Nueva serie policíaca en mi vida. La serie del inspector Erlendur Sveinsson. Un país Islandia. Un nuevo escritor de genero: Arnaldur Indridason [Reikiavik, 1961], que se une a la larga lista de escritores que han ido acumulándose en mi biblioteca desde que a los quince años llegaron a mi lamentable vida de adolescente solitario Hércules Poirot, Miss Marple y Agatha Christie. Lo hicieron para quedarse y antes de los dieciocho había leído setenta u ochenta novelas de la reina del crimen. Luego vinieron otras, y otros. Pero a todos, en algún momento, terminé por serles infieles cuando me cansaron y se tornaron rutinarios y previsibles. Aunque a veces volví sobre mis pasos, pero solo puntualmente. "Las marismas" [2000] es un nuevo comienzo cuando estoy a punto de cerrar la puerta a una serie, la del detective Martín Beck, de la que sólo me queda una novela por leer. Erlendur sustituirá a Beck. Islandia a Suecia. A Indridason le gustan los asuntos del pasado, la lluvia y la culpa y el pecado. Todos ellos temas altamente morales y perversos. En "Las marismas" como en toda buena novela policíaca que se precie hay un crimen inicial y un misterio que resolver. En eso no es nada original, pero el resto es magnifico y deprimente. Incluido el personaje de la hija drogadicta del inspector. Hay violaciones, hijos ilegítimos, chantaje y una enfermedad terminal hereditaria. Y sobre todo hay mucho dolor. Una profunda reflexión sobre el dolor y la culpa. Sobre cómo algunas personas asumen la culpa y otras no. Sobre como los hijos asumen las culpas de los padres. Y una radiografía potente de un país. La novela negra siempre es una radiografía. Algo en blanco y negro. Un asunto de huesos y manchas. La segunda novela de la serie ya descansa entre mis libros para el mes que viene.
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