Resulta difícil encontrar novelas de Ramon Saizarbitoria [San Sebastián, 1944] -un autor al que admiro- en castellano en las librerías de esta parte del país, a pesar de las editoriales y la normalización lingüística, entendida al revés, y esas zarandajas políticas que nos venden las instituciones culturales que gobiernan estos asuntos librescos.Traducidas están la mayoría de sus novelas, pero asequibles no tanto. Hoy recupero "Cien metros" publicada en vasco en 1976 "Ehun metro" y en castellano por la editorial Nuestra Cultura en 1979. Se trata de una novela breve sobre un tema complejo. Los últimos minutos y la muerte de un miembro de un grupo terrorista, que no se nombra nunca, pero cuyas siglas son evidentes dado el contexto, en la plaza de la Constitución de Donostia. El titulo, obvio, alude a los últimos cien metros de vida del protagonista, abatido por la policía. Espacio y tiempo se dan la mano en las páginas de esta historia cuyo final se intuye desde la primera línea. Estos cien metros dan para mucho. Para explicar las razones del protagonista y las tensas relaciones con su padre. Para resaltar la opresión del franquismo y la represión ideológica en las escuelas. Para exponer diálogos de un interrogatorio a un testigo de los hechos. Para incluir fragmentos de una guia de la ciudad o de las conversaciones de vecinos de la plaza. Para incluir titulares de periódicos. Para una historia de amor de una noche. Para una traición a un amigo. Todo junto da una visión en caleidoscopio del tema tratado. Los diversos materiales se mezclan armoniosamente mientras el protagonista avanza hacia su destino presentido desde el primer párrafo. Un fatum trágico, como el de los héroes antiguos. Esta mezcla de elementos diversos en una novela es muy de la época. Quizás no en la literatura vasca, pero sí en castellano. Me recuerda mucho a "Señas de identidad" [1966] de Juan Goytisolo. Hay un evidente intento de modernización de la novela escrita en euskera. Se trata de una novela urbana sobre un tema novedoso que encontró dificultades con la censura. No era para menos, que se diría. Se trata de un ejercicio de estilo planificado hasta el mínimo detalle. Una cuenta atrás sin emociones, algo fría. El autor no se decanta e intenta mantener una distancia neutral. Es aséptico emocionalmente. Las descripciones son estrictamente físicas.No se intenta juzgar al personaje. Se describe su muerte, su circunstancia. Las conclusiones morales las debe sacar el lector. Ahora que el asunto que trata la novela casi parece ciencia ficción, aunque no hace tanto tiempo que este grupo terrorista seguía en activo, y aún hoy sigue sin desactivar, aunque ya no sea operativo, uno se puede preguntar si tienen sentido estos "Cien metros", la distancia moral que separa la vida de la muerte. Y desde luego todavía tiene sentido leer esta novela -literatura en estado puro-, recuperar una memoria de un tiempo lejano, pero no tanto, donde las víctimas y los verdugos son víctimas y verdugos de una ideología -un nacionalismo mal entendido- que en periodos de crisis como el actual ya no engendra monstruos y asesinos, pero si movimientos sociales perfectamente manipulados por el poder. Decir que existe una versión cinematográfica de esta historia rodada por Alfonso Ungria en 1985 e interpretada por Patxi Biquet, Carlos Zabala y Klara Badiola, entre otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario