En otras ocasiones he afirmado que soy un discreto lector de diarios. Algo en ellos me subyuga. Los pequeños detalles. La mezcla de géneros. A ratos fragmentos de poesía, de relato puro, de ensayo, de chismorreo, de conversaciones cazadas al azar. A ratos crónica del desasosiego personal. Casi siempre, una visión personal del mundo. Acabo de terminar de leer el diario que José Luna Borge [Sahagún, 1952] dedica al año 1995. Comienza el volumen diciendo que "Un diario puede ser una costumbre como la de tomar un café y fumar un ciagarrillo después de comer". Creo que me gusta leer diarios o dietarios, como prefieran, porque soy un hombre de costumbres. Las rutinas me procuran seguridad. Siento un placer especial en hurgar en las vidas de los demás. Incluso si lo que me cuentan esaburrido e insustancial. Este diario de Luna Borge propende a la melancolía. Una pertinaz melancolía de lluvia empapando de nostalgia los recuerdos. El autor no se propone participar en un campeonato nacional de dietarios, solo pretende "dejar constancia de las cosas vistas o entrevistas al paso, de cosas que me han pasado; divagaciones o fantasías de un paseante curioso que a ratos le gusta soñar..."Algo de todo eso hay en estas páginas. Y mucho de reflexión sobre la vida en general: "...la familia es uno de los lugares en los que el tiempo destruye más la vida". Hablando de poetas suicidas afirma: "Es como si la buena literatura nos la proporcionaran aquellos artistas que han llegado al límite de la vida o aquellos que han llevado su vida al justo límite más allá del cual está el abismo, el infierno o las tinieblas". Los libros. "Un libro es una ventana a la esperanza, de las pocas que hoy van quedando, a la que siempre es grato asomarse". Más adelante vuelve sobre el tema: "Un libro puede ser una de esas llaves secretas que logran abrir las puertas a mundos desconocidos y maravillosos". Cita con destreza Luna Borge. A Chamfort: "La mayor parte de los libros del presente tienen el aire de haber sido escritos en un día, con los libros leídos la víspera". A Ernest J. Gaines: "Copiar a uno es plagio pero copiar a todos es de genios". A Marguerite Duras: "Todos vais derechos hacia la soledad. Yo no, yo tengo los libros".Y se pueden extraer reflexiones muy pertinentes para un día electoral como el de hoy: "¿Cómo es posible que de unas elecciones impecables, democráticamente hablando, salga elegido un alcalde o un presidente que se salte a la torera todos los mecanismos de control democrático una vez instaurado en el poder?". Existen también atinadas intuiciones: "Los ingleses fueron los primeros en convertir el cinismo en un arma afilada y entretenida con la que supieron combatir su secular tedio e hipocresía". Para no escapar de mis rutinas ahora que mi padre está ingresado en el hospital y las horas de esperan se alargan y parecen no terminarse nunca, acabado el diario de Luna Borge comienzo el de Katherine Mansfield.
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