Terminé el año 2015 en el cine. Sesión de las cuatro, "45 años" de Andrew Haigh [1973, Harrogate] de quien ya comenté en este blog su película anterior película "Weekend [2011]. Sala completa para mí solo. Un plan perfecto para ver una de las mejores y más sutiles películas del año 2015. Con dos interpretaciones de Oscar. La gente se lo pierde. Mientras sigan poniendo la película aunque sea para mí solo. Porque "45 años" es una película espléndida, fría, demoledora, íntegra, perturbadora. Una pareja celebra sus 45 años de vida en común. La acción va de lunes a sábado, fecha de la celebración. Asistimos a los preparativos del acto, pero también al lento desmoronamiento de una historia de amor que al menos para uno de los personajes ha sido una farsa. No se trata de una película sobre la vejez y sus adversidades, sino de una película sobre la mentira o el silencio de la mentira y sus consecuencias cuando sale a la luz lo que se ocultaba. Una carta, una foto, unas diapositivas y una relación que parecía perfecta se transforma en un edificio con grietas de difícil reparación. Así lo ve Kate, el personaje interpretado con una gama infinita de matices, miradas y silencios, por Charlotte Rampling [1946] una actriz que logró sobrevivir al éxito de "Portero de noche" [1974] y a su directora Liliana Cavani, para ir convirtiéndose en una actriz todo terreno como lo atestiguan "Zardoz [1974];"Stardust Memories" [1980], "Veredicto final" [1982], "Max, Mon Amour" [1986]; o más reciente dirigida por Francois Ozon "Bajo la arena" [2000] y "La piscina" [2003]. Su personaje es la espina dorsal de la película. La médula. Esos planos sostenidos sobre su rostro en silencio. Y claro luego está Tom Courtenay [1937] Otro superviviente, este de la new wave con películas tan admirables como "La soledad del corredor de fondo" [1962], "Billy, el embustero" [1963], "King and Country" [1964] o su papel en "Doctor Zhivago" [1965] Su mutismo, sus dudas, sus respuestas confusas, solo anuncian parte del malestar que siente interiormente. Su mentira no es una mentira, sino una omisión, que viene a ser tanto como una mentira. Para Kate, Geoff es el gran amor de su vida; para Geoff, Kate es tan solo un amor posible, cuando el gran amor de su vida muere en un accidente en la nieve. No se trata de pérdida de pasión o de las rutinas del deseo, sino de la traición y la decepción que impregnan toda la felicidad. La vida es una mentira que suele venderte la persona que más te ama. Y a veces aceptamos vivir esa mentira porque no nos queda otra. Este drama de pareja, íntimo, contenido, y por tanto más doloroso, ya que solo los dos personajes principales lo conocen, conduce a un baile final triste, muy triste, un baile que para los invitado significa una cosa, pero que para los protagonistas, en cambio, significa otra muy distinta. El futuro de esta pareja a pesar de que suene "Smoke in your eyes"está teñido de amargura y desilusión. La vida en carne viva.
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