Más cine: "Ahí os quedáis" [2014] Shawn Levy en versión original a las cinco y cuarto en unos cines de Alicante. Todas las reseñas que he leído la ponen a caer de un burro como se suele decir. De mala sin remisión a peor que mala. Sin embargo a mí me ha encantado. Ir a contracorriente se me da bien. Así me va. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien viendo una comedia dramática que no es una comedia dramática sino un drama familiar escasamente divertido, a excepción de los chistes visuales o no sobre las tetas de Jane Fonda. ¿Por qué nos gustan una películas y otras no? No sé. Es todo tan subjetivo, independientemente de que la película este bien o mal rodada, interpretada, fotografiada. Me gusta el personaje principal interpretado por un actor que a mí no me gusta Jason Bateman. Lo borda. Un personaje inseguro que intenta controlar su vida personal, laboral, conyugal y que todo sea cómodo, confortable, rutinario y previsible. Pero como le dice su hermana, otra actriz que se supera, Tina Fey, la vida es imprevisible. La película es en cierto modo tan previsible y confortable como Jason Bateman quisiera que fuese su vida. Es la típica película americana sobre un grupo de familiares que se reúnen en torno a la casa o mansión familiar bien por un hecho luctuoso o una conmemoración, boda, Navidad. Aquí toca hecho luctuoso. La muerte del padre. Un judío ateo, según se nos dice, que los obliga a celebrar uno de eso ritos judíos asociados a la muerte: la Shiv´ah. Siete días de duelo en casa. Hay cuatro hermanos, tres chicos y una chica y una madre bastante desinhibida interpretada por la siempre estimulante Fonda. Cada hermano es infeliz por algún motivo. El mayor porque es demasiado sensato y se ha hecho cargo del negocio familiar y su esposa está histérica por ser madre después de ocho años de matrimonio. El pequeño porque no para de meter la polla donde no debe aunque aparece en el funeral con con una prometida inteligente y con estilo que podría ser su madre. La hermana porque sigue enamorada del vecino con el que sufrió un accidente cuando era joven y que le ha dejado con problemas de memoria y nuestro ínclito protagonista, comienza la película perdiendo el trabajo y la mujer a manos de su jefe. También hay un niño que se dedica a defecar en público en los momentos más inoportunos y que según se dice parece ser la única persona de la familia feliz. Se habla mucho del amor. Hay varias definiciones sobre el asunto. Los diálogos son de lo mejor. Los personajes expresan su insatisfacción y su represión verbalizándola. La madre escribió un libro inspirado en la familia y sus traumas que fue un éxito y salvó el negocio familiar. Además de las tetas, la madre esconde algún secreto regocijante. El mensaje de la película es positivo. Cada uno resuelve sus problemas a su manera. Previsiblemente algunos no cambiarán nunca. Otros lo intentan. Existe un final diferido. Los actores encajan con sus papeles y uno encuentra lo que espera encontrar en este tipo de películas donde se airean viejas rencillas, rencores y frustraciones. No se si el guión es flojo, pero la trama no ofende la inteligencia del espectador, lo cual es suficiente en estos tiempo de Torrentes por cinco. Y puede que demuestre que el famoso comienzo de Ana Karenina de Tolstoi no sea tan cierto como se pretende. Es posible que todas las familias felices no lo sean de la misma manera y que la infelices puede que lo sean cada una a su manera de la misma manera. Qué quieren que les diga, que yo me lo he pasado de lujo con esta comedia dramática tan poco cómica y que si puedo volver a verla, volveré a verla.
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