sábado, 31 de enero de 2015

LO QUE VIO EL MAYORDOMO JOE ORTON


Me gusta el teatro, pero no suelo acudir con la suficiente regularidad para considerarme un espectador habitual. Me molestan las colas, me aturde el gentío. Tampoco es fácil ver representadas las obras teatrales del escritor inglés Joe Orton [Leicester, 1933- Londres 1967] Hoy he decidido hacer una excepción para asistir a la representación en el Teatro Arniches de Alicante de "Lo que vio el mayordomo". Una obra de Orton que se estrenó en 1969 después de su muerte a martillazos a manos de su amante Robert Halliwel. Tengo una cita con uno de mis pequeños mitos personales. La vida de Orton siempre me ha fascinado desde que leí sus diarios publicado por  la editorial grijalbo en 1990. Fue tanta la fascinación por el personaje promiscuo y ligeramente amoral que aparecía retratado en aquellas páginas, siempre buscando el sexo rápido en los urinarios o en los locales de la época, pero al mismo tiempo intentando llegar a ser alguien en el campo literario que escribí un poema sobre él. El poema apareció publicado en "Los días del tiempo" con el que obtuve el premio  Hispanoamericano de poesía Juan Ramón Jiménez en el año 2002.

                                   JOE ORTON SUEÑA MORIR EN TÁNGER


                                   Tánger, mayo-junio de 1967.
                                   Rue Pizarro, espejos y mobiliario antiguo.
                                   Relajamiento y serenidad. El aire caliente
                                   nos abraza por la cintura como si nos conociera 
                                   de toda la vida.  un abrazo efusivo y benévolo
                                   mientras bebemos  té sentados en la terraza
                                   de un café del bulevar Pasteur.
                                   Todos los muchachos se llaman Mohamed.
                                   La miseria se puede comprar por quince dirham.
                                   Uno podría acostumbrarse a vivir aquí eternamente.
                                   Sol y sombra, callejuelas tortuosas, moscas,
                                   baños españoles  y placeres ilícitos.
                                   ¡Qué lejos Londres, el teatro y la niebla!
                                   Uno podría morir aquí en el más absoluto abandono.
                                   Los cipreses del jardín susurran su melodía.
                                   Ahora llueve torrencialmente y el agua chapotea
                                   en los cantaros de la terraza, pues, al final,
                                   ninguna buena acción queda sin su castigo.

viernes, 23 de enero de 2015

PIER PAOLO PASOLINI


*Dos fotos de la serie "Suturas" en la que trabajo al margen de mi faceta literaria. Siempre me han fascinado los marginales y los margenes; las grietas,  las heridas, lo inhóspito, lo que está fuera de la sociedad y por eso mismo la contempla con una sentido crítico que muchas veces la propia sociedad es incapaz de aceptar o tan siquiera tolerar. ¿Qué opinaría Pier Paolo Pasolini de los acontecimientos políticos y sociales, pero especialmente de los derroteros económicos que está tomando Europa? No sé. Era un transgresor, alguien con  ideas propias, con una visión del mundo poco común y con libertad para expresarlas. El miedo no iba con él. Quizás le costó la vida, pero qué valor posee la vida si no puedes vivirla tal y como tú deseas. Hoy me han venido a la cabeza imágenes de algunas de sus películas, de repente y he recordado a modo de homenaje, un poema que escribí hace más de veinte años y que apareció publicado en "Quedan las palabras", poemario  apenas distribuido y con el que obtuve en 1997 el Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández.


                                                  PARA PIER PAOLO PASOLINI QUE AMANECIÓ
                                                  ASESINADO EL 2 DE NOVIEMBRE DE 1975  EN
                                                  LA PLAYA DE OSTIA.


                                                 Lucías una herida en el costa
                                                 como un escorpión de nácar 
                                                 o una oropéndola,
                                                 pero hablabas de las madres viles,
                                                 de las madres mediocres
                                                 y de los mozalbetes y rameras
                                                 de alegrías efímeras.
                                                 Amabas a los adolescentes
                                                 y apurabas en sus labios
                                                 el colibrí fugaz de la belleza.
                                                 Te dejabas besar en las esquinas
                                                 mientras crecía entre tus manos el deseo.
                                                 Refulgían los cuerpos en la playa
                                                 fundidos con la sombra de la luna.
                                                Y lucías un desnudo impecable
                                                maquillado de besos y de arena
                                                para sufrir una vida de madrugadas 
                                                remotas y gozar una muerte de lujos.

domingo, 11 de enero de 2015

LO QUE NO SE DICE VARIOS AUTORES


Es difícil comentar un libro de relatos de encargo. Es complicado hablar de 11 autores diferentes y no quedar mal con alguien o bien con ninguno. Es absurdo intentar contentar a todos. Es extremadamente difícil escribir sobre "Lo que no se dice" [Editorial dosbigotes, 2014] y salir indemne del intento, pero lo que es extremadamente fácil, y esa es su mejor baza, es leer este libro de relatos de encargo sobre los tópicos más  típicos y arraigados de este país nuestro -tan peculiar y tan castizo, tan de iglesia y pandereta, tan de toros y nacionalismos varios-,  vistos desde una perspectiva gay. La gente fina diría óptica homosexual. No sé. A algunos autores los conozco más y a otros un poco menos o nada. Pero eso formaría parte de la espuma de la reseña. Decir que  creo que un día coincidí con Lluis Maria Todó en un local de ambiente de Alicante, pero claro no tenía "El juego del mentiroso" a mano para una firma porque cuando uno sale de copas va a otra cosa; que tengo  firmados un par de poemarios y las novela a dos manos de Luis Cremades; que he leído a José Luis Serrano, a Luisgé Martín -  bastante, creo que también tengo alguno de sus primeros libros de relatos firmado-, y a Lawrence Schimel, un poemario; que además de tener varias obras suyas firmadas he coindicido dos o tres de veces en la vida con Eduardo Mendicuti, una primera vez en Murcia, más tarde en un concurso de poesía erótica de nombre fantástico "el certamen de poesía erótica pantera rosa" donde él era el mantenedor y yo uno de los ganadores en Argamasilla de Alba, y otra vez en el festival de Cine de Alfas del Pi, con motivo del estreno de "Los novios búlgaros" ocasiones que aproveché para a través de él hacer llegar mis primeros poemarios a Luis Antonio de Villena, del cual tengo además de alguna  amable postal poseo media docena de obras firmadas entre novelas libros de relatos y poemarios, no ayuda más que a centrar el asunto, a conocer mis gustos si conocer los gustos de alguien sirve de algo. Sirva lo anterior de preámbulo. Parto de la base de que un libro de relatos de varios autores es una suma de voces desiguales, diferentes estéticamente y también estilisticamente, divergentes a veces. Parto de que un libro de relatos de estas características, un encargo, es más una suma de buenos propósitos y buenas intenciones que un libro redondo, cerrado y perfecto. Siempre he pensado que la perfección no existe o si existe es estéril o procrea monstruos, según dice Emil Cioran. El equilibrio de "Lo que no se dice" no es perfecto, pero la selección de relatos tiene un encanto  especial; un encanto que quizás no tendría si todo fuera perfecto. La vida es desequilibrio y en especial la vida gay. Aquí tenemos unas cuantas miradas sobre esas formas de vida. No sé quién a asignado a cada autor el tema que ha desarrollado. Si han sido ellos mismos quienes lo han elegido o les ha tocado en suerte a la buena de Dios. Ciertamente parece que a E. Mendicuttiy a Luis A. de Villena, los relatos  en suerte les han caído a pedir de boca, teniendo en cuenta el tipo de literatura que ellos están acostumbrados a escribir. El primero hace como ya nos tiene acostumbrados, retruecanos y virguerías lingüísticas, verbales y eróticas en un relato de toros, ligue callejero y pitones a tres bandas, todo con mucha gracia y mucha guasa y mucha retranca. De Villena realiza un ejercicio de vuelta al pasado, a un tiempo ido y a una institución, el ejercito y la mili obligatoria, hoy  fuera de uso, pero que en un tiempo no tan lejano, fue dejando victimas en el camino - entre las que me encuentro-, aunque también hubo quien despertó a la vida en aquellos meses y se lo pasó pipa haciéndose un hombre hecho y derecho, como se decía; o haciéndose dos o tres hombres. A Luisgé Martín le ha tocado un tema poco agradecido, el futbolístico, que el resuelve con gracia exagerando el espíritu de la letra con humor. No le quedaba otra, o escribía un relato porno de vestuarios y duchas comunes o jugaba a regatear con el binomio placer dolor en una pirueta con fractura de tibia y peroné. El relato de L. Schimel da más juego. Me encanta el comienzo del relato y la ambientación familiar en el pueblo y esa madre tan comprensiva. Luego todo es un poco cuento de hadas estilo ballet "Cascanueces" con desorientación de genero, pero en variante flamenco pop. Podía haber caído en el ridículo, pero no lo hace. El de Oscar Equivias en un relato delicioso, culto, largo, repleto de detalles significativos.Un relato largo y delicioso sobre belenes, catequistas, la vida en provincias y viajes al Vaticano. Y como todo lo bueno se hace esperar, con sorpresa final que pone los puntos sobre las íes. Es como si se licuase en la boca mientras lo vas leyendo. "Manos mágicas" de Luis Cremades quizás habla de demasiadas cosas al mismo tiempo y eso le resta intensidad. El principio también es estupendo. Como lo es el final. Ese final agridulce, abierto. Un buen relato sobre religión y coros de iglesias y el amor y las mentiras, y como el amor nos cambia para bien o para mal, porque todo, lo bueno y lo malo deja huella,  nos enriquece aunque provoque dolor. Lluis Maria Todó nos cuenta una historia de boy-scouts y burguesía catalana allá por el año 1964. Posiblemente la mezcla es explosiva, compleja, con infinidad de matices para poder ser reflejados en tan pocas páginas.  Creo que hace demasiado hincapié en el contexto social de la época. ¿Azul o verde? de Óscar Hernández  no es un cuento de hadas sino una  especie de telenovela sudamericana ambientada en un país vasco rural y muy celtibérico. Es un relato tan demelenado y tan brutal que uno no puede dejar de leerlo con una sonrisa en los labios. Ese padre tan padre y esa hermana tan hermanísima y esa posible boda y el burdel de carretera y el príncipe azul que trabaja en el matadero y esa secuencia  de intento de violación con lluvia y caballos. Un desmelene total. A pesar de que lo que se nos cuente sea un drama como en las telenovelas sudamericanas. Pura exageración literaria. Y entro en los tres relatos que más me han gustado de la antología. No entro en si son mejores o peores que los anteriores. Es cuestión de gustos personales. "Nunca en septiembre" de Fernando J.López mezcla adolescencia y supervivencia educativa en un relato de iniciación. Dudas y miedos se combinan con gran eficacia. "No te levantes"  de Álvaro Domínguez es posiblemente el relato más logrado y el más sutil de la antología y el más terrorífico. El infierno siempre es la familia. Debo reconocer que me subyugan los relatos sobre relaciones familiares, que como todas las relaciones, incluidas las sexuales, suelen ser relaciones de poder y manipulación. Dejo para el final "Hipocampos" de José Luis Serrano. ¿Por qué? Puede que porque sea el relato que más me ha gustado, porque se aproxima más al tipo de relato que escribo yo, porque habla del paso del tiempo y de los mitos que de derrumban, porque ofrece una imagen sexual perturbadora -esas moscas alrededor de la bragueta de Juan Carlos, el escayolista, que no era el escayolista-, y porque duele el relato, duele como si estuviera gritando una verdad en medio de la calles. La antología  "Lo que no se dice", titulo por otro lado evocador -a medio camino entre los versos de de Luis Cernuda Si el hombre pudiera decir lo que ama ...y ese verso del poema de Lord Alfred Douglas "Dos amores" [1882] El amor que no se atreve a decir su nombre-, no es una panorámica de toda la literatura gay que se escribe en la actualidad en este país nuestro, pero si que es un mapa del tesoro con algunas gratas y magnificas sorpresas en su interior. Cada lector puede y debe encontrar las suyas.

sábado, 10 de enero de 2015

ES LO QUE TOCA REIVINDICAR EL HUMOR FRENTE A LA BARBARIE








Negar a Dios será la única forma de salvar el mundo. [F. Nietzsche] - Cuando dios se calla uno puede dedicarse a lo que quiere. [J. P. Sartre] - Cuando se deja de creen en dios, enseguida de cree en cualquier cosa. [G. H. Chesterton] - Dios aprieta pero no ahoga ni cae en el sadismo. [R. Fontanarrosa] -Tenemos suficiente religión para odiarnos unos a otros, pero no lo bastante para amarnos. [J. Swift] - No tengo  objeciones contra la religión de nadie, sea cual sea, mientras esa persona no mate ni insulte a ninguna otra persona porque ésta no cree también lo mismo. [H. Melville] -La libertad es algo que muere a menos que se utilice. [H. S. Thompson] - Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad la prensa nunca será otra cosa que mala. [A. Camus] - El periodismo es libre o es una farsa. [R. Walsh] - Por cada hombre libre que muere nacen diez esclavos y el porvenir se ensombrece aún más. [A. Camus] - Solo el humor puede darnos la fuerza necesaria para soportar las tragedias de la existencia. [E. Ionesco] - El humor puede ser demoledor. [F. Vallejo] - Si el hombre tuviera más sentido del humor las cosas podrían haber sido diferentes. [S. Lem] - Tener fe significa no querer saber la verdad. [F. Nietzsche] - El salvajismo no sabe reírse. [E. J. Poncela] - La diferencia entre los seres humanos y los animales salvajes es que los seres humanos oran antes de cometer una asesinato. [F. Dürrenmatt] - Se puede admitir la fuerza bruta, pero la razón bruta es inadmisible. [O. Wilde] -Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada en este mundo. [A. Camus] -Perdona siempre al enemigo, no hay cosa que le enfurezca más. [O. Wilde]

martes, 6 de enero de 2015

¡PONTE, MESITA! ANNE SERRE


Una sola línea basta para golpearte hasta dejarte K.O. Esa primera línea es la del comienzo de ¡Ponte, Mesita! [2014, Anagrama] escrita por Anne Serre [Burdeos, 1960] Esa primera línea dice: La primera vez que vi a mi padre disfrazado de chica tenia yo siete años. Contengan la respiración y prepárense para lo que viene. Desde ahí hasta el final, 69 páginas, que son novela y fábula amoral y cuento perverso o todo junto y mezclado con algo más, algo indefinible que transforma el argumento, poco convencional, en un relato no apto para todos los gustos y paladares. Es una novela sin tabúes y sobre tabúes. Se apoya levemente en un cuento de los Hermanos Grimm. ¿A dónde nos conduce esta novela breve o fábula amoral o cuento perverso? Posiblemente al corazón podrido del ser humano, al corazón de las tinieblas,  a los instintos, a ese espacio donde el hombre es un lobo para el hombre, una alimaña, y donde la familia no es más que una infierno en miniatura del mundo exterior. Ya nos avisaba Tolstoi de las familias felices. No me cansaré de repetirlo. Lo de las familias felices. No hay doble moral o sí. Los personajes se ven obligados a mentir y a esconderse. Porque nada resulta más fácil a un  niño que mentir, incluso es su universo, aquel en el que se se desenvuelve con más facilidad y éxito. [Pag. 15] Francia, años sesenta del siglo pasado. Tres hermanas menores, una madre ninfónama que se deja sodomizar inclinándose sobre la mesa del comedor que es metáfora y memoria de la infancia perdida, un padre transformista y unos amigos de los padres que son lo mejor de cada casa. Pedofilia, incesto, adulterio y otras perversiones son relatadas por la protagonista con infantil complacencia. No hay juicios de valor ni prejuicios. Nada se cuestiona. Solo la realidad del sexo en estado puro. Mamá iba desnuda la mayor parte del tiempo. [Pag. 10] Creo que la que tendrá mejor disposición para ser sodomizada será Ingrid. [Pag.12] Puede decirse que Pierre Peloup fue mi primer amante -después de papá-, pues el doctor Mars, aunque nos tocaba con agrado, no se introdujo en nosotras hasta más delante. [Pag. 20] El sexo de papá nos deleitaba. No nos cansábamos nunca de verlo ni de tocarlo.  [Pag. 25]  Podríamos celebrar ¡Ponte, mesita! como una catálogo de atrocidades apto para mentes pervertidas y calenturientas, pero en la página 38, todo da un vuelco y se acaba. La novela se acaba y comienza otra cosa. Otra novela abrupta, breve, la novela del desarraigo de la protagonista que a los quince años abandona el hogar y se dedica a viajar de la mano de su instinto para lograr dormir en el hotel más barato del mundo y de la mano de la bondad de los desconocidos que la alojan. En cierta medida la protagonista añora ese paraíso perdido que más que nada era un infierno familiar. Se destaca la incapacidad emocional del personaje. Durante mucho tiempo carecí de sentimientos. [Pag. 42] A falta de sentimientos la  protagonista se salva a través del lenguaje y de la escritura. Propuesta sanadora y curativa de la literatura. Poseía el sentido del lenguaje. Las palabras razonaban para mí; tenían una presencia...estaban casi vivas. [Pag. 43] La protagonista anhela una paz que no termina de encontrar o que se esfuerza en encontrar en la última línea de esta historia que golpea donde más duele y abre heridas y te coloca este catálogo de atrocidades contado en primera persona de una manera elegante y devastadora. Una historia que no avisa, que se impone torrencialmente y que no te da tiempo para pensar qué tipo de artefacto literario y explosivo tienes entre manos. Cuando vas a intuirlo ya te ha estallado dentro del corazón. Quisiéramos escapar como la protagonista, pero no hay refugio. Solo las palabras. Puede que como novela le falte algo y esta mesita se quede coja. No sé, es una impresión. Quizás debería haber sido algo más "destroyer" y tener un  final menos condescendiente, pero lo que ofrecen  estas 69 páginas deja huella,  devasta, nos transforma. Como toda la buena literatura.