sábado, 11 de julio de 2015

OMAR SHARIF


Ha muerto Michel Demitri Chalhoub [Alejandría, 1932, El Cairo 2015] más conocido como Omar Sharif. Reconozco que a mí el nombre de Omar Sharif siempre me sonó a diseñador de ropa o de joyas. Es una pequeña maldad. Pero era actor y un actor solvente y entregado cuando se le daban papeles interesantes, que no fue siempre. Surgió de la nada del desierto como un punto negro y amenazante en Lawrence de Arabia [1962] y llenó la pantalla de tensión sexual con su compañero de reparto. Vino para quedarse. Para ser la imagen retórica del hombre que lucha por su ideales, aunque tenga que pagar un alto precio por ello ya sea como "Doctor Zhivago" [1965] o como el Ché Guevara -antes del Ché argentino interpretado por Benicio del Toro, a las órdenes de Steven Solderberbg-, en "Ché!"[1969] dirigida por Richard Fleischer, película que lamentaba haber interpretado. El mayor error de su vida. La década de los sesenta fue su gran década. La Década prodigiosa. Imagen perfecta de la masculinidad, acompañó con diversa suerte a alguna de las grandes divas del momento: A Ingrid Bergman en  su episodio de "El rolls-Royce Amarillo" [1964],  a Sofía Loren en "Siempre hay una mujer" [1967], dirigida por Francesco Rossi; a  Barbra Streisant en "Funny Girl" [1968] dirigida por William Wyler; a Catherine Deneuve en "Mayerling" [1968]; a Julie Andrew en "La semilla del Tamarindo" [1974]; Audrey Hepburn  en "Lazos de sangre" [1979], sin olvidarnos del gran papel de su vida, el papel por el que será recordado, el de "Doctor Zhivago" donde está acompañado por Julie Christie y Geraldine Chaplin, actrices que le roban el papel con su interpretaciones, aunque él sea el protagonista absoluto de esta odisea. Creo que le prefiero en otros papeles. Guardo un buen recuerdo de "Orgullo de Estirpe" [1971], de "El enigma se llama Juggernaunt" [1974]  y de "La noche de los generales "[1966] Era aficionado al bridge, hijo de padres católicos libaneses y su imagen permanecerá siempre unida a la música evanescente y lírica, quizás algo sentimental para mi gusto, escrita por Maurice Jarre que el acompaña en la estepa soriana de Doctor Zhivago. Espero que siga cabalgando por el desierto, está vez como un pequeño punto que se aleja hasta perderse, como nos perderemos todos,en la nada.

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