viernes, 20 de marzo de 2015

PURO VICIO/VICIO PROPIO PAUL THOMAS ANDERSON




No soy lector de  Thomas Pynchon [Nueva York, 1937] Que la historia de la literatura me perdone y disculpe, pero vivir es elegir y uno sabe, a cierta edad, que ya no podrá leer todo lo que se ha publicado; hay que seleccionar y descartar. Yo descarté a Pynchon de entrada. Soy de distancias cortas. Puede que algún día me decida a leer "La subasta del lote 49" [1966] por empezar por el principio o casi. Hoy he visto en el cine la adaptación de "Vicio propio" [2009] aquí traducida estúpidamente como "Puro vicio". La explicación del titulo aparece perfectamente clara dentro de la trama. Esos materiales que se pueden romper o estropear por poseer vicios propios, inherentes al material de que están compuestos. Por ejemplo el cristal o el chocolate. ¿Cómo aplicar esa metáfora a una relación amorosa? Puede que ése sea el tema principal de una película que carece de tema principal y se dispersa  y diversifica y multiplica en una trama rocambolesca y psicoldélica sobre un magnate  magnate arrepentido y desaparecido, un policía corrupto y violento, recalificaciones de terrenos, trafico de drogas, pederastia, un intérprete de jazz también desaparecido...todo en Los Ángeles a finales de los setenta. Manda la estética sobre la ética. De entrada reconozco que no me ha gustado, aunque en líneas generales tampoco me ha disgustado. He leído críticas a favor y en contra. Indiferente no deja, pero cómo valorar los pros y los contra. Reconozco que me disgustan las películas donde todo se sale de madre, tipo "Miedo y asco en las Vegas" [1998] de Terry Gilliam. Y ésta es una de ellas. Quiere ser sarcástica a toda costa y tan paródica, que el esfuerzo resulta a ratos cansino. Quizás hubiera resultado más efectivo pautar las secuencias y alternar unos momentos con otros. No sé. Reconozco que tener durante dos horas y media la cara/ geta de Joaquín Phoenix en pantalla con cambio de peinados incluidos no es plato de gusto. Reconozco que hay alguna que otra set piece que funciona de modo independiente cuando se le aplica el modo paródico. Por ejemplo: la secuencia de la conversación con el abogado y padre de la adolescente con tendencia a fugarse de casa, la visita a la casa del magnate desaparecido y el diálogo con la esposa o la visita a la delegación del colmillo dorado. Pero son secuencias aisladas. Luego está la historia de la pasión amorosa de Doc Sportello por Shasta condenada al fracaso, pero uno no sabe muy bien por qué. Ni por qué existe ni por qué está condenada al fracaso. Puede que solo porque lo apunta el guión. Puede que en la novela la relación sí que funcione. Y además está la música diegética de fondo sonando todo el rato por debajo de las conversaciones que quieren ser graciosas y pocas veces lo son.  Que sí, que bien, que qué quieren que les diga; pues nada, que para emplear dos horas y media de tu vida en ver una película o un par de días en leer en libro de quinientas páginas hay que estar muy convencidos de que el asunto te entusiasma. Si están en esa tesitura y son unos firmes admiradores de la obra de Pynchon, adelante. Si lo son de la obra  cinematográfica de Paul Thomas Anderson, quizás no tanto.

sábado, 14 de marzo de 2015

BRASSERIE ROMANTIC / JOËL VANHOEBROUCK


Acabo de ver "Brasserie romantic". Qué raro, una película belga. Una comedia belga, un drama belga, una película romántica belga del año 2012, que se estrena ahora en Alicante. Joder. Y encima en una sala de cine de 800 butacas y me he dado el gran lujo de ser el único espectador.  Lujo de sábado por la tarde. Claro, la gente prefiere el tardeo y el petardeo. Para qué gastarte 8 euros en que te cuenten una historia en forma de comedia dramática o drama cómico si en la puta calle estás mejor con los amigos. Pues eso. Ustedes se lo pierden. Una actriz excepcional: Sara de Roo. Un guión inteligente. Una puesta en escena prodigiosa. 100 minutos que se pasan en un suspiro. Ni un solo disparo o persecución automovilística. Algún chiste pasablemente malo que intenta ser eso, un chiste pasablemente malo. El de los espermatozoides. Y todo para hablarnos de las segundas oportunidades en el amor. Yo nunca he creído en las segundas oportunidades, ni en el amor ni en la literatura ni en la vida real. Creer en las segundas oportunidades es como creer en el más allá. En esta película hay de todo un poco, parejas que creen en la segunda oportunidad aunque no la tengan, y parejas que sencillamente no tienen ni siquiera esa posibilidad. Hay gente que vive en el pasado y gente que vive más allá del pasado. El menú es suculento. El final no demasiado feliz, pero a quién le interesan los finales felices. La vida nunca tiene finales felices, pero los seres humanos creen en ellos con los ojos cerrados; quizás porque el amor es ciego. Esto de hilvanar tópicos se me da bien. Si han perdido la primera oportunidad de verla, por eso de ser paradójico, yo les recomendaría, que no dejen pasar la segunda oportunidad. Puede que en la cartelera aguante una semana entera.

sábado, 7 de marzo de 2015

MAPS TO THE STARS DAVID CRONENBERG


Hay directores capaces de inventarse y reinventarse a sí mismos una vez y otra vez, y en cada reinvención ser fieles a sí mismos y diferentes. David Cronenberg [Toronto 1943] es uno de ellos. Su último artilugio cinematográfico tras el inmerecido fracaso de "Cosmópolis" [2012] se titula "Maps to the Stars" y posiblemente no tenga tampoco demasiado éxito entre el público adocenado que la industria  del cine ha ido creando y manufacturando tras años de ofrecernos entretenimiento plano y bodrios con palomitas. Ya se sabe que lo que realmente da beneficios en el negocio son las palomitas, no las entradas. Cronenberg es un director tortuoso, ambiguo, con tendencia a la penumbra. Y también morboso. Sus películas siempre tienen un plus de carnalidad y de negrura. Le gusta transitar el lado oscuro del ser humano. Y no del corazón, precisamente, sino de la pasión y los bajos instintos.  Para Cronenberg el hombre es puro instinto. Todavía recuerdo el desasosiego que despertó en mi la visión en un cine de Murcia  de "Inseparables" [1988] Fascinación y horror a partes iguales. Las mismas que he sentido, aunque de otro modo, en este "Maps to the Stars" que viene revestida de comedia negra y cínica sobre  el Hollywood actual, pero en verdad nos está hablando de otra cosa más profunda, sutil y compleja. En realidad nos habla de las debilidades del alma humana y de las relaciones familiares, madres e hijas, padres de hijos, hermanos incestuosos, abusos infantiles, lesbianismo, drogas, suicidio, asesinato, sexo. Todo muy fashion y muy cool.  Personajes torturados e insólitos,  desagradables, egoístas, personajes deslenguados que no buscan la empatía del espectador. Los aborrecemos en el mismo instante en el que los conocemos. Fluctúan entre lo bello y lo siniestro. Esa Julianne Moore que desea a toda costa interpretar el mismo papel que interpretó su madre en un remake de una antigua película y que  al mismo tiempo odia a su madre porque su supo defenderla de  los abusos de sus padrastro, pero que también es capaz de estar comodamente sentada en un retrete ventoseando y preguntándole a su asistente sobre su vida sexual o de ponerse a bailar como una loca cuando se entera de que le van a dar el papel deseado porque el hijo pequeño de la actriz que había logrado el papel y que hemos conocido un par se secuencias antes ha fallecido ahogado en la piscina. Todos los personajes están un poco desequilibrados. El joven actor al que se le ha subido la fama a la cabeza, su hermana esquizofrénica y pirómana, la madre incestuosa, el padre que escribe manuales de autoayuda y solo piensa en el dinero y en la imagen. Una galería de frikis deslenguados que hablan todo el rato de sexo o lo practican de la manera más retorcida posible. Mia Wasikowska parece empeñada en interpretar adolescentes turbias y perturbadoras al estilo "Stoker" [2011] Cronenberg rueda este torbellino de pasiones con un estilo frío y distante que le sienta muy bien al tema. Como diría alguien; se permite mirar pero no tocar. Que ustedes la disfruten.