No es mi costumbre recomendar poemarios de poetas vivos. Sobre todo si son de amigos. Me da cierto pudor. Pero a veces toca romper las costumbres por higiene mental. Reconozco que el autor de "Carencias" es un poeta amigo. Si algo bueno ha tenido escribir poemas es encontrar gente honesta y que va por la vida de frente. Sobre todo en el laberinto poético nacional. Esteban Martínez Serra [Figueres, 1962] es una de esas personas. Un poeta honesto y un amigo. Alguien que, después de leer mi poemario " Los días del tiempo" con el que gané un premio que él había ganado unos años antes, se tomó la molestia de conseguir mi teléfono, ponerse en contacto conmigo y solicitarme poemas para la revista literaria que coordinaba. He leído casi todos sus libros y el anterior "La luces nómadas" [2010] también editado por Bartleby, a pesar de tratar un tema doloroso en extremo era un libro sereno y luminoso. "Carencias" es un poemario en prosa. Una prosa poética litúrgica y que por momentos remueve algo en lo más profundo del lector. Un solo poema bastara como tarjeta de presentación y para defender este singular poemario.
Le arrancaron las botas. Y lo aceptó. Con ellas se llevaron los pasos ciertos, la feliz caligrafía del camino. También la casaca. Y sí, un muerto puede vivir con poca cosa, pero resulta ridículo morirse de frío en pleno abril. Aunque lo aceptó. Le arrancaron el anillo y el collar; y eso no le importó porque bajo tierra la humedad es corrosiva y ningún signo de identidad es necesario. Pero alguien que pasó -no pudo verlo porque ya le habían cerrado los ojos-se llevó sus gafas, y ver borrosa la muerte lo asustó.
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