el lado oscuro del alma humana. Mi relato favorito es uno que en principio no estaba en el libro, ya que había ganado un premio anterior. Se trata de "Un hombre sin suerte". Un hombre, una niña y unas bragas. Adivinen el tema. Lo repito, lo bello y lo siniestro y esa prosa glacial que penetra poco a poco en el lector hasta llegar a los huesos y transmutarlo en estatua de hielo contemplando una sórdida escena  sacada de alguna de las puertas del infierno. Porque el infierno somos nosotros mismos. Sin remisión.

lunes, 7 de diciembre de 2015

EL PUENTE DE LOS ESPIAS STEVEN SPIELBERG


El domingo fui a ver "El puente de los espías" dirigida por Steven Spielberg [Cincinnati, 1946] No suelo ser un admirador de Spielberg. Siempre me ha parecido un director  blando, de guión y de trucos de guión, un director vistoso y superficial, que busca ante todo el espectáculo, pero, eso sí, siempre eligiendo grandes temas que normalmente banaliza. El resultado es suelen ser películas irregulares. De todas las suyas que he visto guardo buen recuerdo de muy pocas y desde luego no creo que sean las más valoradas por sus admiradores incondicionales. "El color purpura" [1985]; "El imperio del sol" [1987]; "Inteligencia artificial" [2001]; "Munich" [2005] Creo que "El puente de los espías" es una de sus mejores películas. No sé si se debe en parte a la actuación de Tom Hanks, un actor que a mí no me suele gustar, pero que resulta muy eficaz en este papel de hombre firme, de abogado de seguros metido a negociador en la guerra fría. Lo cierto es que las dos horas veinte de "El puente de los espías" se pasan en un suspiro y que ni siquiera molestan esos pequeños detalles de guión en los cuales se apoya el director para pautar la acción. La paradoja de las dos monedas. El resfriado paulatino de los personajes en Berlín. Es la manera pausada de narrar de Spielberg, su magnífica dirección de actores, su portentosa recreación de aquellos años, a pesar de que en algunos momentos presintamos lo que va a ocurrir antes de que ocurra; la secuencia de los disparos en casa del abogado, lo que dota de cuerpo a esta película que aunque narra unos hechos reales, tiene la virtud de poder verse como si los personajes fuesen de ficción. 

domingo, 6 de diciembre de 2015

EL NIÑO QUE SE DESNUDÓ DELANTE DE UNA WEBCAM JOSE SERRALVO


Son cuatro horas,solamente cuatro horas, para decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Ese es el tiempo de que dispone Dave Timberthirdleg, el protagonista de esta  arriesgada novela, para declarar ante uno de esos comités de senadores y senadoras a que tan adictos son en los países que no son el nuestro.  Y en eso consiste "El niño que se desnudó delante de una webcam"  [Libros del Lince, 2015] de Jose Serralvo [Jerez de la Frontera, 1984] En una declaración a toro pasado sobre la infancia y adolescencia del narrador. Un narrador en primera persona y nada de autocompasión. El tema de la pederastia es difícil de tratar en literatura, se te puede ir de las manos en un abrir y cerrar de ojos. Aquí no ocurre. Ni siquiera en las escenas más crudas y escabrosas, que las hay. La novela es un largo monólogo del protagonista -casi puede uno imaginarla sobre las tablas de un teatro-, en el que va desgranando algunos de los pormenores de una infancia de abusos escolares, familiares y sexuales con esa ironía que se adquiere cuando no existe otra forma de narrar el horror. El horror cotidiano. Porque los seres humanos, por mucha capa de civilización y cultura que nos hayamos dado, en el fondo solo somos animales asustados, animales racionales asustados. Y la parte racional no nos libra del instinto de supervivencia. Maridos que matan a sus mujeres, padres que violan a sus hijos, terroristas que asesinan por su fe. Lo peor del hombre está dentro del hombre. En sus entrañas. Las circunstancias ayudan. El protagonista de la novela lo dice de otro modo: Estoy convencido de que los seres humanos no son ni buenos ni malosLos seres humanos son lo que les toca ser...A Dave Timberthirdleg le ha tocado ser víctima y quién sabe si además no es también verdugo. No es un narrador fiable y aunque ha jurado decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, su verdad no tiene que ser exactamente la verdad de los hechos. La intervención oral del agente Cooper al final del relato intenta poner los puntos sobre la íes. La historia funciona bien porque el narrador es hábil y esconde las grietas del relato.Hay bastantes referencias cinematográfica, lo cual se agradece. Un perro llamado Reagan y una abuela que podría ser la nuestra. No se trata solo de pederastia, pornografia, sexo explicito, dinero, drogas, maltrato infantil y una historia de amor entre una ciberamera y una chica en silla de ruedas, cristiana convencida y adicta a la literatura de David Foster Wallace. Se trata de todo eso y algo más, algo que no está en el tema sino en el tratamiento del tema; en la forma de narrar el dolor del horror. Suponiendo que lo haya. Afirma el protagonista que la pedofilia es la expresión de la sexualidad de un adulto deshumanizado que contribuye a deshumanizar a un niño. No sé si estoy de acuerdo con esa definición. El sexo es la parte más instintiva del hombre y posiblemente también la que nos hace más humanos. La razón siempre es a posteriori. Y se sobrepone al instinto. Y cada vez estoy más seguro que a pesar de la razón, el hombre en la mayoría de sus decisiones se rige por el instinto o la emoción. La vida de Dave se mueve en terreno pantanoso. Estarán ustedes de acuerdo en que un ser humano que no reconoce a su propia descendencia deja se ser un ser humano, o al menos un ser humano completo. Ya tienen para reflexionar un rato. Y algo más: El lenguaje es la más terrible de todas las armas. Estamos a las puertas del Marques de Sade. ¿Quién puede negar que una ciberamera no tiene una parte de filósofo?: La literatura es algo serio, que ayuda a entender y cambiar el mundo.  O por ejemplo: Para un intelectual, un libro usado es siempre más valioso que uno nuevo. Incluso se puede permitir definir el amor, el amor verdadero: Eso es el amor,¿no es cierto?: un silencioso e incesante intercambio de hábitos. // También eso es el amor, ¿no es cierto?: enternecerse con las manías de la persona que amamos. Ya lo saben, además de sexo verbal u oral, algunas cápsulas filosóficas contundentes. Un monólogo descarnado al estilo de "La vida perra de Juanita Narboni". Y hasta aquí puedo contar, les dejo con Dave Thimberthirdleg y su bonita definición de nosotros, los seres humanos: Ella pensaba que los seres humanos son eminentemente buenos y que, por desgracia, la sociedad los corrompe. Yo, al menos en mis días más oscuros, pienso que los seres humanos son eminentemente malos y que, gracias a Dios, la sociedad los constriñe.

sábado, 5 de diciembre de 2015

HEDDA GABLER


No voy mucho al teatro, aunque siempre me ha interesado. Especialmente ciertos autores. Hubo un tiempo en el que iba más a menudo. Quizás cuando creía más en el ser humano. Hace tiempo que descreo de casi todo. Y acepto las cosas como son. Henrik Ibsen [ Skien 1828-Oslo 1906] creía firmemente que podría mejorar el mundo o al menos la sociedad de su tiempo a través del teatro. Esa es la impresión que se saca cuando uno se acerca a su obra donde critica y radiografía los males morales del momento que le toco vivir. Sucede en "Casa de Muñecas" [1874] en "El enemigo del pueblo"[1882] o en "El pato salvaje" [1884]. El hombre en lucha consigo mismo y con la sociedad que lo aprisiona y constriñe.  "Hedda Glaber" entra en parecidos parámetros. Podría confundirse con una obra feminista en el que una mujer que no se adapta a la sociedad a la que pertenece rompe con todo. Pero Hedda Gabler es mucho más. Es un análisis de los mecanismos el poder y la manipulación. Una crítica dura a una sociedad sólidamente establecida. Bastan las primeras escenas de la obra para marcar la forma de actuar de la protagonista. La escena del sombrero de la tía Julia que ha avalado la compra de la casa de su sobrino al que ha criado como un hijo. Estamos en un terreno peligroso. Hedda Gabler es una mujer atrapada en sus circunstancias. Alguien con un lado salvaje y que sueña con ser libre, pero también, alguien que no se atreve a llevar a cabo sus sueños. Es un personaje cobarde y profundamente frustrado. Un personaje inteligente y hastiado que no soporta el aburrimiento vital que la rodea  y que manipula a tirios y troyanos. Se casa con un hombre al que no ama y al que piensa ser fiel porque es el que le ha ofrecido mejores oportunidades para mantener su estatus social, aunque en el fondo Jorge Tesman, su marido, sea un hombre mediocre, simple, convencional. Ella hubiera podido amar a Ejler Lovborg, un talento en bruto, un genio en ciernes, pero demasiado débil, demasiado propenso al alcohol y las mujeres; un proyecto de fracaso anunciado; hasta que llega Mrs Elvsted, antigua condiscípula de Hedda, ahora casada con un hombre más mayor que ella y a quien no ama, es prácticamente su criada, y que enamorada de Lovborg, logra proporcionarle la suficiente templanza para que escriba no solo un libro digno de su talento, sino dos. Y regenerando a Lovborg, ella encuentra no solo sentido a su vida sino la posibilidad de escapar de su destino social. Por supuesto Hedda Gabler no va a permitir que otros logren lo que ella no puede lograr. La felicidad. Hedda Gabler es malvada sin pretender ser malvada. Tiene demasiadas aristas para ser solo una mala convencional. Es un personaje trágico porque enfoca mal sus capacidades y su inteligencia. Ante el aburrimiento vital busca la belleza de la destrucción total. Si ella no puede ser feliz que no lo sean los demás. Destruye al hombre que hubiera podido amar. Destruye su obra porque esa  obra es como el hijo que ha tenido con Mrs Elvsted. Y cuando cae en manos del juez Brack, antes de convertirse en la amante que no desea ser, opta por la solución extrema. Como dice el Juez Brack al final de la obra: Pero, Dios todopoderoso, esas cosas no se hacen. No, la mujeres de la época no se hubieran suicidado pegándose un  tiro con la pistola de su padre. Pero Hedda es hija del general Gabler. Y como dice en algún  momento de la obra las acciones tienen consecuencias. Todavía hoy, tantos años después, hay algo que fascina de este personaje que en manos de Cayetana Guillen Cuervo es como una bella esfinge de hielo inalcanzable.

sábado, 24 de octubre de 2015

EL CLUB PABLO LARRAÍN


Un pequeño pueblo en el confín del mundo, una casa amarilla, unos curas que han sido apartados de sus labores pastorales por diversos motivos, entre otros, la pederastia, una hermana carcelera con pasado oacuro, la aparición de una víctima, un suicidio y un cura progresista que investiga los hechos con el fin de cerrar este club de pecadores privilegiados. Unos galgos con los que se realizan carreras, que son en sí mismos una metáfora; otra. _El mar. Poco más. Con estos mimbres Pablo Larraín [Santiago de Chile, 1976] ha rodado "El club". La ironía aparece ya en el título. Luego puntea la trama de está desoladora y cruel película sobre el amor de dios, la lujuria del hombre, el perdón, la culpa, la aceptación, la renuncia. La homosexualidad y la pedofilía son tan solo el trasfondo de una historia áspera, a ratos desagradable, a ratos violenta, de una violencia seca, interna, a ratos de un terror sosegado. El terror que produce la pasmosa tranquilidad de estos seres humanos que guardan dentro de sí un monstruo kafkiano, esa cucaracha que es la parte oscura de todo ser humano. A ratos es fascinante y claustrofobia. La fascinación del horror. A veces lo que se ve es brutal, la solicitud de la victima de ser sodomizada manualmente por la chica que intenta ligar con él. A veces lo que se verbaliza es brutal. Ese monólogo que va desgranando la víctima como si fuera una historia de ira  contenida contada por un loco furioso. Debemos convivir con lo que somos. Lo que se muestra duele, pero es mucho peor lo que se intuye. Lo que la aparente calma de esta casa perdida en el confín del mundo encubre. Los pecados de la Iglesia. De la antigua y quizá también de la nueva. No en vano principio y fin se asemejan. Qué algo cambie para que nada cambie. Lampedusa dixit. El cura progresista no cerrará la casa. Intenta que una buena acción sirva para enmendar el pasado. Victimas y verdugos deben aprender a convivir en paz. El sarcasmo y el humor negro enseñan su pezuña de vez en cuando, alivian la tensión que poco a poco se va acumulando. Sin embargo, nada nos libra del golpe contundente del mensaje de está película devastadora sobre el silencio culpable de los hombres, de la Iglesia y de Dios.

MI GRAN NOCHE ALEX DE LA IGLESIA


Hoy toca una de risa. O debería tocar una de risa, o de risas, de esas risas enlatadas e histrionicas de los programas de televisión grabados en directo. Ya me entienden. En la televisión como en el cine todo el falso. Tanto el directo como las actuaciones en playback, como las comida y bebida de las mesas de los figurantes. Y por supuesto los especiales de navidad se graban en verano. En mitad de una huelga por los despidos a causa de un expediente de regulación de empleo. Los figurantes llevan una semana atrapados en un estudio en las afueras y rodeados de huelguistas. La policía defiende los pilares del capitalismo. Y hay un pobre parado al que contratan a última hora para que cubra una baja y que no puede hacerse cargo de su madre, un poco tarada. También hay una chica guapa, medio ninfómana y gafe, una madre con cruz de Caravaca a cuestas y manías incendiarias, un asesino a sueldo despechado que imita a la persona que debe asesinar - el descubrimiento de la película, desde mi punto de vista-, un ídolo adolescente que no para de meter la polla donde no debe, una pareja de presentadores que son matrimonio y se llevan a muerte, una directora lesbiana, un hijo presuntamente ruso, un acaparador de bebidas de antes de la guerra que trafica con todo, - el listo español de toda la vida-, unos cuantos actores de series televisivas como Gin Tonyc o Aida, con un par de líneas y un sinfín de figurantes. Y por supuesto está Alphonso. Inimitable. Lo que se dice una película coral. Caótica. Sin pies ni cabeza. El guión tiene más agujeros que una red de pesca. Hay que reírse, pero la risa nos sale floja. Si la última película de Alex de la Iglesia [Bilbao, 1965] intenta parodiar  ese tipo de programas tipo José Luis Moreno para las últimas noches de año no lo consigue del todo. Como parodia queda bien, apañada, pero el aspecto crítico de diluye entre los número musicales, las carreras, los golpes y la lentejuela. Algunos buenos diálogos se pierden entre el ir y venir de un tubo con esperma de cantante incendiario. La corrupción está servida. El ritmo de comedia que no es tal, pues Alex de la Iglesia siempre tiende a la parodia, a la sátira y al esperpento -algo muy español-, es desenfrenado. Casi siempre se pasa de rosca. Quizá  de todas las películas de Alex de la Iglesia, donde los resultados entre fondo y forma están más logrados fue en "La comunidad" [2000]. Del resto de su filmografía  - no del todo despreciable-, me he ido alejando poco a poco. La última película suya que vi fue "Crimen ferpecto" [2004] Y si he vuelto a ver "Mi gran noche" es por mi admiración  poco razonada por el cantante que hace de "Alphonso". No por el personaje público que es Raphael. Tiene buenos momentos como era de esperar, impagables las escenas de Raphael con Carlos Areces como el hijo ruso y la actuación de Jaime Ordoñez interpretando al asesino. Pero poco a poco conforme avanza hacia el final el souffle televisivo se desinfla. La salida de los actores del estudio entre espuma es patética. Uno imagina lo que hubiera hecho Buñuel con  un argumento así, teniendo en cuenta lo que hizo con "El ángel exterminador".  Para incondicionales de De la Iglesia y sobre todo para admiradores de Raphael que borda un papel hecho a la medida de su talento.

sábado, 17 de octubre de 2015

EL NUEVO NUEVO TESTAMENTO - JACO VAN DORMAEL

Como anuncia el cartel de la nueva película de Jaco Van Dormael [1957, Ixelles] Dios existe y habita en Bruselas. Si la película la hubiera dirigido Woody Allen viviría en Nueva York. Y si la hubiera dirigido Buñuel, seguramente, viviría en Calanda. Pero vive en Bruselas con su mujer, que es una mujer de su casa que se dedica a revisar su colección de jugadores de béisbol, a bordar y a realizar la labores propias del hogar. Una mujer sometida y que parece algo alelada. Dios es un pobre hombre, patético, cabreado consigo mismo y con el mundo que ha creado. El dios tiránico del medievo. No el Dios de amaras al próximo como a ti mismo, sino el Dios de odiaras al próximo como a ti mismo. Descarga su frustración con los hombres. Dios no es nadie sin ordenador, desde el cual planifica guerras, accidentes y otras catástrofes naturales o no. En otras palabras Dios es un energúmeno que viste como un turista de andar por casa. Una casa de la cual no se puede salir porque no hay puertas en el cielo. Me olvidaba, el hijo de Dios JC., intentó arreglar algo el mundo que creó Dios, pero los doce apóstoles no fueron suficientes. Y así andamos. Antes de crear al hombre Dios intentó crear otras cosas que no le quedaron bien. Una de las imágenes que quedan en la retina es la del primer hombre desnudo paseando por una biblioteca con todos los libros con las páginas en blanco. Me volvía a olvidar, además de a JC, Dios tiene una hija. La hija de Dios está hasta las narices de suestúpido padre que con las leyes actuales se podría considerar una maltratador en toda regla. Dios se aburre y se dedica a redactar leyes universales para joderle la vida al hombre. Una de esas leyes, la 2119, dice que la cola de al lado en un supermercado siempre irá más deprisa que la cola en la que tu estás. Otra ley dice que cuando te metes en la bañera siempre suena el teléfono. Ya digo: Dios es un pobre hombre y su hija harta de él decide rebelarse y vengarse,  y antes de abandonar la casa por el hueco de la lavadora para encontrar a los seis apóstoles que según su madre serían necesarios para cambiar el mundo, decide enviar a los seres humanos un mensaje al móvil indicándoles el tiempo que les queda de vida, con lo cual libera a los hombres de la tiranía de la muerte. El hombre es libre para elegir qué hacer con el resto del tiempo que le queda por vivir. Luego bloquea el ordenador de Dios padre.La película se divide en libros: El Génesis, El Éxodo, los Nuevos Testamentos, uno por cada nuevo apóstol, y por supuesto: el Cantar de los Cantares. La hija de Dios tiene el don de escuchar la música interior de las personas. En algún momento la película bordea lo cursi, como si de tratara de un fil de Jean Pierre Jeunet,  pero el humor negro la salva. Que la música interior del asesino sea "La muerte y la doncella" de Schubert indica inteligencia y es estupendo. Que la música del niño al que le quedan 54 días de vida y que decide aprovecharlos para convertirse en niña, sea "La mer"`de Charles Trenet, es un acierto. "El nuevo nuevo testamentos" es inclasificable. Es una comedia,  o una sátira, pero al mismo tiempo es una película de aventuras y una película fantástica, y una película religiosa a la contra. Es barroca hasta la exasperación. En la parte final se le va la mano visualmente al realizador, con esos cielos bordados, pero ese pequeño detalle no empaña el desarrollo de está inclasificable película donde todos parecen que se han divertido mucho a la hora de rodar. Incluida una Catherine Deneuve que se parodia a sí misma lo suficiente  como burguesa adinerada e insatisfecha como para poder echarse como amante un orangután  que rescata del circo. Idea que recuerda a Charlotte Rampling y su chimpancé en "Max, mon Amour" de Nagisa Oshima. [1986]. La transgresión y la herejía de la película está en su misma inocencia. Y en los pequeños detalles. Esos apóstoles que se van añadiendo al cuadro de la "Santa Cena" y que le dicen a la mujer de Dios que algo está cambiando. El destierro de Dios a un país lejano. Al fin y al cabo Dios sin su ordenador y en una Bruselas repleta de inmigrantes y vagabundos es un sin papeles. Me sobran los cinco minutos finales, el tono pastel de cómo sería el mundos sin un Dios padre opresivo y patriarcal. Me hubiera gustado más imaginarme cómo sería y que no me lo den todo hecho. El mejor momento de le película, por lo menos para mí, es ese momento en que la mujer de Dios después de comprobar que los doce apóstoles se han convertido en dieciocho  decide hacer limpieza general a ritmo de de " Il venait d´avoir 18 ans" cantada por Dalida.  Película ideal para cristianos rebeldes, agnósticos en general, y críticos acerbos de cualquier religión del mundo mundial.

domingo, 11 de octubre de 2015

VENTE A CASA JORDI NOPCA


Cuando uno escribe, ya sea una poema o un libro de relatos, una presentación o una reseña habla más de sí mismo que de la persona que reseña o presenta y, desde luego, el poema o el relato dicen más de nosotros, que de los propios personajes sobre los que tratan o del nimio argumento en que se basan. Soy una persona metódica, de rutinas, una persona que arriesga poco, que se arriesga poco, por lo tanto no he logrado casi nada de lo que me proponía en la vida y lo poco que he logrado ha sido a pesar de mí. A mi pesar. Sólo al principio de mi presunta carrera literaria arriesgué algo y mandé un par de poemarios a editoriales, que por supuesto fueron convenientemente rechazados, aunque alguno ganase posteriormente algún importante premio literario de prestigio. Desde entonces siempre he confiado más en los premios literarios que en las aptitudes premonitorias de los editores, aunque eso me ha llevado a ser un autor casi secreto. Uno acepta los vericuetos del camino. Todo esto lo digo a raíz de la publicación del libro de relatos de Jordi Nopca [Barcelona, 1983] "Vente a casa"; un libro de relatos bastante diferente de los libros de relatos a que nos tienen acostumbrados las editoriales que publican libros de relatos. Hay que agradecer a Libros del Asteroide su publicación. Los relatos de Nopca hablan de parejas. Eso no es raro. Muchos libros de relatos hablan de parejas. Podríamos remontarnos a "La soledad de las parejas" de Dorothy Parker. Ironía y cinismo a partes iguales. También son muchas las parejas que aparecen en los relatos de Raymond Carver. Algo de ambos autores se rastrea en este libro de Nopca. Las parejas de Nopca ya sea en fase inicial o terminal tienen problemas que ignoran que tienen. Tener problemas es el estado natural de las parejas. Tener problemas que se ignora que se tienen es la sal de la vida. La vida es sí es un problema. El gran problema. La literatura en general trata sobre él. La gran literatura trata sobre la vida en general. Los relatos de Nopca son gran literatura construida sobre los materiales de derribo del ser humano en tiempos de crisis. Parejas. Jóvenes y no tan jóvenes. Parejas en diferentes estadios de descomposición. Parejas precarias en entornos precarios. Matrimonios a la deriva. Crisis etílicas y otras. Es como si la malaventura presidiera las relaciones sentimentales de estas criaturas que fluctúan entre la neurosis y el hastío. Lo personal se mezcla con lo laboral. La literatura con los celos. Algunos relatos derivan hacia la farsa, se vuelven alambicados e incluso retorcidos: La navaja suiza. Pero hasta en los más salidos de madre, Jordi Nopca logra mantener el pulso que los sostiene, sin que el edificio literario del relato se agriete o muestre sus costuras.  Nos encontramos con el escritor suizo Peter Stamm -autor que a mí me gusta mucho-, con una pareja de chinos que regenta un bar, con un padre que toca el saxofón y que podría ser un chiste particular en torno a Woody Allen, con la nieta de Blake Edward, pero sobre todo entre relato y relato se filtra la crisis económica y la inseguridad laboral y los desengaños personales y los sueños frustrados. Gente jodida, ya me entienden. Nopca sabe cómo empezar un  relato, cómo dar el tono, el pistoletazo de salida: " El autor de una serie de setenta y ocho novelas de misterio ambientadas en Albacete había quedado para cenar con su traductor al catalán". Quién podría resistirse a leer un relato que comienza así. Pues eso. Que los relatos de Nopca están repletos de momentos así y de parejas urbanas a las que la vida ha golpeado y golpea repetidas veces. El autor mira a los personajes de frente y a los ojos y en su mirada hay una burla solapada no exenta de ternura. El autor disecciona a sus personajes con la navaja de la ironía, que no es suiza,  y luego los remienda con el hilo y la aguja de la compasión, aunque no excesiva. La crueldad es parte de la vida. Y muy principal. Y el autor lo sabe. Quizás uno de los cuentos más flojos es uno de los que más me gusta. Tal vez porque es uno de los que mejor refleja al autor, o uno cree entrever entre las páginas de "Velas y túnicas" asomar el rostro en penumbra de Jordi Nopca. Y por supuesto no se pierdan ustedes ese tour de force prodigioso que merecería estar en cualquier antología del relato actual que es "Angels Quintana y Felix Palme tienen problemas". Que ustedes los disfruten. Los problemas. Y los relatos. 

domingo, 4 de octubre de 2015

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD SUSANNE BIER



No sé las razones por las cuales me gusta llevar la contraria al resto del mundo. La mayoría de críticas y reseñas que he leído sobre "Una segunda oportunidad" dirigida por Susanne Bier [Copenhague, 1960] son negativas. Pero a mí me ha gustado está película híbrida sobra los límites morales. Hay una pareja de policías que parecen llevar vidas complementaria. Uno lleva una vida ordenada, acaba de tener un hijo y su mujer es guapa, elegante, la mujer perfecta,  y el otro está separado y bebe. Luego ocurre un hecho que lleva al policía ordenado a cometer un acto moralmente reprobable que tendrá  consecuencias de largo alcance para varios personajes. Se plantean no solo un dilema, sino varios. La película fluctúa  entre el policíaco convencional y el drama familiar. A veces nada es lo que parece. Los mundos perfectos no existen. Las verdades absolutas tampoco. El amor materno es una intuición más fuerte que la vida, aunque algunas madres carezcan de amor materno. Todos tenemos que pagar por nuestros actos. Sobran algunos planos bonitos de casas iluminadas con bombillas, del mar, de pájaros. Se busca aliento poético a este melodrama sobre las consecuencia de un acto reprobable, que son varios. Sobra la conclusión final, la secuencia en el almacén. Pero. Qué quieren que les diga, que prefiero la imperfección  de "Una segunda oportunidad" con sus disquisiciones morales, a la perfección vacía del último Amenabar que había visto el día anterior y que se me antoja más que una masturbación solitaria un acto fallido. 

sábado, 5 de septiembre de 2015

LAS SOMBRAS JUANA CORTÉS AMUNARRIZ


Uno llega a "Las sombras" [Premio Tiflos de Novela ONCE] desde la novela anterior de de Juana Cortés Amunarriz [Hondarribia, 1966]  "Memorias de un ahogado" [2009]. Algo de "Memorias de un ahogado" hay en "Las sombras", aunque el tono, el ambiente, el tiempo histórico y la perspectiva de ambas novelas sea diferente, distante. Las dos tratan de la construcción de una identidad de género problemática y lo hacen sin caer ni en el patetismo ni en la compasión ni en el maniqueísmo.[En qué momento el amor se convierte en compasión]. Si en " Memorias de una ahogado" los personajes no terminaban de ser lo que eran, aquí Mario / María tampoco termina de ser quien es, quien ha sido, quien aspira a ser,  hasta que renace de las aguas del mar al final de la novela. "Las sombras" es una magnifica novela que flirtea con diversos géneros literarios sin abrazar abiertamente ninguno, lo que la vuelve etérea, inaprensible, encantadora. Quizás por eso tiene la textura de un sueño irreal. Es un cóctel con unas gotas de novela histórica, otras gotas de romanticismo, otras de misterio [De qué están hechos los presentimientos. Están hechos de miedo] o de novela gótica [Todos los locos están cuerdos hasta que dejan de estarlo]. Una novela de indagación. ¿No lo son todas? Es una novela laberinto. Pues toda memoria es laberinto desde la vejez. [Las raíces sostienen al árbol.quizá los recuerdos también sostengan a las personas]. Y en el corazón del asunto un personaje que es a la vez víctima y verdugo de sí mismo, narrador y personaje narrado, Mario y María, sueño y realidad. Pero "Las sombras" es mucho más que el personaje central que la sostiene y alimenta. Es una novela sobre el paso del tiempo. [El tiempo es la única y dolorosa certeza]. Es la historia de una casa singular llamada Hoffnung / Esperanza, con una inscripción [La esperanza es el sueño del hombre despierto] que nos remonta a Aristóteles y construida en un lugar privilegiado y de los personajes que alguna vez habitaron entre sus paredes. Es la historia de una familia, hilvanada por una memoria selectiva y caprichosa, la historia  de la familia von Morritz, desde el constructor de la casa Karl von Morritz hasta la última descendiente de esta familia contradictoria. Si el personaje principal siempre a la fuga, es esencial, no lo son menos los secundarios de la función:  Chardonay el arquitecto de la casa, el bisabuelo Erich von Moritz; el abuelo August von Morritz; el padre Friedrich von Morritz; el ama de llaves de la casa Úrsula - que recuerda un npoco a la señora Dambers en "Rebeca"-; la madre: Amanda de la Peña; la enfermera Agnes; el señor Stolz, el instructor de Mario;  Milagros, la cocinera; Adela, el ama de cría;  Rufo el jardinero; Gabriel, el amigo del pueblo cercano; Justa y Catalina; los hermanos del padre Philippe, muerto en la Segunda Guerra Mundial, Sophie; el pintor Martín Losada...Muchos de ellos son puro estereotipo, pero a todos dedica Juana Cortés Amunarriz el tiempo necesario y la pincelada justa para que siendo lo que son dejen una huella indeleble en estas memorias de un/a superviviente. Porque eso es María von Morritz. Alguien que sobrevive, alguien que se adapta al mundo que le ha tocado vivir. Pero "Las sombras" se mueve en el tiempo y en el espacio, abarca el pasado y el presente, las ruinas de la memoria y el esplendor decrépito de la vejez.[Envejecer es una forma de salirse, de mirarlo todo desde fuera...La vejez es el momento en el que uno deja de vivir para dedicarse a observar la vida, para contarla]. El pasado dormido en el presente.[El pasado era un animal grande y oscuro que dormitaba, pero que podía despertar en cualquier momento]. María, una vez muere Amanda de la Peña, viaja por Europa y América, se enamora y se desengaña, se construye y se aniquila una y mil veces y se reconstruye, hasta ese final purificador. Como toda buena novela, "Las sombras" es una novela de amor.[El amor es el sentimiento más poderoso] Pero también es un cuento, un  perverso cuento de hadas para adultos. [ Hay historias que no dejan de contarse nunca] [En los cuentos, cada maldición se acompaña de un don.] Y esta historia familiar, este cuento con castillo, que gira también en torno a un cuadro sobre dos niñas en un jardín, y sobre una maldición y sobre la posibilidad de que [en la ausencia los dioses no dejen de crecer] ofrece tantos recovecos como el lugar donde se desarrolla, esa casa donde la esperanza es el sueño del hombre despierto que mira al mar. De ese mar resurge al final una María nueva [Un sujeto que...luchaba como todos para que su vida mereciera la pena]. Y merece la pena que ustedes lean la vida de María von Morritz, narrada con todo lujo de detalles por ella misma y claro está por esa excelente escritora que es Juana Cortés Amunarriz.

domingo, 30 de agosto de 2015

MI CASA EN PARÍS - ISRAEL HOROVITZ


No quiero acabar agosto sin  comentar "Mi casa en París" de Israel Horovitz [Wakefield, 1939] comienza siendo una comedia con trampa para luego intentar ser otra cosa, un drama o melodrama con pinceladas de humor. O algo así. Para ser una comedia peca de sosa, aunque es encantadora. Para melodrama, le falta garra a lo que cuenta. Un americano de mediana edad hereda una casa pintoresca en París, pero se encuentra con que no solo no puede venderla por las buenas sino que tiene que pasarle una una especie de pensión a la señora que habita en la casa, Mathilde. Ni él tiene dinero para pagarle la pensión vitalicia convenida por su padre a cambio de la propiedad del piso cuando ella muera, ni ella parece tener intención de morirse demasiado pronto. El juego actoral entre un envejecido y dejado físicamente Kevin Kline y una vitalista y nonagenaria Maggie Smith sostiene la primera parte de esta película que no oculta su sustrato teatral. ¿A quién le importa? Luego aparece en escena la hija de la vieja señora Kristtin Scott Thomas y todo se torna ligeramente previsible sin perder el tono encantador del conjunto. Por supuesto hay alguna sorpresa que no es ninguna sorpresa y que tarda en concretarse. La vida es aprendizaje, parece decirnos el director y también autor de la obra original en la que se inspira la película. Unos padres nos dejan en herencia propiedades y joyas y dineros y otros nos dejan lecciones de vida. Puede que las que no se atrevieron a darnos mientras vivían. Las herencias siempre han dado mucho juego en el cine. Al final se le quita hierro al asunto principal de la historia. Las aguas reportan a su cauce. Los papeles de padre e hijo parecen repetirse aunque sin terceros en discordia. Uno podría pensar en Billy Wilder y su esplendida: ¿Qué ocurrió entre mi padre tu madre? [1972] Sin su sarcasmo, claro. Lo qué allí era denuncia de la hipocresía social de la época con respecto a la infidelidad, aquí es más bien un canto al amor sostenido en el tiempo, a la familia y al propio desarrollo personal. Si quieren pasar un rato entretenido y reflexionar no demasiado profundamente sobre las debilidades del ser humano no deberían perderse  este conmovedor drama romántico.   

viernes, 28 de agosto de 2015

MIENTRAS SEAMOS JÓVENES - NOAH BAUMBACH


Anoche asistí al preestreno de "Mientras seamos jóvenes" dirigida en 2014 por Noah Baumbach [Brooklyn, 1968]. Salen, entre otros,  Ben Stiller, Naomi Watss y Amanda Seyfried, además del para mi poco conocido Adam Driver. Todos muy ajustados a sus papeles. Mi favorita por supuesto Naomi Watts. A Stiller siempre se le nota el esfuerzo, como si le costase respirar. Alguna reseña señala que se trata de la comedia más divertida de Woody Allen no dirigida por él. Es un indicio de por donde van los los tiros. Muchos diálogos inteligentes. Podríamos imaginar al director neoyorquino y a Diane Keaton en los papeles principales y la película rodada en un pulcro blanco y negro. Faltaría la banda sonora con jazz de fondo. Como su titulo indica el tema es la crisis de la mediana edad. ¿Cómo se pierden los ideales que alguna vea se tuvieron? ¿Quién es mediocre y quién no? ¿Dónde queda la ética artística? ¿Qué ocurre cuando no nos integramos en el rebaño? ¿Qué sacrificamos para llegar dónde queremos llegar? ¿Qué precio pagamos por ser quienes somos? Porque todo tiene un precio. La vida tiene un precio y envejecer nos da la perspectiva para saber en qué comento del camino erramos o acertamos, o simplemente no tomamos la decisión adecuada. El humor es corrosivo. Bordea el drama. Queda la sátira. Algunos personajes saben reírse de si mismos mejor que otros. Las contradicciones son relevantes. Hay una pareja joven y desinhibida y una pareja de mediana edad que ha perdido parte de sus ideales, y una pareja con una niña y un documentalista consagrado. Todos parecen gente inteligente. Hablan mucho. Incluso hay una gallina. Y helados de sabores extravagantes. Y bicicletas. Y un sombrero. Y enfermedades propias de la mediana edad. Y una ceremonia con sustancias alucinógenas. Queda un sabor agridulce y quizás lo que menos me gusta es ese final previsible, a pesar de la ironía del último plano. Ya saben se trata de una película con niños.

DANIELA ASTOR Y LA CAJA NEGRA - MARTA SANZ


Novela realista y falso documental. Aborto y destape. 1978. Una niña de doce años que sueña con ser un personaje de papel couché; Daniela Astor. Muchos años después, cumplidos los cincuenta, recuerda ese año en el que su vida  y la de sus padres cambió. Uno escucha el término novela feminista y tiene la impresión de que le van a soltar el sermón de la montaña. Pero no. Marta Sanz [Madrid, 1967] es una escritora hábil, con estilo, irónica con el lenguaje, y estructura su "Daniela Astor" con la sabiduría con que la protagonista de la novela Catalina Hernández Griñan estructura su falso documental sobre aquellos años del destape, Susana Estrada, Los ángeles de Charlie y el un, dos, tres, muchas de cuyas azafatas acabaron en actrices de segunda fila, salvo honrosas excepciones. Novela del tránsito de la infancia a la adolescencia, de ilusiones y decepciones, de cambios de puntos de vista, narrada desde el yo más profundo. Como bien afirma la protagonista: " Ésta es una historia sobre el adulto que todos los niños llevamos dentro y también sobre la niña que se ha quedado dentro de mí...No me puedo permitir una historia de palabras dichas a medias o de libros de familia que guardan secretos inconfesables" [pag. 173]. Esta es una historia feminista con coartada cultural. Hay muchas actrices del destape, pero también muchas referencias que quizás dentro de cincuenta años necesiten un amplio aparato de notas a pie de página. Sin conocer la referencias la novela también se disfruta estupendamente, claro que conociéndolas se disfruta doblemente.  Susana Estrada, Maria José Cantudo, Rafael Reig y su Autobiografía  de Marilyn Monroe,  Amparo Muñoz, Bette Davis en ¿Qué fue de Baby Jane?, Sandra Mozarowsky,  Nadiuska, Los ángeles de Charlie, Tocata y fuga de Lolita,  Antonio Drove, El túnel, Victoria Abril, La torre de los siete jorobados, La muchacha de las bragas de oro, Yolanda Ríos, La trastienda, Jorge Grau,Vicente Aranda, Bárbara Rey, Pigmanlión, la banda sonora de Marnie la ladrona, Debora Kerr, Florinda Chico y El padre de la criatura, Carmen Sevilla, La loba y la paloma, La casa de la pradera. Sería para empezar y no acabar. Pero la novela de Marta Sanz no va sobre el destape y el aborto, va sobre la vida, sobre la jodida vida de las personas que no aceptan que las normas establecidas sean las que son y no se resignan a la dura realidad, aunque tengan que pagar un alto precio. Que algo cambie, aunque sea para que no cambie nada. Nada que no sea la propia realidad de la persona que transgrede la norma. Pero siempre hay que dar un primer paso. Volvemos a principio, o al final, porque a la autora le gustan los juegos de palabras y el ritornello; " Ésta es una historia sobre el adulto que llevan dentro todos los niños" [pag- 21]. Una historia donde "la prohibición acrecienta el misterio". Y ahora reflexiono sobre esos escritores que escriben novelas a secas y novelas de género. Las dos anteriores de Marta Sanz que leí, "Black, black, black" [2010] , "Un buen detective no se casa jamás" [2012] pertenecen a ese género que tanto me pone como es el género negro.  ¿Cómo nos enfrentamos a un autor sobre cuya obra ya tenemos creadas unas expectativas? Lo bueno de Marta Sanz es que cambia el tema, pero no el estilo. Y es que considero que en narrativa el estilo lo es todo; porque el estilo presupone una manera de mirar el mundo, una perspectiva oblicua sobre la realidad. Si a un escritor le falta el estilo puede que sea un buen escritor, pero no será un escritor grande.  Aborto, destape y amor. "El amor, por definición,  ha de estar lleno de peligros".  Se preguntará la protagonistas si el amor es una de esas sensaciones que no se pueden fingir. Suponiendo que el amor sea una sensación. "Los amores sin dificultad no trascienden". "Porque el amor es una guerra: todo el mundo lo sabe". Y el odio distrae muchísimo. Y la gente que crece no puede ser buena. "Hay quien tiene derecho a escribir poesía sobre ciertas cosas y hay  quien no". "La belleza es cada vez más una ortodoxia". "Toda historia de amor es la historia de un asesinato". "Las victimas son el peor de los verdugos". Y Marta Sanz nos cuenta esta historia como si fuese la niña de la portada, desde la inocencia y la rabia o desde la falsa inocencia y el rencor, una historia sobre conceptos que caen dentro de la órbita de eso que se llama feminismo, pero que es el negativo de eso otro que llamamos machismo. Y como se afirma en la novela: "Nosotros no podemos convertir esta historia en un silencio porque el silencio es un modo de subrayar las cosas, pero también de borrarlas". Una historia que ha de ser contada y sobre todo que ha de ser leída. En sus manos queda.

martes, 25 de agosto de 2015

EL SEÑOR MANGLEHORN - DAVID GORDON GREEN


Al Pacino [Nueva York, 1940] es " El señor Manglehorn" dirigida por David Gordon Green [Little Rock, 1975] Y en eso consiste la película, en Al Pacino, a sus 74 años en el papel del señor Manglehorn, un hombre solitario, separado, con un hijo con el que no se lleva bien, y un trabajo simbólico, cerrajero. La película es Al Pacino en estado puro, perdón, el señor Manglehorn, porque el actor se diluye en el personaje o es al revés. Al Pacino conduciendo su furgoneta, Al Pacino escribiendo cartas a la mujer que le amó hace cuarenta años, Al Pacino recogiendo el correo, Al Pacino abriendo un coche donde ha quedado encerrado un niño pequeño, Al Pacino jugando a las tragaperras, disparando a una botella de cerveza, paseando con su nieta, ingresando o sacando dinero del banco, comiendo, tirando una mesa. "El señor Manglehorn" es el retrato de una soledad, que es el reflejo de otras soledades y de otros fracasos. Es casi una película de tiempos muertos, de instantes fugaces. Al Pacino es el 98 por ciento de la película, luego hay una gata que se ha tragado una llave y claro, está Holly Hunter, inmensa en un papel secundario poco agradecido. La película no tiene termino medio. O te gusta intensamente o te disgusta profundamente. La nota de prensa dice que el protagonista cometió un crimen por el cual perdió al amor de su vida. Del dichoso crimen poca información hay en el film. Interesa el personaje porque Al Pacino lo asume como se asume una vida estéril y triste. Y la posibilidad de seguir aferrado al pasado o intentar empezar de nuevo a una edad donde los comienzos son difíciles. Me ha recordado al Wim Wenders de principios de los setenta y a algunos cuentos de Gonzalo Calcedo. Si de toda película como de todo libro tiene uno que salir como renacido, o al menos diferente a como éramos antes de ver la película o leer el libro, yo les aconsejaría que no se la perdieran. Por Al Pacino, por Holly Hunter, o al menos por la gata.

jueves, 20 de agosto de 2015

LÍO EN BROADWAY PETER BODGANOVICH


Hay directores que brillaron un momento y se apagaron después. Peter Bodganovich [Nueva York, 1939] es uno de ellos. Bodganovich brilló principalmente a  principios de los setenta. Fue capaz de construir un meritorio e interesante film triller con un Boris Karlof en decadencia "Targets" [1968] y un par de años después ofrecernos la que posiblemente sea su obra maestra "The Last Picture Schow" [1971] en un blanco y negro deslumbrante y con un reparto de esos de campanillas para la época:  Timothy Bottoms, Jeff Bridges, Cybill Shepherd, Ben Jonhson, Cloris Leachman [una actriz por la que siendo debilidad], Ellen Burstyn...y al año siguiente dirigir a Barbra Streisand y a Ryan O´Neal en "¿Qué me pasa doctor?" [1972] una de sus mejores comedias. Rodó unas cuantas películas más, algunas relativamente interesantes, en los setenta, pero cada vez con menos éxito. De 1992 recuerdo "Qué ruina de función" con un reparto absolutamente entregado. "Lio en Broadway" quiere aproximarse a "Qué ruina de función", pero por desgracia no lo consigue. Y no es cuestión de reparto, aquí más que competente, empezando por una Tatum O´Neil a la que rescata para el cine y con quien trabajó de niña en "Paper Moon" [1973] y "Nickelodeon " [1976], y siguiendo por una Jennifer Aniston pasada de rosca.  Bodganovich es adicto a sus actores e incluso se permite darle un pequeño papel a Cybill Shepherd en la función, aunque sea como madre de la protagonista. Qué tiempos aquellos en los que Bodganovich intentó lanzar la carrera dramática de Shepherd con "Daisy Miller" [1974] Pero el pasado pasado está. Y "Lío en Broadway" se nos presenta como una comedia fuera de su tiempo. Una comedia que intenta mantener el ritmo de las  comedias tipo Screwall con puertas que se abren y se cierran y diálogos alocados. Sin embargo una comedia de este tipo exige mano firme y me temo que hay un error de guión, esa entrevista  a la protagonista que contrapuntea la acción y que tampoco aporta nada a film, pero que en cambio paraliza el desarrollo del argumento. En algunos momentos se tiene la impresión de que Bodganovich ha jugado a ser Woody Allen y no le ha salido del todo. La película que quiere ser un homenaje a Ernest Lubitsch y "El pecado de Cluny Brown" [1946] con la utilización de la dichosa frase de las ardillas a las nueces que el director de la obra le cuenta a todas las mujeres con las que se acuesta, puede antojársenos anticuada e intelectual, algo simple, pero me he divertido mientras la veía y la prefiero a la burda comedia actual donde machismo y feminismo intercambian sus papeles de la manera más tosca y soez.

BERNIE -RICHARD LINKLATER


El verano es propicio a los estrenos raros, diferentes. Recupera los atrasos de la distribución. Es lo que ha sucedido con esta película del director Richard Linklater [Houston, 1960]. "Bernie" es una película de 2011 que se a estrenado ahora, después de "Before Midnight" [2013] y "Boyhood" [2014]. Bernie también es  una película que descoloca al espectador. Una comedia negra sobre un enterrador encantador y solicito que parece incapaz de matar una mosca y que acaba juzgado y condenado por el  asesinato de una viuda rica y tiránica. El tema no es nuevo. No tenemos más que remontarnos a Charles Chaplin y su "Monsieur Verdoux" [1947] o a Alfred Hitchock y "La sombra de una duda" [1943]. Pero el tratamiento de Linklater sí que es novedoso, ya que plantea el acercamiento al personaje de Bernie Tiede como si fuese una mezcla documental y cine. Y del contraste entre lo que se nos narra y la visión externa y las opiniones de esos supuestos personajes reales -algunos completamente caricaturescos-, que tampoco lo son surge una narración  híbrida y fascinante. Casi enseguida nos ponemos de parte de ese hombre ridículo y perfeccionista, que canta, baila y lleva flores y bombones a las viudas de los difuntos que pasan por su manos.Uno no termina de saber, y esa es la gracia, si Bernie es tonto o se hace el tonto. La película acaba convirtiéndose al final en una película de juicios, un poco al estilo de "Matar un ruiseñor" [1962] pero en plan sarcasmo. Es la parte que menos me gusta. Impagable el interrogatorio a la nieta de la difunta Shirley Maclaine. Sed nos cuentan cosas muy serias con una sonrisa que se congela en las boca. Y lo de hacer el bien sin mirar a quien también tendríamos que  replanteárnoslo. Lo mejor de todo es descubrir que un actor que a mí me disgusta profundamente Jack Black, sobre todo como actor principal, por fin ha logrado encontrar el personaje que salvará un carrera cinematográfica y por el cual podrá ser recordado para siempre. Hay actores que encuentran su personaje muy pronto - Shirley Maclaine siempre será la puta de buen corazón-, y otros a los que el personaje sale a buscarle a mitad del camino. Creo que éste es el caso. Por supuesto Jack Black no es toda la película, pero Bernie no sería nada sin la sutilisima y entregada actuación del actor. Incluso en ese plano final de espaldas el actor se las apaña para que sintamos lastima del pobre Bernie.

domingo, 26 de julio de 2015

EVERY THING WILL BE FINE, WIM WENDERS


Me gusta, no me gusta. Me disgusta, me gusta. todavía estoy deshojando la margarita con la última película del director alemán Wim Wenders [Düsseldorf, 1945] "Todo saldrá bien". Un escritor, un accidente, un niño muerto, la culpa, el perdón. La incapacidad para demostrar sentimientos. La capacidad, en cambio para poder llegar al lector. La contradicción implícita del ser humano. Un marco frío, con nieve. Unos personajes con los sentimientos agazapados. Silencios largos que terminan cansando. Un oído excepcional para colocar la música en las escenas adecuadas, aunque me parece que hay demasiada música en esta película. El estilo Wenders cada vez más pretencioso a partir de, pongamos por caso, "Cielo sobre Berlín" [1987] Pero claro, uno siempre espera volver a tropezarse con "París, Texas" [1984]. Quizá me sobre incluso la música de Ry Cooder, tan admirada entonces. Uno siempre espera volver a "El amigo americano"  [1977] o a "Alicia en las ciudades" [1974]. No a la media decepción de "El hombre de Chinatown" [1982] la falsa poesía de Wenders, esa nieve cayendo al ralentí. Ese cigarrillo que no se enciende. Esos paseos que no llevan a ninguna parte. Dotar de densidad a una historia que contada de una forma más simple quizá hubiese sido más efectiva. Pero no, hay que insistir en las ventanas y en los espejos y está Faulkner. Me cuesta entender a este escritor con éxito y vida interior atormentada. El problema es que tampoco me parece mal el método elegido para contar la historia. Es lo que ocurre cuando se narra una historia bien por escrito bien cinematográficamente, el narrador puede elegir entre múltiples posibilidades. Esto no suele ocurrir con la poesía. Solo hay una manera de escribir el poema. Solo una. El resto de las maneras son erróneas.  Wenders quiere narrar la historia de una forma poética, la suya, que aplicada a este tema puede no no sea la adecuada. Ya le pasó, y perdón por el juego, en la plúmbea "Cielo sobre Berlín". De la continuación mejor no hablar. Pues eso, una larga caída desde los tiempos de "Falso movimiento" [1974 ] o "El miedo del portero ante el penalti" [1971] ¿Dónde está la emoción? Claro que con lo que se exhibe por las carteleras veraniegas es casi un obra maestra. Qué hagan ustedes lo que mejor les parezca. Yo la vi completamente solo en sesión de 10.30 en una sala acondicionada por lo menos para trescientas personas. Un lujo.

sábado, 25 de julio de 2015

GRACIAS POR LA COMPAÑÍA LORRIE MOORE


No debería ser difícil escribir algo inteligente e interesante sobre Lorrie Moore [Glen Falls, 1957] y sin embargo resulta extremadamente complejo intentarlo siquiera. Soy un admirador incondicional de su prosa y leerla y releerla siempre es un placer con el plus añadido de esa ironía que roza el cinismo pero no cae en él, del todo. La salva cierta ternura y cierta piedad a hacia su personajes. Uno no sabe bien si algunos de esos personajes merecen esa piedad y esa ternura. Moore es una escritora que busca y encuentra, o al menos busca y necesita encontrar un lector inteligente; de lo contrario sus relatos serían simples relatos; prosa cáustica, cosa que no son. A Moore le gusta hablar de tú a tú con el lector. O de personaje a lector. Por mi biblioteca personal andan "Autoayuda" [2002], "El hospital de las ranas" [2004] y creo que también "Pájaros de América". El título original de esta colección de relatos es "Bark", pero aquí se ha preferido utilizar  una traducción libre del eslogan que lleva uno de los personajes escrito en su camiseta "thank you for having me". La portada con el perro en referencia al titulo original es impagable. Una buena asociación de ideas. Tan inteligente como los diálogos o los pensamientos de algunos  de estos personajes que aspiran a ser pareja perfecta, pero descubren que el amor es imperfecto, sobre todo en pareja y  sobre todo en los tiempos post atentados del 11-S o en la época de la invasión de Irak. Estos hechos son el sustrato en el que se desarrollan estas historia que la autora ha tardado en publicar; 16 años desde su anterior libro de relatos. La narración corta, o no tan corta -es una admiradora de Alice Munro- y, algunos relatos superan las cincuenta páginas, es el espacio natural de Lorrie Moore. historias de hombres y mujeres que presentan algún tipo de tara sentimental y dibujan un mapa entre jocoso y tragicómico de las contradicciones de pareja en Norteamérica. 8 historias sobre la decepción y la esperanza, sobre el amor y el desamor; la esperanza del desamor y la decepción del amor. Historia repletas de reflexiones atinadas, perspicaces y lúcidas. Algunos ejemplos: " Una mujer tiene que elegir su infelicidad particular con cuidado. Era la única felicidad de la vida: elegir la mejor infelicidad"; "La esperanza nunca es falsa. O siempre es falsa. Lo que sea. Sólo es esperanza"; "¡Ser negro es la forma más rápida y fácil de llegar a la Casa Blanca!"; "...tampoco es fácil ser un hombre. Tienes que gastar un montón de pasta en porno y, créeme, es dinero que nunca recuperas"; "La paciencia era un producto químico." Algunas frases hay que contextualizarlas. Es lo que ocurre con la siguiente. La pronuncia un anciano próximo a la muerte: "Compro poco, Nunca sabes cuánto tiempo te queda. Ni siquiera compro plátanos verdes. Eso es invertir con optimismo temerario en el futuro"; "Paradójicamente, la ignorancia preparaba el futuro autoconocimiento. La vida nunca era perfecta"; "El final del amor era una gran película de zombis"; "Quizá todo el mundo tenía su manera de prepararse para morir. La vida se encargaba de que estuvieras listo"; "La mutilación era un idioma. Y al revés"; "La vida no era una alegría encima de otra. Solo era la esperanza de menos dolor"; "La crueldad llega de forma natural a todo el mundo. Pero si uno está confuso, y hace calor, se desorienta todavía más."; "Si tienes impulsos suicidas y en realidad no te matas, coges fama de contradictorio"; "Cuanto más real era un secreto hermoso, menos hablabas de él"; "En realidad las personas son ovejas. Estúpidas como ovejas. En las ovejas, por lo menos una de ellas es siempre lista, y las demás apagan sus cerebros y la siguen"; "El rebaño es el organismo". Mi favorita: "A menos que tengas una vida de gran importancia, los remordimientos son estúpidos, billetes arrugados de un circo que ya se ha marchado de la ciudad"; "Parecía  espiritualmente importante ir a bodas; compensar los velatorios y los funerales. La gente no debía estar en el planeta sólo para llorar pérdidas". Otra de mis frases favoritas: "Si estás solo al nacer y solo al morir, absolutamente solo al morir, ¿por qué no aprender a estar solo en medio?"; "La vieja generación. No pueden aceptar ningún cambio. Ya han acumulado demasiada nostalgia. No pueden aceptar nada más";  "A todos nos gustan los finales felices". Por descontado que con Lorrie Moore no están asegurados los finales felices, pero cuánta felicidad y cuánta inteligencia acumula uno mientras la lee y la relee. Hasta el fin de los tiempos. Impagable.

sábado, 11 de julio de 2015

OMAR SHARIF


Ha muerto Michel Demitri Chalhoub [Alejandría, 1932, El Cairo 2015] más conocido como Omar Sharif. Reconozco que a mí el nombre de Omar Sharif siempre me sonó a diseñador de ropa o de joyas. Es una pequeña maldad. Pero era actor y un actor solvente y entregado cuando se le daban papeles interesantes, que no fue siempre. Surgió de la nada del desierto como un punto negro y amenazante en Lawrence de Arabia [1962] y llenó la pantalla de tensión sexual con su compañero de reparto. Vino para quedarse. Para ser la imagen retórica del hombre que lucha por su ideales, aunque tenga que pagar un alto precio por ello ya sea como "Doctor Zhivago" [1965] o como el Ché Guevara -antes del Ché argentino interpretado por Benicio del Toro, a las órdenes de Steven Solderberbg-, en "Ché!"[1969] dirigida por Richard Fleischer, película que lamentaba haber interpretado. El mayor error de su vida. La década de los sesenta fue su gran década. La Década prodigiosa. Imagen perfecta de la masculinidad, acompañó con diversa suerte a alguna de las grandes divas del momento: A Ingrid Bergman en  su episodio de "El rolls-Royce Amarillo" [1964],  a Sofía Loren en "Siempre hay una mujer" [1967], dirigida por Francesco Rossi; a  Barbra Streisant en "Funny Girl" [1968] dirigida por William Wyler; a Catherine Deneuve en "Mayerling" [1968]; a Julie Andrew en "La semilla del Tamarindo" [1974]; Audrey Hepburn  en "Lazos de sangre" [1979], sin olvidarnos del gran papel de su vida, el papel por el que será recordado, el de "Doctor Zhivago" donde está acompañado por Julie Christie y Geraldine Chaplin, actrices que le roban el papel con su interpretaciones, aunque él sea el protagonista absoluto de esta odisea. Creo que le prefiero en otros papeles. Guardo un buen recuerdo de "Orgullo de Estirpe" [1971], de "El enigma se llama Juggernaunt" [1974]  y de "La noche de los generales "[1966] Era aficionado al bridge, hijo de padres católicos libaneses y su imagen permanecerá siempre unida a la música evanescente y lírica, quizás algo sentimental para mi gusto, escrita por Maurice Jarre que el acompaña en la estepa soriana de Doctor Zhivago. Espero que siga cabalgando por el desierto, está vez como un pequeño punto que se aleja hasta perderse, como nos perderemos todos,en la nada.

sábado, 20 de junio de 2015

XXI PREMIO CIUDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIAS






















No me gusta utilizar mi blog como caja de resonancia, pero a veces, en ocasiones limitadas creo que  merece la pena. Esta es una de ellas. Las islas afortunadas siempre me han traído suerte. Ayer volví de Las Palmas de Gran Canarias donde el Jueves 18 me entregaron el XXI Premio de Poesía Ciudad de Las Palmas por mi poemario "Desnuda luz de la melancolía". Fue un acto sencillo y entrañable y un  viaje largo y complicado con los retrasos de los aviones y las carreras por la terminal dos del aeropuerto Adolfo Suarez. Lo que poco saben es que ya había estado en las Palmas hace diez años, en 2005, cuando fui finalista de este mismo premio y entonces a los finalistas, que solían ser dos, normalmente, también se les invitaba a asistir a la entrega, que entonces era en el Museo Nestor. Guardo un buen recuerdo de aquel primer viaje. A esta ciudad queda unido uno de los que yo considero entre mis mejores poemarios "Vera Efigies" o por lo menos el que está más cerca de la imagen que tengo de mí mismo, esa que apenas muestro en público. La más irónica, creo. Allí conocí a Verónica Pedemonte Morillo, que fue también finalista si no mal recuerdo. Unos años antes, en 2001 estuve en Lanzarote, como jurado del premio de poesía Esperanza Espinola y presentando "Tal vez como si nunca" ya que había sido el ganador del  premio el año anterior. Y el mismo año que fui finalista en el Ciudad de las Palmas, obtuve en Tenerife el premio de poesia Julio Tovar por "Las avenidas de la muerte" y que unos años después ganó mi buen amigo Esteban Martínez Serra.. A Tenerife nunca llegué a ir, pero la edición del libro me gustó mucho. Nunca lo presenté porque solo me entregaron cincuenta ejemplares. Es uno de mis poemarios secretos. Si los plazos se cumplen habrá que esperar un año para que se publique "Desnuda luz de la melancolía". 

domingo, 14 de junio de 2015

VIAJE A SILS MARIA OLIVIER ASSAYAS


No sé si una sesión de matiné con el estómago vacío es la mejor para visionar está magnifica película del director francés Olivier Assayas [1955, París]. Ya he dicho que es magnífica. El post debería acabar aquí y ustedes deberían de acercase a cualquier cine donde la proyecten bien en sesión matinal o de tarde para contemplarla -y utilizo el verbo contemplar a propósito-, porque es un espectáculo sensorial e intelectual que sólo se podrá apreciar en su verdadera magnitud en una sala de cine; jamás en la pequeña pantalla que todo lo envilece y reduce.  Estamos ante una película que podría ser muy francesa y lo es, pero también es muy moderna y muy de Bergman y muy J. Leo Manckiewicz. Teatral en el mejor sentido. Y por supuesto es una película de la Binoche.Y de una actriz -la chica Crepúsculo. Kristen Stewart- que no me lo había parecido hasta ahora. "Clous of Sils Maria" o "Viaje a Sils Maria" como la han traducido, cuando el concepto nube del  original tiene mucho más sentido para la metáfora esencial de la película, pero ya se sabe, esto es España. No vamos a pedirle peras al olmo. Una actriz madura en proceso de separación que debe recoger el premio en nombre de un director de teatro en una ciudad Suiza acompañada de su ayudante personal, una muerte inesperada que es un suicidio, una propuesta para ensayar la obra de teatro que la catapultó a la fama, pero interpretando no el papel de la lesbiana joven, manipuladora y cruel que interpretó entonces sino el de la la mujer madura perdidamente enamorada de la joven. El viaje en tren, la recogida del premio, los ensayos de la obra en la casa del autor teatral fallecido, el fenómeno de las nubes atravesando las montañas que anuncian un posible drama, la joven actriz que interpretará el papel que interpretó ella antes y que está liada con un escritor de éxito felizmente casado. Estamos ante una película sobre el paso del tiempo, sobre nuestro lugar en el mundo, sobre quienes somos, quienes creemos ser, y quienes queremos ser, sobre la realidad y la interpretación, sobre nuestras máscaras e imposturas, sobre el cambio, sobre la fidelidad a nosotros mismos y la traición a los demás, sobre si vivir en el pasado o aceptar el presente, sobre lo bello y lo siniestro, sobre qué no podemos elegir el tiempo que nos toca vivir. Demasiadas reflexiones en un lugar idílico donde parece que pasaron temporadas largas Herman Hesse y F. Nietzche. Algo debe haber quedado en el paisaje. Se fuma, se bebe, se habla, se ensaya. Es una película que va más allá de las relaciones entre el cine y la literatura. Es una reflexión profunda sobre el cine actual de Hollywood también y sobre la vida privada de los actores. Pero ante todo es cine, de ese tipo de cine que ya no abunda tanto, devorado por el otro, por el best seller de pipas y palomitas y las superporducciones en 3D para adolescentes crepusculares. Yo no digo nada, pero si tienen oportunidad vayan a mirar las nubes a Sils Maria, el espectáculo dura dos horas y no saldrán defraudados. Y por supuesto, suena el canon de Pachebel.

PHOENIX CHRISTIAN PETZOLD


Hacer el esfuerzo de ir al cine con lluvia a pesar de la lluvia. La elegida es "Phoenix" de Christian Petzold [1960, Hilden]. Ir a ciegas, sin apenas referencias. Una película más sobre las consecuencias del exterminio de judíos en los campos de concentración nazis. No es un tema que me interese en exceso, pero esta vez me atraía el punto de vista, tan melodramático que recuerda en algún momento por su exceso a R. Werner Fassbinder. Una cantan te judía regresa del infierno de los campos con la cara destrozada y pide que se la reconstruyan tal y como la tenía. Como se dice en la película no es una reconstrucción facial sino una recreación. La cantante tiene dinero puesto que todos sus familiares han muerto. También tiene un marido  pianista que no fue detenido y una amiga que se siente atraída por ella y que es quien la ha rescatado del infierno. Un personaje de los que no se olvidan fácilmente. Existe la posibilidad de marcharse de Alemania para construir un estado israelí y empezar una nueva vida. Pero Nelly Lenz, la protagonista de este renacimiento interior, cual ave fenix, necesita no solo parecerse físicamente a quien fue, sino volver a ser quien fue. Encuentra a su marido  Johnny Lenz que no la reconoce, pero que ve en su parecido físico la posibilidad reclamar la herencia de su mujer y comienza una doble relación la de él por transformarla físicamente en su mujer, aunque ella le avisa de que nadie vuelve de un campo de concentración tal y como entró en él, con un traje rojo vaporoso y unos zapatos de París, y la de ella intentando recuperar al hombre que amaba y todavía ama. Por supuesto hay una traición que a ella le cuesta asumir. Es una película que no s habla de maquillar la verdad de la historia y de la desmemoria asumida. Una película de muertos vivientes que no va de frente sino esquinadamente indagando en los personajes, en sus motivos. Una película con miles de sugerencias. Ese juego de recreación/reconstrucción de la mujer amada por parte del marido aunque no sea por amor sino por interés económico que recuerda al A. Hitchcock de "Entre los muertos" y con momentos puntuales que podrían pertenecer al Fassbinder de "Lili Marlen" o "La Ansiedad de Veronika Voss"; pero también algún instante que nos retrotrae a "Berlin Occidente"  [1948] de Billy Wilder. O ese plano de Nelly Lenz sola  en la estación de tren conociendo ya el suicidio de su amiga y la traición de su marido en el que se asemeja a una versión del final de Ana Karenina.  Miles de sugerencia, ya lo digo. Maravillosamente narrada y  y ese final perfecto con la cantante cantando ante su marido y amigos "Speak Low", cuya letra lee el pensamiento a los personaje. Ese primer plano del brazo con el número del campo de concentración tatuado y esa forma de salir de escena o de plano, desenfocada, fantasma ya de sí misma.

viernes, 12 de junio de 2015

CARENCIAS ESTEBAN MARTÍNEZ SERRA


No es mi costumbre recomendar poemarios de poetas vivos. Sobre todo si son de amigos. Me da cierto pudor. Pero a veces toca romper las costumbres por higiene mental. Reconozco que el autor de "Carencias" es un poeta amigo. Si algo bueno ha tenido escribir poemas es encontrar gente honesta y que va por la vida de frente. Sobre todo en el laberinto poético nacional. Esteban Martínez Serra [Figueres, 1962] es una de esas personas. Un poeta honesto y un amigo.  Alguien que, después de leer mi poemario " Los días del tiempo" con el que gané un premio que él había ganado unos años antes, se tomó la molestia de conseguir mi teléfono, ponerse en contacto conmigo y solicitarme poemas para la revista literaria que coordinaba. He leído casi todos sus libros y el anterior "La luces nómadas" [2010] también editado por Bartleby, a pesar de tratar un tema doloroso en extremo era un libro sereno y luminoso. "Carencias" es un poemario en prosa. Una prosa poética litúrgica y que por momentos remueve algo en lo más profundo del lector.  Un solo poema bastara como tarjeta de presentación y para defender este singular poemario. 

Le arrancaron las botas. Y lo aceptó. Con ellas se llevaron los pasos ciertos, la feliz caligrafía del camino. También la casaca. Y sí, un muerto puede vivir con poca cosa, pero resulta ridículo morirse de frío en pleno abril. Aunque lo aceptó. Le arrancaron el anillo y el collar; y eso no le importó porque bajo tierra la humedad es corrosiva y ningún signo de identidad es necesario. Pero alguien que pasó -no pudo verlo porque ya le habían cerrado los ojos-se llevó sus gafas, y ver borrosa la muerte lo asustó.


domingo, 31 de mayo de 2015

EL ASESINATO DE MARGARET THATCHER / HILARY MANTEL


Comprar un libro tan sólo por su título es un riesgo, pero suelo ser un lector arriesgado. Asumo los riesgos. Normalmente me dejo llevar por mi intuición. Reconozco que no había leído nada de Hilary Mantel [Glossop, 1952] hasta estos relatos. Quizás porque no soy un lector de novela histórica, me aburre. Uno tiene sus defectos. Hilary Mantel es autora de dos premiadas novelas históricas "En la corte del lobo" [2009] y "Una reina en el estrado" [2012] dedicadas a la figura de Cromwell, pero si la incluyo en este blog es por los once relatos de "El asesinato de Margaret Thatcher" [Editorial Destino, 2015] Once relatos que como diría mi madre no tienen desperdicio. Del primero "Perdone la molestia" al último que da título al volumen.  En alguna reseña he leído que son desparejos y desiguales en cuanto a calidad. Pero al mismo tiempo se afirma que la escritora posee un gran talento. ¿En qué quedamos?  También he leído que su escritura se asemeja a la voz de una alegre comadre de Windsor. Asunto discutible. Si llevara la imagen al paroxismo siguiendo la línea de Juan bonilla, podría afirmar que su estilo se asemeja al de una alegre comadreja del windsurf. Bromas aparte, lo cierto es que el estilo irónico, flemático y british  de Hilary Mantel es un digno heredero de Muriel Spark, la autora de la inolvidable "Memento Mori" [1959] con leves toques de Lorrie Moore. La autora de "El asesinato de Margaret Thacher" juega con la voz femenina en primera persona, con los detalles literarios y las citas, con el laconismo, a veces, y las voces en espejo otras, para narrar historias que bordean la trivialidad pero no renuncian al drama. No hay unidad temática, pero ¿ debe tenerla un libro de relatos? Supongo que un libro de relatos unitario ayuda al lector y ayuda al crítico cómodo, pero estos relatos; unos breves como el suspiro del diablo y otros largos como la desolación de un postoperatorio no dejarán al lector que se acerque a ellos indiferente. Hay algo frágil y malsano en la forma de narrar de la Mantel. Un punto oscuro y enfermizo que obliga a fijar la atención en los detalles más perturbadores. Al mismo tiempo que nos da información nos la hurta hábilmente. Y por supuesto están esos brillantes comienzos, que son como desgarraduras. Algunos ejemplos: Él tenía cuarenta y cinco cuando su matrimonio terminó, sin remisión, un cálido día de otoño...[El QT largo]; Yo abro la puerta. Es mi trabajo. Tengo un centenar de tareas administrativas y un puesto definido...[La calle Hartley]; Se llamaba Nicolette Brand y era la amante de mi padre. [Delitos contra las personas]; Un verano de finales de los noventa yo tenía que salir de Londres para hablar en una sociedad literaria, del tipo de las que debieron de quedarse anticuadas a finales del siglo anterior. [¿Cómo la conoceré?];  Septiembre. Cuando su hermana comenzó a adelgazar ella dijo al principio: "A mí qué me importa; cuanto menos haya de ella, mejor". [El corazón falla sin avisar] Comienzos aterradores  en su simplicidad, aunque no lo parezcan y temas que en su trivialidad son todavía más perturbadores. La anorexia, las relaciones lesbianas, el machismo de las sociedades islámicas, la emigración y la explotación de los extranjeros, lo crueldad infantil, la infidelidad. Yo no sé ustedes, pero si les gusta la literatura en general y la británica de alta calidad en particular, no deberían perderse esta colección de relatos donde cada historia es una aventura única.

sábado, 23 de mayo de 2015

CÓMO ACABAR CON EDDY BELLEGUEULE -ÉDOUARD LOUIS


"Para acabar con Eddy Bellegueule" Édouard Louis [1992, Hallencourt] Salamandra 2015. Una narración autobiográfica. ¿No son todas las narraciones autobiográficas en cierta manera?  Siempre se parte del yo aunque sea para narrar una historia de ciencia ficción, pero si partimos del yo para narrar una historia que comienza "De mi infancia no me queda ningún recuerdo feliz", estamos en otro nivel. El nivel del dolor, de la llaga, de la grieta. El personaje dice: " Creía que me acostumbraría al dolor. En cierto modo, los hombres se  acostumbran al dolor, igual que los obreros se acostumbran al dolor de espalda". El dolor, la llaga, la grieta. Razones por las cuales ciertas personas necesitan escribir desesperadamente para no caer en el suicidio o en el asesinato. Alguien afirmó que cada vez que nace un artista hay un asesino menos en las calles. La literatura es un salvavidas. Una tabla de salvación y quien elije aferrarse a ella no repara en nada más. Ni en dios ni en los hombres. Y menos en la familia, que siempre es el infierno más temido. He leído algunas declaraciones de la madre del autor, que como el resto de la familia no sale muy bien parada de este retrato de aprendizaje sentimental en blanco y sepia, sobre que la familia no es así, tal y como sale en la novela. ¿Importa eso? El retrato de la familia en una narración aunque sea autobiográfica, siempre será subjetivo, dependerá del orden de las emociones. La realidad nunca es la realidad, sino la forma en la que la vivimos y sufrimos. Y desde luego Eddy Bellegueule la cuenta como la siente. No desde la rabia, pero si en parte desde la venganza del superviviente. No narra la realidad tal y como fue, eso hubiera sido aburrido hasta la extenuación. La narra eligiendo los momentos y los adjetivos. Esta es una historia sobre alguien que no se acepta; que no acepta su homosexualidad y que intenta a toda costa integrarse en la familia y en la sociedad en la que le ha tocado vivir. Por supuesto no lo consigue y cuando lograr salir del circulo vicioso de la culpa y del engaño a uno mismo, reflexiona sobre los motivos y las razones, sobre el porqué. Las escenas aunque nos parezcan tópicas están perfectamente seleccionadas. Todo el proceso de negación representado en esa pareja de chicos de su colegio que le pegan y le escupen y le llaman marica, pero a las cuales él nunca denuncia porque si nadie se entera de la ofensa, la ofensa no existe. Aunque claro como afirma el propio personaje:  "Nunca se acostumbra uno a que lo insulten".  Toda la parte de las novias que se busca. Lo mejor de la narración son los retratos de los personajes y un humor frío y soterrado que a veces te golpea cuando menos lo esperas. Y claro está el proceso de toma de conciencia del personaje que se sabe distinto y al que no le queda más remedio que ya que no puede encajar debe huir y reinventarse para ser; no alguien distinto sino el que siempre ha sido. Algunas escenas son descarnadas hasta decir basta. Toda la parte en la que un amigo y el mantienen relaciones sexuales con otro amigo y su primo. Más que por la crudeza del tema, por el trasfondo. Cuando la madre los pilla y se hace público el asunto, los otros tres no sufren ningún castigo. El estigma del gay, del marica, del diferente, no es que lo seas, sino que además lo parezcas. El crimen de Eddy Bellegueule es parecerlo. La hipocresía social es un gran tema del que todavía se ha escrito poco. El protagonista quiere cambiar, lo ansía, pero "Todos los días eran una desgarradura. No es tan fácil cambiar". En esta novela terrible y conmovedora nos explica con sencillez cómo lo logra. No se la pierdan por absurdos prejuicios literarios. 

sábado, 16 de mayo de 2015

UNA NUEVA AMIGA FRANCOIS OZON


Soy un casi adicto al cine de Francois Ozon [París, 1967] Siempre que estrenan alguna película suya y me pilla a mano hago lo imposible por asistir al estreno. Guardo buen recuerdo de Gotas de agua sobre piedras calientes [2000], que vi en los desaparecidos cines Astoria de Alicante; Ocho mujeres [2001], Swimming Pool [2003], En la casa [2012]...Reincido de nuevo, me dejo llevar por mi adicción a Ozon; por su deslumbrante sentido del exceso y de lo barroco que transforma lo poco probable en posible. Esta es una historia de amistad y de amor, pero también es una historia de identidades conflictivas, de identidades sexuales conflictivas.  ¿Qué separa el amor de la amistad? Hay dos amigas que lo son desde la infancia y para toda la vida y para más allá de la muerte. Hay dos matrimonios que parecen convencionales. Hay una muerte prematura y un hombre al que le gusta vestirse de mujer, aunque sin renunciar a alguno de sus atributos masculinos. Amor, matrimonio, hijos, lesbianismo, travestismo Una forma diferente de entender la vida y la sexualidad y las relaciones de pareja en un mundo, el actual donde todo ha dejado de ser blanco y negro como todavía pretenden hacernos creer ciertos partidos de derecha o ultraderecha legislando sobre quién se va con quién a la cama y a qué hora y en que condiciones. El sexo es uno de los pocos espacios de libertad del esclavo/trabajador moderno. Vivimos en mundo cambiante donde cuando la Iglesia parece que da pasos hacia delante, aunque sea cortos y puede que torpes y el Islamismo da pasos hacia atrás, volviendo no hacia la edad media sino hacia las cavernas paleolíticas, el poder político y económico atenazan la libertad sexual de los ciudadanos. Pero volvamos a "Una nueva amigas". Una película bizarra siempre a un paso de caer en el ridículo, pero que lo bordea con gracia y ternura. Una película que no juzga a sus personajes sino que los deja respirar en libertad, desarrollarse, crecer, equivocarse, rectificar. En suma vivir. Podría ser un drama en toda regla, pero Francois Ozon opta por la comedia y por los finales felices. Pero no por esos finales felices convencionales, sino por un final feliz de cuento de hadas que es la imagen de un presente plural, abierto, democrático y emocionante, donde la libertad individual es la única moneda de cambio. 

sábado, 9 de mayo de 2015

OTTO - BRUCE LABRUCE


Se me va la pinza. Ahora me dedico a ver, como anuncia la publicidad "una película de terror gay del subgénero zombie" del año 2008 dirigida por ese iconoclasta inclasificable que es el director, escritor y fotógrafo canadiense  Bruce Labruce [Ontario, 1964]. ¿Existe el subgénero zombie en el cine gay? ¿Existe el genero cine gay de terror? Uno tiene claro que existen algunos subgéneros en este tipo de cine. En el gay, me refiero. Las películas de militares; por ejemplo. ¿Género bélico gay? Dan ganas de echarse a reír. Por no llorar.  La estúpida afición del género humano a clasificarlo todo para tenerlo todo controlado y al mismo tiempo poder ser controlado. Todo etiquetado y bien guardado. Cada cosa en su sitio. Todo atado y bien atado, como en otros tiempos. Quizás de eso trata "Otto; or Up with Dead People", sobre el diferente, sea gay o zombie o como en este caso zombie y gay. El joven protagonista tiene que cargar con dos estigmas. La película se ambienta en Berlín y podría pasar por una orgía de sexo y sangre, si no fuera por el talento del director para lo bizarro y para lograr conjugar lo ético con lo estético, lo sórdido con lo sublime, el pasado con el presente, lo real con lo irreal. La trama no es tan simple como que un joven zombie gay se dedica a descuartizar a cuanto tipo de buen ver se cruza en su camino. Existe una trama y una subtrama, existe una directora lesbiana {Medea Yarn} que buscar un actor para rodar una película de tono político sobre zombies que dominarán el mundo en un mundo donde los gays son brutalmente asesinados y quemados. Ya digo abunda la hemoglobina y el tono onírico. No es desde luego una película para todos los gustos ni para todos los estómagos. Como el último poemario de Luna Miguel. Y aquí mezclo cine y literatura. Ya digo se me va un poco la pinza. Pero de verdad merece la pena echarle un ojo al cine de Bruce Labruce. Calificarlo como cine gay porque incluye desopilantes y nada lubricas escenas eróticas es rebajarlo a nivel de mercancía  barata para pasar el rato. Divertimento kitsch. Recuerdo haber visto en el cine años atrás "Hustler White" [1996] con Tony Ward, sobre la prostitución  masculina en Santa Monica Boulevard. Le había perdido la pista y ahora me reencuentro con él en "Otto", que se vende en  DVD un pack con otra película suya posterior de zombies extraterrestres  en Los Ángeles "L.A. Zombie" [2010] ésta sí, mucho más destroyer y protagonizada por Francois Sagat. Bruce Labruce, el discreto encanto del escándalo y la provocación. Y si además se hace con inteligencia, mucho mejor.

sábado, 2 de mayo de 2015

LA SOMBRA DEL ACTOR - LA HUMILLACIÓN- BARRY LEVINSON .PHILIP ROTH


Una película extraña, híbrida. Como todas las mezclas imposibles. Una película de actor. Una película de Al Pacino. Sale en el noventa y nueve por ciento de los planos. Un actor al final de su carrera, en decadencia, quizás, interpretando a un actor en decadencia. Un doble espejo deformante. Una película de Barry Levinson, un director comercial que nunca me ha gustado mucho, que no parece una película de Levinson.  Una adaptación de una de las últimas novelas de Philip Roth: "La humillación" [2009]. Todo eso y puede que algo más y diferente es "La sombra del actor" estúpido título en español del original. Título que provoca cierta confusión con otra película de los años ochenta dirigida por Peter Yates sobre la relación entre un actor shakespereano en decadencia y su ayudante. En esta adaptación de la novela corta de Roth, también hay mucho Shakespeare, más que en la novela original, que al comienzo de la novela si que habla de Macbeth y Próspero.  Levinson y Pacino han realizado sutiles cambios sobre el material de partida. Cambios que son fundamentales por sutiles. La Mujer y el hijo del actor desaparecen, lo que acentúa la soledad del personaje, su fragilidad. Simón Axler es un personaje que al perder su don lo pierde todo, puesto que ha sacrificado su vida personal para entregarse a su arte. "La sombra actor" como "La humillación" son dos obras que hablan sobre un derrumbamiento emocional. Sobre un fracaso existencial. La vejez impone sus leyes. Humilla y veja a quien una vez fue una persona en plena posesión de sus capacidades y cualidades. La película hace hincapié en este aspecto. En la película también se cambia la edad de la nueva compañera lesbiana del protagonista que en la novela tiene sobre los cuarenta años. Adelantar esta edad, abre la puerta a diversos deslizamientos e insinuaciones colaterales.  Que posiblemente fuera hija suya. Por ejemplo. El personaje de Syvil van Buren, es demasiado exagerado en la película, histrionismo que no creo que desagrade a Roth, muy propenso a este tipo de personajes  excesivos. En la novela hay una referencia a un papel al "Largo viaje hacia la noche" de O´Neill que le ofrecen al actor para volver al teatro, pero aquí le vuelven a ofrecen un Shapeskeare. Cambios que no sé si mejoran el original. Eso si permiten el suicidio final del personaje sobre un escenario en lugar de hacerlo en su casa con una pistola como si interpretase al personaje de Gavriloch en "La Gaviota" de Chejov. Por cierto la referencia a la obra de teatro del autor ruso, en la película se realiza a través de una película  interpretada por Simón Axler. Al Pacino debatiéndose entre lo sublime y lo ridículo. La secuencia en el banco de esperma para saber si puede tener un hijo. Por otro lado me ha gustado mucho la forma de planificar las conversaciones con el psiquiatra -siendo Roth no podía faltar el psicoanálisis-, logra que una parte de lo que cuenta el protagonista no sea real sino parte de un fantasía. Una posibilidad. Un ensueño. No el sueño de una noche de verano, sino el ensueño de un anciano en el otoño de su decadencia. El resto del reparto al nivel de un Al Pacino realmente estupendo.

sábado, 18 de abril de 2015

EL MIEDO GLOBAL -EDUARDO GALEANO


Uno quiere creer que no existe la muerte o que toda la vida es muerte y toda la muerte es vida y que los escritores necesarios, los imprescindibles, lo que no viven de esto por la cara o para lucrarse o como modo de supervivencia; los escritores morales, no deberían morir nunca porque son necesarios. Como el aire, como el agua, como lo alimentos terrestres o la tristeza. No como los políticos corruptos o los banqueros hijos de sus madres o los empresarios deshonestos y tiranos.  Pero los escritores necesarios también se mueren. Esta semana se han muerto dos, igual de necesarios, quizás porque  ambos creían que la literatura era un  revulsivo. Una manera de enfrentarse a las desigualdades de la existencia. Hoy recuerdo a Eduardo Galeano [ Montevideo, 1940-Montevideo 1915]. Entre ambas fechas un inagotable manantial de literatura. Yo elijo de entre todo ello, un poema, un simple poema, titulado: el miedo global.

                    EL MIEDO GLOBAL

                    Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
                    Los que no trabajan tienen miedo
                   de no encontrarlo nunca.
                   Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
                   Los automovilistas tienen miedo a caminar
                   y los peatones tienen miedo a ser atropellados.
                   La democracia tiene miedo de recordar
                   y el lenguaje tiene miedo de decir.
                   Los civiles tienen miedo a los militares,
                   los militares tienen miedo a la falta de guerras.

                   Es el tiempo del miedo.
                   Miedo de la mujer a la violencia del hombre
                   y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
                  Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
                  Miedo a la puerta sin cerradura,
                  al tiempo sin relojes,
                  al niño sin televisión,
                  miedo a la noche sin pastillas para dormir
                  y miedo al día sin pastillas para despertar.
                  Miedo a la multitud,
                  miedo a la soledad,
                  miedo a lo que fue
                  y a lo que puede ser,
                  miedo de morir,
                  miedo de vivir 
                                          Eduardo Galeano.