domingo, 14 de junio de 2015

VIAJE A SILS MARIA OLIVIER ASSAYAS


No sé si una sesión de matiné con el estómago vacío es la mejor para visionar está magnifica película del director francés Olivier Assayas [1955, París]. Ya he dicho que es magnífica. El post debería acabar aquí y ustedes deberían de acercase a cualquier cine donde la proyecten bien en sesión matinal o de tarde para contemplarla -y utilizo el verbo contemplar a propósito-, porque es un espectáculo sensorial e intelectual que sólo se podrá apreciar en su verdadera magnitud en una sala de cine; jamás en la pequeña pantalla que todo lo envilece y reduce.  Estamos ante una película que podría ser muy francesa y lo es, pero también es muy moderna y muy de Bergman y muy J. Leo Manckiewicz. Teatral en el mejor sentido. Y por supuesto es una película de la Binoche.Y de una actriz -la chica Crepúsculo. Kristen Stewart- que no me lo había parecido hasta ahora. "Clous of Sils Maria" o "Viaje a Sils Maria" como la han traducido, cuando el concepto nube del  original tiene mucho más sentido para la metáfora esencial de la película, pero ya se sabe, esto es España. No vamos a pedirle peras al olmo. Una actriz madura en proceso de separación que debe recoger el premio en nombre de un director de teatro en una ciudad Suiza acompañada de su ayudante personal, una muerte inesperada que es un suicidio, una propuesta para ensayar la obra de teatro que la catapultó a la fama, pero interpretando no el papel de la lesbiana joven, manipuladora y cruel que interpretó entonces sino el de la la mujer madura perdidamente enamorada de la joven. El viaje en tren, la recogida del premio, los ensayos de la obra en la casa del autor teatral fallecido, el fenómeno de las nubes atravesando las montañas que anuncian un posible drama, la joven actriz que interpretará el papel que interpretó ella antes y que está liada con un escritor de éxito felizmente casado. Estamos ante una película sobre el paso del tiempo, sobre nuestro lugar en el mundo, sobre quienes somos, quienes creemos ser, y quienes queremos ser, sobre la realidad y la interpretación, sobre nuestras máscaras e imposturas, sobre el cambio, sobre la fidelidad a nosotros mismos y la traición a los demás, sobre si vivir en el pasado o aceptar el presente, sobre lo bello y lo siniestro, sobre qué no podemos elegir el tiempo que nos toca vivir. Demasiadas reflexiones en un lugar idílico donde parece que pasaron temporadas largas Herman Hesse y F. Nietzche. Algo debe haber quedado en el paisaje. Se fuma, se bebe, se habla, se ensaya. Es una película que va más allá de las relaciones entre el cine y la literatura. Es una reflexión profunda sobre el cine actual de Hollywood también y sobre la vida privada de los actores. Pero ante todo es cine, de ese tipo de cine que ya no abunda tanto, devorado por el otro, por el best seller de pipas y palomitas y las superporducciones en 3D para adolescentes crepusculares. Yo no digo nada, pero si tienen oportunidad vayan a mirar las nubes a Sils Maria, el espectáculo dura dos horas y no saldrán defraudados. Y por supuesto, suena el canon de Pachebel.

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