jueves, 23 de agosto de 2012

ASESINATO EN EL SAVOY, SJÖWALL Y WAHLÖÖ

No es la primera vez en este blog que escribo sobre  el matrimonio de escritores policíacos y "comunistas confesos" formado por  Maj Sojöwall y Per Wahlöö. La otra vez fue de manera general a causa de la impresión que me produjó la lectura de la primera de las diez novelas que escribieron a cuatro manos. Ahora voy por la sexta y lamentaré que la serie se termine. Asesinato en el Savoy [1970]. La novela es tan actual que parece escrita ayer mismo por la mañana. Y es actual porque el tema y el análisis del tema son no solo acertados sino de candente actualidad. La novela es amena, que es lo menos que se le puede pedir a una novela policíaca. Y además ágil y divertida. Su galería de personajes, certera. Comenzado por el taciturno inspector Martin Beck. Aquí nadie es perfecto. Y menos que nadie los investigadores del asesinato del magnate sueco Viktor Palmgren. Por supuesto hay que leer la serie en continuidad porque los personajes saltan de una novela a otra, evolucionan, cambian, se casan o se separan o mueren o tienen hijos o se enamoran.  Algunas de las páginas de esta novela podrían salir de un periódico escrito esta misma mañana en este país nuestro arrasado por políticos de tres al cuarto y empresarios de menos de tres al cuarto y sindicatos que ni fu ni fa. Un botón de muestra bastará: " La delincuencia, en sus diferentes manifestaciones, proliferaba más que nunca  en el caldo de cultivo  que le proporcionaba la llamada  . // Las razones de ello estaban envueltas en la niebla, al menos para los gobernantes y para los expertos en quienes se había delegado la delicada misión de procurar que la sociedad funcionara más o menos sin fricciones.// Tras su espectacular fachada topográfica...Estocolmo era en realidad una auténtica jungla urbana...donde ususreros sin escrúpulos, de forma completamente legal se lucraban con la pornografía más sucia y repulsiva; donde crecía como la espuma el número de delincuentes profesionales, cada día mejor organizados. Además, comenzaba a surgir, especialmente entre los más ancianos, una nueva forma de proletariado depauperado; la inflación había puesto los precios por la nubes y los últimos estudios revelaban  que muchos pensionistas se veían obligados a comprar comida para gatos y perros para salir adelante.// El aumento constante del alcoholismo -que siempre había sido un problema- y la delincuencia juvenil sólo sorprendían ya a los  responsables de los ministerios y a las personas del gobierno.//...//Con el beneplácito de los urbanistas, las grúas de los especuladores inmobiliarios y las excavadoras ...habían arrasado la mayor parte de la vieja arquitectura, dejando sólo unas cuantas reservas culturales que resultaban más bien patéticas....". Vamos como escrita hace diez minutos. Especialmente macabro el apunte de los pensionistas, pero quizás aquí lleguemos a algo similar. Y no solo con los pensionistas. Ya veremos este otoño caliente que nos espera y la famosa navidad del año 2012.  Cuarenta años después el análisis de los males del capitalismo sigue siendo el mismo. Gobierne quien gobierne. Quizás el problema está en los que ejercen su derecho a votar.  La gran mentira, la gran trampa de la democracía está en afirmar que el pueblo nunca se equivoca. Pues sí, habrá que reconocer que a veces el pueblo también se equivoca y se deja engañar. Y también que puede rectificar.

lunes, 20 de agosto de 2012

SILENCIO DE HIELO

Cómo puede uno perder el interés por algo que se ha amado y de lo cual pensábamos que nunca podríamos desprendernos. Eso me ha ocurrido a mí con el cine. Las carteleras solo me invitan al bostezo. Y no es que no se rueden películas interesantes, el problema es que no se distribuyen  o si se distribuyen no suelen llegar a los cines. Entre eso y la subida del IVA que se aproxima creo que voy a dejar de visitar definitivamente las salas de proyección. Me resignaré a ver cine antiguo. Sin embargo, de tarde en tarde aún puede uno acercarse a una sala y ver por ejemplo ésta  más que estimable "Silencio de hielo" ` película alemana  rodada en 2010 por Baran do Odar y basada en una novela de Jan Costin Wagner. No todo lo que viene de Alemania tiene que ser malo por naturaleza. El título castellano no da muchas pistas sobre el tema y desde luego no coincide con el original "Das letzte schweigen".  Es un thriller que tiene poco de thriller. Es decir, interesa menos la investigación que las repercusiones psicológicas de los hechos acaecidos en los diferentes personajes de la trama: el policía retirado que investigó el primer crimen, el policía viudo que investiga el segundo, la madre de la primera niña muerta, los padres de la segunda niña desaparecida y por supuesto el asesino y su secuaz. No rompo ningún secreto. El primer crimen se visiona al comenzar la película y desde el principio conocemos la identidad de los pedófilos. ¿Dónde está entonces el atractivo del film? Pues en la manera de narrar la historia. En esos campos de trigo luminosos, en la forma de  sacar un coche de una cochera con una vista cenital, en la perturbadora imagen del policia que debe llevar la investigación durmiendo ataviado con el camisón de su mujer muerta, en el rostro inexpresivo de la madre de la primera niña muerta, en la pasmosa tranquilidad emocional del asesino. Porque "Silencio de hielo" es una película sobre la culpa. La culpa no asumida y la culpa asumida. Un concepto de culpa que poco tiene que ver con la culpa cristiana, donde el perdón de los pecados es un salvavidas tranquilizador que nada tiene que ver con el concepto de culpa en paises puritanos o en paises donde se produjo la reforma luterana. Hitchcock intentó aproximarse al tema de la culpa desde el ambito cristiano en "Yo confieso" [1953] de una manera similar. El del sacerdote que debe asumir con su silencio la culpa del asesino.  La culpa individual. Aquí hay un culpable que actúa como si fuese inocente y un colaborador necesario que carga con la culpa del culpable. Hay padres que se sienten culpables e intentan perdonarse y madres que no acaban nunca de perdonarse. La música es demasiado evidente y el final quizás no fatisfaga al espéctador actual, pero es el final más lógico y desolador. Porque la película también es una película sobre la soledad humana, sobre la soledad de ese monstruo que todos llevamos dentro y que tan bien describió Kafka en "La metamorfosis".

viernes, 27 de julio de 2012

EL CABALLERO OSCURO. LA LEYENDA RENACE.

Hoy toca cine. Se me acumulan los libros en la mesita de lectura, viajan, van y vienen, pero apenas logro leer varias páginas y la vida se va desmoronando a mi alrededor. Aunque he acabado varias lecturas prefiero comentarlas más adelante, cuando se sedimenten. Aprovecho antes de que suban el IVA en setiembre, a partir de entonces y con lo que me queda de un sueldo que ni siquiera llega a mileurista, siempre y cuando no me despidan antes, tendré que seleccionar con pinzas las películas que quiera ver. Quiero recomendarles desde aquí que vayan a ver "El caballero oscuro. La leyenda renace" tercera entrega de la saga Batman dirigida por Christopher Nolan [1970, Londrés] con el lejano niño de "El imperio del sol", Cristian Bale [ 1970, Pembrokeshire]  interpretando al actor protagonista y una exquisita Anne Hataway en el papel de Sleyna Kyle, alias Catwoman. Y no quiero recomendarla porque se trate de una de esas películas americanas que copan las salas de cine, sino a pesar de ser una de esas películas americanas que copan las salas de cine. Las anteriores entregas de la serie dirigidas por Nolan, eran películas densas, esquinadas, con aristas, donde los buenos y los malos a priori no resultaban ser ni tan buenos ni tan malos al final y donde el orden y el caos convivían como conviven en la realidad. El Batman de Nolan es un héroe atormentado, alguien que no aspira a ser un héroe. Un héroe a su pesar. La película es tan elegante como los modelos que luce Selyna Kyle en todas las secuencias. Homenaje incluido a Audrey Hepburn en la secuencia del aeropuerto. La mayoría de los personajes dicen frase inteligentes. Ya  sean el mayordomo o el personaje interpretado por Gary Oldman. Hay una secuencia en la bolsa y el presunto malo de la película Bane, habla de algo en lo que siempre he creído malamente. Habla de la esperanza. Si el miedo es el motor del mundo, la esperanza, la maldita esperanza es su contrapeso. Si existiese el miedo sin esperanza sería todo más fácil. El Poder ujtiliza el miedo y la Iglesia administra la esperanza. Así nos joden. Hay también un "macguffin" uno de esos elementos que ayudan a mantener el interés de la trama y que tanto gustaban a mi admirado Hitchcock; una bomba nuclear o termo nuclear que estallará  antes o después y que los terroristas utilizan a presionar tanto a la población - para que salga a la calle y recupere su operatividad ciudadana y quite el poder a los ricos para devolverlo a los pobres- como al gobierno de la nación para que encarcele a su propios ciudadanos en Gotham City, convertida en una isla prisión vigilada por policías. La liga del las sombras pretende restaurar el orden natural, o por lo menos esa es la esperanza que les vende a los ciudadanos de a píe, los ciudadanos de a píe pretenden vengarse de los poderosos que los oprimen y la mano en la sombra de toda esta operación lo que en realidad pretende es destruir el sistema, porque el sistema es corrupto y negligente. El caballero oscuro, la leyenda renace, es una película políticamente incorrecta. Todo lo incorrecta que puede serlo una película de su estilo. Es una metáfora perfecta de un país como el nuestro, abocado a la más pura y absoluta de las ruinas económicas y sociales. Quizás por los que lo gestionaron antes, pero sobre todo por los que lo gestionan ahora. Y si no les apetece ver la película de Nolan, porque es excesivamente negra. Les recomiendo otra, también excelente, aunque minimalista. Y no menos pesimista a pesar de lo paradójico de su titulo: "Siempre feliz"  de Anne Sewitsky. Eso, si todavía la encuentran en alguna sala de estreno.

sábado, 30 de junio de 2012

EL TIEMPO ES UN SUEÑO POP, JUAN BONILLA



Último día de mes y me da por escribir un post sobre la biografía que Juan Bonilla [ Jerez de la Frontera, 1966 ] ha escrito sobre Terenci Moix [Barcelona, 1942-2003] Una biografía escrita desde el personaje que fue Terenci, pero pensando en el escritor que no llegó a ser Moix. Más que una biografía es una recreación, un  ligero ajuste de cuentas. Casi parece una novela; una novela psicológica. Casi es un ensayo literario de chico aventajado. Confieso que admiro a Bonilla tanto como admiro a Terenci. Y admiro al Bonilla poeta y al Bonilla cuentista, aunque confiese que no he leído ninguna de sus tres novelas. Por mi biblioteca andan "Partes de guerra" [1994], "El Belvedere" [2001], "Buzón vacío" [2005] y la mayor parte de sus libros de relatos; "El que apaga la luz" [1994], "La noche del Skylab" [2000], "El estadio de mármol" [2005], "Tanta gente sola" [2009]. También por mi biblioteca, entreverados, andan los libros de Moix: "No digas que fue un sueño" [1986] un regalo de cumpleaños de mi madre,"Olas sobre una roca desierta" [1969], cuya  portada es un fotograma de la película "Blow-up" de Michelangelo Antonioni con Vanesa Redgrave y David Hemmings, "El día que murió Marilyn" [1976], "Amami Alfredo" [1984], "Melodrama o la increada conciencia de la raza" [1980], un tomo de sus memorias; "Extraño en el paraíso " [1998], "Garras de Astracán" [1991], "Mujercisimas" [1996], "Chulas y famosas" [1999], además de los cuatro tomos de "Mis inmortales del cine" -los restos que salve de mi ruptura sentimental- y el segundo tomo de "Hollywood Stories" publicado por Lumen/ Palabra seis. Era de cajón que en cuanto vi en la mesa de novedades "El tiempo es un sueño pop" dejase de lado las obras que tenía pensado comprarme el mes pasado y me abalanzara sobre ella. La he devorado y puedo asegurar que es una lectura de la cual uno no sale indemne. Las magulladuras son profundas. La prosa es sedosa, pero con garras. No hay hagiografía, tampoco compasión mal entendida. Moix no termina de salir bien parado. Es un daguerrotipo. Moix era demasiado humano para lo divino que el se consideraba. Cuando un escritor estrella se expone como él se expuso a los focos de la atención mediática  se corre el riesgo de sufrir una sobre exposición lumínica y que el personaje eclipse al escritor. Sin embargo, Terenci Moix fue mucho más que todo lo que refleja este sueño pop. Cuando uno se acerca a sus páginas como yo me acerqué en mi adolescencia, uno es capaz de encontrar la pureza atroz de la verdad dicha sin cortapisa en una época en la que la verdad nos era escamoteada y ocultada bajo toneladas de hipocresía y represión . Al menos a Moix hay que reconocerle ese mérito y su enorme talento, quizás en parte desperdiciado por su contrastada afición al dinero rápido, que no fácil. A Juan Bonilla agradecerle el rescate de este autor con sus luces y sus sombras.  Con sus asombros y sus deslices. Porque como bien se dice en la biografía según  adagio de Nietzsche: "La magnitud de un hombre se mide por la cantidad de soledad que sea capaz de soportar". 

miércoles, 30 de mayo de 2012

KNOCKEMSTIFF, DONALD RAY POLLOCK

Rescato aquí una lectura de hace unos meses "Knockemstiff" de Donald Ray Pollock [Ohio, 1945]  publicada por Libros del Silencio con  traducción de Javier Calvo y prólogo de Kiko Amat. Me gustó tanto que decidí guardarla para mí solo. "Knockemstiff" me recordaba en cierta medida ""Winesburg, Ohio" publicada en 1919 por Sherwood Anderson [1876-1941]. No solo porque ambas se desarrollen en Ohio y sean un conjunto de relatos que se pueden leer como relatos independientes o como parte de una novela, ya que algunos personajes se repiten como secundarios. Sino también porque  tanto en Anderson como en Ray Pollock el instinto sexual es el motor básico de las historias que relatan. No sé si se debería decir de un escritor, pero hay escritores que son  unos grandisimos hijos de puta, escritores que escriben de puta madre. Puede que Pollock sea uno de ellos. De los que escriben de puta madre. Se me calificará o descalificará como misógino o machista por este comentario, pero es lo que opino. Pollock escribe desde las entrañas, desde el estómago, desde el bajo vientre o desde más abajo. Escribe de una manera brutal y sucia  sobre "whitetrash", sobre basura blanca. La basura blanca de uno de los países más ricos y contradictorios del mundo. Pronto España, al ritmo de los que nos gobiernan, acabará pareciéndose  a ese pequeño agüjero de mierda que es Knockemstiff: un lugar sin esperanza ni posibilidad de redención, repleto de drogatas, parados, asesinos, alhólicos, cretinos, violadores, obsesos sexuales, machistas violentos y adolescentes sin voluntad.  Perdedores compulsivos y degenerados psicosociales. Gente que no va a ningún lugar o que no pretende ir a ningún lugar o que si intenta escapar de algún lugar la voluntad se le acaba antes que la gasolina. Estamos en el infierno y poca gente está dispuesta a salir de él. El infierno, sobre todo si es un infierno para blancos borrachos, pobres e incultos,  que son capaces de follarse un avispero cuando van salidos. Un universo cerrado y violento habitado por  fracasados mezquinos, aletargados por el alcohol y las drogas y las series de televisión y los kilos de más y la mugre y la propia mierda.  La genialidad de Donald Ray Pollock está en su mirada. No hay moral ni moralina.  Los personajes actúan en este pueblo al sur del American Way of Life. Se comportan como auténticos animales guiados por lo peor de su instinto, pero el autor logra que nos reconozcamos en esos seres moribundos y bestiales. No existe redención posible. El fracaso se lleva en los genes. Incluso el protagonista del relato " El puente de Schott", Todd único de los personajes con una posibilidad real de huir la arruina al final. Escoje el peor de los caminos, la peor de las opciones, el instinto. El lema del libro sería "Nadie quiere marcharse de Knockemstiff". Cuando uno comienza a leer los relatos de Donald Ray Pollock uno debería asumir esa frase que está al principio de la obra de Dante: "Abandona toda esperanza". Cuando  uno acaba de leerlos se siente renacido, aunque no mejor persona. Bienvenidos al infierno, su nombre es Knockemstiff.

viernes, 25 de mayo de 2012

NO LEER ALEJANDRO ZAMBRA

Alejandro Zambra nació en Santiago de Chile en 1975, pero Alejandro Zambra no escribe como los escritores que han nacido en Santiago de Chile, suponiendo que los escritores que han nacido en Santiago de Chile escriban de alguna manera. Sobre todo los que nacieron en 1975. Alejandro Zambra tiene un aire cambiante, me refiero al look.  Es como un paisaje, que dependiendo de la época del año te ofrece un aspecto u otro.  Hasta ahora ha escrito un par de poemarios  y tres novelas "Bonsai" [2006] , "La vida privada de los árboles" [2007] y "Formas de volver a casa" [2011]. Alejandro Zambra escribe en corto. sus libros se leen en un suspiro o en un viaje en metro.  Por los titulos de sus libros uno podría pensar que son tratados de jardinería, de piscología vegetal aplicada o álgún tipo de guía para desorientados perpeplejos. Libros breves de aliento largo. Alejandro Zambra es un autor que me cae bien. Parece no tener prisa por llegar a parte alguna. Ahora nos sorprende en Alpha Decay con "No Leer" un libro de crónicas y ensayos breves que es su libro más largo hasta la fecha.  Los titulos de las crónicas son sugerentes. En un momento dado puedo intuir que el autor de estos ensayos y crónicas y yo hemos compartido un mismo espacio mental y sentimental: "El gesto de Onetti", "Kafka, el uruguayo"; "Buzzati de vuelta"; "El tiempo y Natalia Ginzburg", "La memoria de Borges"; "Que vuelva Cortazar"; "Las cartas de Manuel Puig"; "Buscando a Pavese". Su enfoque sobre el tema siempre es original. el enfoque de un escritor nacido en Santiago de Chile en 1975 que escribe novelas cortas  que parecen tratados de jardinería aplicada.  Cualquier artículo incluido en este libro de ensayos y crónicas vale por un sesudo  tratado. Un par de pinceladas aciertan a definir con certeza la cualidad más valiosa del autor retratado o el sentido profundo del tema tratado.  Me gusta su humor. Un humor frío e inteligente. Se da por supuesto que el humor siempre es inteligente, pero en ocasiones hay que recalcarlo, resaltarlo con rotulador fosforescente o subrayarlo. Hilarante el artículo titulado "Contra los poetas I".  El artículo se podría haber titulado "Las fases del poeta". Un mini resumen: A los 20 años ya acumulan experiencias importantes: ...han participado en talleres, han escrito artículos para anuarios escolares...Ya tienen listos sus primeros, que están a punto de aparecer en editoriales emergentes. Son libros muy malos, pero ahora eso no importa...//A los 25 años ya han renegado de esos primeros poemas...dicen estar todavía buscando una voz propia...// A los 30 ya han sufrido varios desengaños. ...Han fundado 2 editoriales y 4 revistas literarias...han participado en más de 13 -en 14- encuentros de poetas y sus libros han sido parcialmente al italiano...//Recién a los 35 años comienzan a incomodarse cuando los presentan como poetas jóvenes...Se enamoran de poetas de 16 años y las comparan con Alejandra Pizarnik...// A los 40 años a nadie  se le ocurre presentarlos como poetas jóvenes, pues sus caras y sus barrigas han cambiado de forma tal vez irreversible...No decidieron ser poetas para tener 40 años. De ahora en adelante todo será decadencia....a los 50, a los 60, a los 70 años los poetas ganarán 2 o 3 premios menores, ...tal vez serán traducidos al francés, al alemán, al griego...siempre habrá alguna editorial emergente interesada en rescatarlos del olvido.//Da lástima verlos junto al teléfono, esperando la noticia de un premio, de una pensión el gobierno, de un viajecito al sur, lo que sea... Ya digo, hilarante. Un gusto. Además, este libro se puede tomar al pie de la letra o a la inversa. Es un libro reversible. No leer/leer, como aquella película de Alain Resnais de 1983 "Smoking/No smoking".  Un libro para lectores y no lectores.

martes, 8 de mayo de 2012

EL SEXO DE LOS ÁNGELES

Este fin de semana fui al cine. Cada vez voy menos al cine por razones personales y porque cada vez me aburre más el tipo de cine que se rueda actualmente. Me decidí por "El sexo de los ángeles" de Xavier Villaverde. Confieso que no soy un admirador del cine español, desde que ciertos directores que admiraba entraron en decadencia. Me quedé en los noventa. Se ha multiplicado el número de directores que acceden a la dirección, pero en cambio, casi ninguno tiene nada interesante que decirme. Elegí "El sexo de  los ángeles" porque desconocía a su director y porque estaba atrapado por las imágenes del rostro de [Rai] Álvaro Cervantes. Una película de tríos es algo muy visto. Poco importa que sean dos hombres y una mujer, que dos mujeres y un hombre, que el matiz sea hetero u homosexual. Nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, la película sobrevive en mí. Por supuesto es imperfecta y a ratos depende tan sólo de la interpretación de los actores, especialmente del seductor Rai. Pero es ese tipo de película necesaria a pesar de sus posibles defectos. Dentro de poco, con las nuevas leyes del gobierno entrante no podrán realizarse este tipo de películas, no solo por el tema, sino porque no encontraran financiación. Se permite incluso jugar con dos finales, el que nos hubieran ofrecido hace unos años y el que cierra le película. Me gusta porque no existe el concepto de culpa. Porque la perfección no existe si no es en un rostro. Y, cosas de la crisis económica, me pude permitir el lujo de ver la película yo sólo en una sala vacía. Un lujo y, también, una auténtica pena. Esperemos que fuera tan sólo porque fui a la sesión de las cuatro un sábado por la tarde.

miércoles, 25 de abril de 2012

EL MENOR ESPECTÁCULO DEL MUNDO

Algunas personas no terminamos de llegar a nada en la vida por la sencilla razón de que somos incapaces de creer en nosotros mismos, en nuestras posibilidades y nuestras cualidades. Estamos condenados al fracaso de antemano. Otras tienen tanta confianza en sí mismas que se las ve venir enseguida. Y de lejos. Ése es el caso de Félix J. Palma [1968, Sanlúcar de Barrameda] Uno de esos casos de precocidad literaria innata. De joven quisó ser escritor y a fuerza de talento y perseverancia lo ha logrado concienzudamente. Confieso que soy un firme admirador de aquel chico con el que coincidí apenas un par de horas en la gala de entrega de los premios Jara Carrillo de hace ya muchos, muchos años; allá por 1996. Él había obtenido un accésit con su relato "Mensajero" y yo era finalista en poesía. Volvimos a coincidir - la foto es de aquella ocasión- en el año 2001. Félix J. Palma era el ganador del certamen en narrativa con "El hombre tras la cortina", el presidente del jurado era Antonio Soler y una de las finalistas en narrativa era Mercedes Cebrián con su cuento "Señoritas". Yo como de costumbre era el eterno finalista en poesía. Aquel año le iban a conceder el premio Tiflos. Recuerdo que estaba a punto de fallarse o se falló durante la gala. De entonces para acá yo he publicado una docena de libros de poemas, una antología e incluso un libro de relatos, pero me sigo considerando un fracasado. Nunca he llegado dónde pretendía llegar y, muchas veces, el fracaso es tan subjetivo, que no se mide por nuestros logros sino por nuestras carencias; por aquello que nunca logramos alcanzar. No es el caso de Félix J. Palma; que ahora publica con gran éxito de crítica, público y ventas en Plaza y Janes "El mapa del cielo", tras su aplaudida obra anterior "El mapa del tiempo". Pero yo no quiero recomendarles sus novelas que se recomiendan solas y además están perfectamente situadas en el engrasado engranaje editorial de nuestro país. No, yo sigo prefiriendo al autor de relatos que me deleitó y sorprendió en "El vigilante de la salamandra" [1998, Pretextos; "Las interioridades" [2002, Castalia]; "Los arácnidos" [2003] o este último "El menor espectáculo del mundo" [2011, Páginas de espuma] Nueve relatos estupendos, nueve estupendas disquisiciones narradas con el talento habitual de este autor que nos cuenta hechos aparentemente absurdos o grotescos o fantásticos de manera precisa y realista. Como si un laborioso doctor Hyde diseccionara con luz y taquígrafos los restos de un unicornio de los que habitan en la luna. Se podría hablar de mirada perpleja, de reflexión inaudita o de conciencia del asombro. Ninguna definición delimitaría los contornos del material con el que trabaja este autor. Mientras uno lee estos verídicos relatos inverosímiles, uno pierde la perspectiva lienal del tiempo, atrapado por el vértigo helcoidal de un humor que atenúa la tristeza que impregna el final de algunos de estos relatos.; Un libro de relatos de un prodigioso pesimismo poético.

domingo, 25 de marzo de 2012

PASOS EN LA NIEVE, JOSE LUNA BORGE



En otras ocasiones he afirmado que soy un discreto lector de diarios. Algo en ellos me subyuga. Los pequeños detalles. La mezcla de géneros. A ratos fragmentos de poesía, de relato puro, de ensayo, de chismorreo, de conversaciones cazadas al azar. A ratos crónica del desasosiego personal. Casi siempre, una visión personal del mundo. Acabo de terminar de leer el diario que José Luna Borge [Sahagún, 1952] dedica al año 1995. Comienza el volumen diciendo que "Un diario puede ser una costumbre como la de tomar un café y fumar un ciagarrillo después de comer". Creo que me gusta leer diarios o dietarios, como prefieran, porque soy un hombre de costumbres. Las rutinas me procuran seguridad. Siento un placer especial en hurgar en las vidas de los demás. Incluso si lo que me cuentan esaburrido e insustancial. Este diario de Luna Borge propende a la melancolía. Una pertinaz melancolía de lluvia empapando de nostalgia los recuerdos. El autor no se propone participar en un campeonato nacional de dietarios, solo pretende "dejar constancia de las cosas vistas o entrevistas al paso, de cosas que me han pasado; divagaciones o fantasías de un paseante curioso que a ratos le gusta soñar..."Algo de todo eso hay en estas páginas. Y mucho de reflexión sobre la vida en general: "...la familia es uno de los lugares en los que el tiempo destruye más la vida". Hablando de poetas suicidas afirma: "Es como si la buena literatura nos la proporcionaran aquellos artistas que han llegado al límite de la vida o aquellos que han llevado su vida al justo límite más allá del cual está el abismo, el infierno o las tinieblas". Los libros. "Un libro es una ventana a la esperanza, de las pocas que hoy van quedando, a la que siempre es grato asomarse". Más adelante vuelve sobre el tema: "Un libro puede ser una de esas llaves secretas que logran abrir las puertas a mundos desconocidos y maravillosos". Cita con destreza Luna Borge. A Chamfort: "La mayor parte de los libros del presente tienen el aire de haber sido escritos en un día, con los libros leídos la víspera". A Ernest J. Gaines: "Copiar a uno es plagio pero copiar a todos es de genios". A Marguerite Duras: "Todos vais derechos hacia la soledad. Yo no, yo tengo los libros".Y se pueden extraer reflexiones muy pertinentes para un día electoral como el de hoy: "¿Cómo es posible que de unas elecciones impecables, democráticamente hablando, salga elegido un alcalde o un presidente que se salte a la torera todos los mecanismos de control democrático una vez instaurado en el poder?". Existen también atinadas intuiciones: "Los ingleses fueron los primeros en convertir el cinismo en un arma afilada y entretenida con la que supieron combatir su secular tedio e hipocresía". Para no escapar de mis rutinas ahora que mi padre está ingresado en el hospital y las horas de esperan se alargan y parecen no terminarse nunca, acabado el diario de Luna Borge comienzo el de Katherine Mansfield.

lunes, 5 de marzo de 2012

¿Y AHORA DÓNDE VAMOS? NADINE LABAKI

Si algunos libros nos reconcilian con la literatura, ciertas películas nos reconcilian con el cine. Es el caso de esta maravillosa y espléndida película de Nadine Labaki que es una metáfora perfecta sobre la posibilidad de convivencia en tiempos de guerra; de cualquier guerra sea de religión o no. Un cuento agridulce y esperanzador sobre cómo sería una sociedad sin religiones y sin fanatismos. No hay culpables, solo víctimas inocentes. A ratos recuerda a Berlanga; el discurso del alcalde ante el televisor. A ratos es una comedia y a ratos la tragedia sin levantar la voz hace acto de presencia, de puntillas. Esa madre escondiendo a su hijo muerto en el pozo para no echar más leña al fuego del rencor. La penúltima secuencia con los dos representantes de las religiones dominantes viajando en el autobús de la "artistas" rusas es ejemplar. La pena es que en la sala apenas éramos una veintena de personas y eso que era el día del espectador. Ineludible.

miércoles, 29 de febrero de 2012

LOS DISPAROS DEL CAZADOR, RAFAEL CHIRBES

Está bien que algunos autores se pongan de moda. Rafael Chirbes [Tabernes de Valldigna, 1949] se ha puesto de moda tras el éxito de su novela "Crematorio" y de la serie que sobre ella se ha rodado para televisión. Está bien que los buenos autores se pongan de moda y se les reconozca su valía. El próximo viernes viene a Alicante, al ADDA, a las 20.15, dentro del ciclo "Cada cual" que organiza el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. Para tal ocasión he releído "Los disparos del cazador" [Anagrama, 1994] una novela que se adhiere al genero que denomino la-automoribundia, un poco al estilo de los palabros de Gómez de la Serna. El protagonista desde la última vuelta del camino echa la vista atrás y rememora su vida, su fracaso vital, porque de eso se trata de un fracaso vital en toda regla, aunque parezca lo conctrario, amenizado con el ruido de fondo de la posguerra, época de trapicheos y negocios enlodados, tal cual ahora mismo en este presente nuestro mayestático y quevedesco a parte iguales. Me gusta que "Los disparos del cazador" sólo tenga 136 páginas. Me gusta su economía verbal. No necesita ni una más. Con sólo mostrar las grietas intuimos el abismo. El autor hace de la brevedad virtud. Nadie es inocente. Nadie es culpable. Las culpas se reparten a partes iguales. Ni gritos ni desgarros, el protagonista intenta justificarse sin justificarse y se pregunta " porque no puede haber recuerdos sin memoria". La reflexión sobre la vejez es absolutamente pesimista y certera. Dice el protagonista que la felicidad no se recuerda. También afirma que no es necesario perdonar a quien dice la verdad. Dos definiciones para terminar. Una definición de lo que es la vida: " Uno se pasa la primera mitad de la vida vistiéndose y la segunda mitad, desnudándose". Y otra de para qué sirve, en caso de que sirva para algo en este tiempo de materialismo agónico-dialéctico, la poesía: "...la poesía es necesaria porque te hace vivir por encima, en el espacio puro en que crecen los sueños y las ideas". Quien busque explicaciones sencillasque se vaya a otra parte.

miércoles, 8 de febrero de 2012

EL CAPITÁN SALIÓ A COMER Y LOS MARINEROS TOMARON EL BARCO, CHARLES BUKOWSKI



Charles Bukowski [Andermach, 1920-Los Angeles, 1994] me acompaña desde hace mucho tiempo. Mi hermano menor es un fan del autor nacido en Alemania y Bukowski es uno de los pocos autores que he ido leyendo a través de los años en libros prestados -a pesar de que soy uno de esos maniáticos que sólo leen aquello que compran. "El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco", traducido por Roger Wolfe y reeditado en la colección Compactos de Anagrama en 2012 es el segundo libro de Bukowski que compro tras "Poemas de la última noche de la tierra [ Editorial DVD, 2004]. Y lo he comprado porque se trata de un diario y porque soy adicto a los diarios, sobre todo si son de escritores, y a la música de Paul Morrisey y a otras tantas cosas que no es cuestión de detallar. En estos diarios, escritos con la lucidez de la casi posteridad, aunque el autor siempre escribió más para sí mismo que para los demás, Bukowski es fiel a sí mismo y diría que incluso más fiel que nunca. Reflexiona y disecciona su decadencia con el sentido crítico de un entomólogo literario cínico y nihilista. Sus elucubraciones de septuagenario son como disparos a la cabeza del lector. Certeros disparos: "Un escritor no se debe más que a su escritura". Una obviedad, pero cuántos escritores de tres al cuarto de los que tanto publican actualmente se lo han planteado. "Con el dinero sólo hay dos problemas: tener demasiado o tener demasiado poco"; "La inmortalidad es un estúpido invento de los vivos"; "La mayoría de la gente no está preparada para la muerte, ni la suya ni la de nadie. Les sobresalta, les aterra"; "Lo terrible no es la muerte, sino las vidas que la gente vive o no vive hasta su muerte"; "El dolor no crea la escritura, la crea un escritor"; "La escritura tiene algo que atrae a los farsantes"; "Cuando has leído una cierta cantidad de literatura decente, simplemente no hay más"; "La vida creativa de la mayoría de los escritores es corta. Oyen los aplausos y se los creen"; "La mayoría de la gente cae víctima del miedo. Temen tanto al fracaso que fracasan"....y así podríamos seguir, porque Bukowski es implacable con el gremio literario y con la realidad social y económica de la época; que parece no era muy distinta de la nuestra. Su análisis de aquellos años podría reutilizarse en este país nuestro que los políticos están terminando de apañar a su gusto y nosotros como borregos sumisamente adoctrinados en los templos del analfabetismo cultural lo acatamos. Palabras clarividentes las de este pasaje del diario de Bukowski: "Las cosas están peor de lo que el gobierno o la prensa quiere admitir. Los que siguen manteniéndose a flote dentro del sistema económico no quieren soltar prenda...Bueno, todavía me queda la pensión...pero eso podría acabarse también. Imaginaos a todos los viejos vagando por la calle sin sus pensiones. No descartéis la posibilidad. La deuda nacional podría hundirnos como un pulpo gigante. La gente acabaría durmiendo en los cementerios. Y al mismo tiempo, hay una costra de ricos que viven encima de la podredumbre. ¿No es asombroso? Hay gente que tiene tanto maldito dinero que ni siquiera sabe cuánto tiene...los ricos siguen ahí, ellos siempre han encontrado la manera de ordeñar al sistema". Se puede decir de otras maneras, pero no más claro.

sábado, 4 de febrero de 2012

EN LA MUERTE DE WISLAWA SZYMBORSKA


En este caso, una imagen no vale más que mil palabras. Y sin embargo... ésta es una de las fotografías que prefiero de la premio Nobel de 1996 y autora de "Pincipio y fin" la escritora polaca Wislawa Szymborska [Prowent, 1923-Cracovia, 2012]. La retratada parece frágil, inteligente e irónica. Hay una prudente distancia, una elegante suficiencia. Su muerte nos deja un poco más solos, un poco más desamparados en la estepa siberiana de este febrero de recortes y congresos socialistas, instantes antes de conocer el veredicto. Mi admiración por ella me llevó a perpetrar un pequeño homenaje imitando uno de sus poemas "Fenómeno de la naturaleza" en mi libro "Impostura" [2006]. Ella ha vivido lo suficiente para poder dejarnos incluso su propio epitáfio:

Aquí yace, como la coma anticuada,
la autora de algunos versos. Descanso eterno
tuvo a bien darle la tierra, a pesar de que la muerta
con los grupos literarios no se hablaba.
Aunque tampoco en su tumba encontró nada
mejor que una lechuza, jacintos y este treno.
Transeúnte, quita a tu electrónico cerebro la cubierta
y piensa un poco en el destino de Wislawa.

Nosotros nos quedamos un poco más solos, un poco más desamparados y ella andará riéndole las gracias a la muerte. Descanse en paz y como nos pide pensemos un poco en su destino, que no es otro que el nuestro.

lunes, 30 de enero de 2012

LA TERCERA GUERRA MUNDIAL, ISMAEL GRASA

En algún momento del presente siglo conocí a Ismael Grasa [Huesca, 1968] Quizás en alguna lectura organizada por el Museo Ramón Gaya. En algún momento, leí "Días de China" [1996]. guardo un grato recuerdo de aquella novela, especialmente de su sentido del humor. Un humor frío, distante, sardónico y mordaz. Rescato ahora de mi mesita de noche una novela que ha esperado demasiado tiempo su momento: "La tercera Guerra Mundial" [Anagrama, 2002]. Mejor tarde que nunca. La he disfrutado despacio. La he leído a plazos que es como merece leerse una novela corta, minimalista. Es una novela sobre un tiempo de incertidumbres que yo también viví: los primeros tiempos de la democracia española; sobre sus ritos y sus rutinas. El autor acota el tiempo a través de la introducción en el texto de hechos relevantes del momento histórico. Es una novela en pretérito imperfecto. Salen los guardaespaldas de Reagan, el presentador del programa "Bla, bla, bla", la familia de Jimmy Carter visitando el Museo del prado, los Somoza de Nicaragua, el teniente Colombo, los suicidas de la Guayana, los Reyes de España caminando por la Muralla China, la madre Teresa de Calcuta, Tip y Coll, Julio Iglesias y, también, salen los Pigmeos del Zaire que no salían en las diapositivas que ponía el misionero que ponía diapositivas sobre las misiones en África. Se nombran también muchas películas "Patton", "Grease", "Coge el dinero y corre", "El síndrome de China", "Kramer contra Kramer" y la serie "Holocausto". A pesar de todo "La Tercera Guerra Mundial" se lee sin nostalgia, sin falsa nostalgia. El panorama es desolador. El retrato de aquellos tiempos, levantado sobre la vida cotidiana de una familia de la época, presenta una España que no parece tan lejana a esta España de hoy, a pesar de que muchos adolescentes de hoy que pudieran leer esta novela podrían pensar que sucede en la prehistoria y en otro país. Tranquilos, pocos adolescentes de hoy se acercarán a "La tercera Guerra Mundial". La mayoría sería incapaz de leer un prospecto de aspirinas. A algunos les vendría bien leer la novela y el prospecto. Sólo conociendo de dónde venimos sabremos a dónde vamos. Así nos va. "La tercera Guerra Mundial" es la radiografía clarividente de un tiempo equivocado, de un pasado imperfecto que nos ha traído a un presente igualmente imperfecto.

lunes, 16 de enero de 2012

EL ESNOBISMO DE LAS GOLONDRINAS I


Siempre me he considerado un snob -como en aquella canción que cantaba Nacha Guevara-; un snob culto, pobre, desclasado e incalsificable, pero en los tiempos que corren y con la que está cayendo, me estoy replanteando el asunto de mi snobismo a ultranza. Después de escuchar al ínclito Mariano Rajoy en el discurso de investidura afirmando con firmeza y pedanteria digna de mejor causa que "promete decir la verdad [no toda la verdad y nada más que la verdad, sino únicamente la verdad, por supuesto la suya] aunque duela; sin adornos y sin excusas; llamar pan, al pan, y vino al vino" y releer en "El snobismo de las golondrinas" [2007] de Mauricio Wiesenthal la siguiente frase: Comportarse como un snob en todas las circunstancias de la vida ...es muy difícil. Por eso pueden distinguirse diferentes tipos de snobs, según sus especialidades....También existe un tipo de cateto snob que presume de ser sencillo y natural. Es una especie terrible, porque cuando te dicen "yo soy de los que llaman al pan, pan, y al vino, vino" te sueltan irremediablemente una grosería, estoy planteándome seriamente dejar de ser un snob, visto lo visto, y ser tan solo un ciudadano de a pie culto, pobre, declasado e inclasificable. Un ofendido más por la grosería política que tanto abunda en este país nuestro, o no tan nuestro vistas las diferencias y los agravios comparativos autonómios. Pues eso, que cada snob aguante su vela.

domingo, 8 de enero de 2012

ZONAS COMUNES, ALMUDENA GUZMÁN


No suelo escribir sobre poetas, salvo excepciones. Ésta es una de ellas. Confieso que leí "Usted"[1984] el primer poemario publicado de Almudena Guzmán [Navacerrada, 1964] hace mucho tiempo y que luego he seguido su carrera irregularmente, pero tengo que confesar que "Zonas comunes" su último poemario, con el que obtuvo el premio Tiflos en 2011, me parece extraordinario, para los tiempos que corren. Puro humor negro y [sur]realismo [a]social. Y para muestra un botón. Que ustedes lo disfruten.

Cuando a un hombre
se le echa de su trabajo
no sólo se altera el orden
económico y social
sino también el natural.

Es un árbol talado.

Y van cinco millones.

martes, 3 de enero de 2012

MAE WEST Y YO, EDUARDO MENDICUTTI

Hay que ver cómo pasa el tiempo. Día tres del año 2012. Comienzo el año con Mae West. O sea, Mae West y yo. No, no se trata de que haya estado viendo alguna de sus antiguas películas. Es una actriz que nunca fue santo de mi devoción. ¿Debería decir santa de mi devoción? Ya no distingo, con esto de lo políticamente correcto. No, se trata de la última novela de Eduardo Mendutti [Sanlúcar de Barrameda, 1948]. Lo cierto es que más que comenzar el año con esta novela, lo acabé. Contra el efecto PP nada como una novela de Medicutti. Quizás lo lógico es que hubiera releído "Una mala noche la tiene cualquiera" [1982] Desde luego, cómo pasa el tiempo. Creo que fue la segunda novela de este autor que leí. La primera fue "Siete contra Georgia" [1987]. A partir de ahí, leí todo lo que fue publicando el autor "Tiempos mejores" [1989]; "Los novios búlgaros" [1993]; "Fuego de marzo" [1995]; "Yo no tengo la culpa de haber nacido tan sexy" [1997] hasta "El beso del cosaco" [2000]. Incluso coincidimos en varias ocasiones. Primero en una conferencia que dio en el colectivo gay de Murcia y después de la cual compartimos cena y copas. Unos años después, en Tomelloso donde yo había obtenido un premio de poesía y él era el mantenedor de la fiesta y años después, en el Festival de cine de Alfaz del Pi, con motivo del estreno de la versión cinematográfica de "Los novios Búlgaros" dirigida por Eloy de la Iglesia. Pero fue comenzar el siglo XXI y perder el interés por la obra de Medicutti. Ya me había pasado antes con García Márquez, cuya breve "Memoria de mis putas tristes" [2004] todavía espera turno en mi mesita de noche desde hace años o con Vargas Llosa, de quien devoré en los años setenta y ochenta sus libros, incluido su teatro, pero a partir de un determinado momento dejó de interesarme, si exceptuamos algún que otro ensayo "La verdad de las mentiras" [1990]. Mi decepción con "El beso del cosaco" me alejó de uno de los escritores que más me divierte y con el cual mejores ratos he pasado. Su novelas o por mejor decir sus monólogos interiores en forma de novelas tienen la virtud de parecer sencillos ejercicios de pirotécnia verbal. Pero nadie habla como escribe ni a la inversa y detrás de estos textos hay un profundo trabajo de campo y una clara conciencia literaria. Un trabajo impecable, que unido a la ironía evita caer en el fácil sentimentalismo que algunos de los temas de sus propuestas narrativas rozan peligrosamente. Mendicutti lo fía casi todo al lenguaje y cuando le sale bien la obra es deliciosa. Esta vez ha acertado y posiblemente tenga que volver sobre "California" y sobre "Ganas de hablar" [2009] su dos obras anteriores. Con "Mae West y yo" he disfrutado como un cosaco lo que no pude disfrutar con "El beso del cosaco", valga la redundancia. Dos voces dialogan en monólogos alternos. La de Felipe Bonasera, dilemático y ventrílocuo y la de su próstata enferma a la que el autor ha bautizado como Mae West. Lo de hablar con la próstata está bien. Ahora lo de que la próstata te salga respondona es otro cantar, aunque exista el precedente de alguna película alemana con un pene parlante. Para los muy versados en cine clásico y en citas literarias, la novela es un entretenido pasatiempo, aunque puede que tanta cita agobie a ratos, sobre todo teniendo en cuenta que el argumento o la trama es relativamente leve. Una mínima puesta al día de "Muerte en Venecia" en el sur, o0 sea, en Villa Horacia Resort, con criada parlanchina estilo Thelma Ritter y una leve intriga intrascendente el caso Meneses para entretener al lector que necesite este tipo de entretenimientos añadidos. La habilidad de Mendicutti consigue llenar 260 páginas de interesantes meditaciones sobre el paso del tiempo, la muerte y la renuncia al deseo en los tiempos del cáncer de prostata aliñadas con sexo, cine y fantasía. El final es abierto, pero luminoso. Recomendable para los tiempos oscuros del alma que se avecinan.