Tiempo de lecturas atrasadas. Un paseo por unos puestos de viejo trae a mis manos "Los físicos" comedia escrita en 1962 por Friedrich Dürrenmatt [Konolfigen, 1921-Neuchâtel, 1990]. Definir "Los fisicos" como una comedia ya es en sí una paradoja en sí. El lector o el espectador de la obra se puede reír, ciertamente, pero la risa no libera tensiones, sino que como mucho las atenúa. No es una risa positiva, sino una risa que se congela en la boca como un rictus amargo; una risa pesimista y sarcástica. La sonrisa de un cadáver. Porque Dürrenmatt escribe para desvelar que el mundo es un gran teatro donde se representa una opera bufa; una mascarada para seres estúpidos e inocentes. O no tanto. Su obra tiene pues un marcado carácter moral. Y también, mortal. Hay varios asesinatos sucesivos de enfermeras, hay tres personajes considerados locos que se hacen pasar por científicos: Herbert Georg Beutler [Newton], Ernest Heindrich Ernesti [Einstein] y Johann Wilheln Möebius. Ninguno de los tres está loco, aunque los tres son lo que aparentan. Hay también una teoría física revolucionaria que puede cambiar el orden mundial y una doctora deforme llamada Mathilde von Zahnd. Y unos diálogos repletos de frases elaboradas y contradictorias. Esas frases filosóficas que hace que el alemán sea tan adecuado para el pensamiento filosófico como lo es el español para la poesía. La obra se desarrolla en tiempo real. Unidad de lugar y de tiempo a rajatabla. Lo que comienza como una obra detectivesca con tendencia al absurdo se va decantando conforme avanza la obra hacia una tragicomedia negra de implicaciones morales absolutas. Los diálogos no tienen desperdicio:[ Inspector: No se trata de asesinos, sino de locos, y éstos pueden matar en cualquier momento. / Doctora: Los sanos también, y con mayor frecuencia.] De vez en cuando aparece la figura del rey Salomón. Y claro las paradojas: "Si se está en el manicomio, la mejor forma de anular el pasado es comportándose como un loco". "No hay nada más absurdo en el mundo que el ardor con que se sacrifican las mujeres". El final de la obra es demoledor sea dicho por un físico loco o por un físico cuerdo: " Lo que se pensó una vez, ya no puede ser revocado". Hay una dura reflexión sobre la locura del poder. Sobre la necesidad del poder de "apoderarse" de todo, especialmente de los conocimientos que le son útiles para gobernar el mundo. En el fondo el manicomio es una metáfora de una empresa que necesita obtener beneficios. El monopolio económico del poder. La doctora von Zahnd no es una solterona jorobada con pinta de hermanita de la caridad. Busca la venganza tanto como la protagonista de "Visita de la vieja dama" [1956] de la que se rodó una magnífica versión desde mi punto de vista aunque los críticos son más rigurosos; titulada "La visita del rencor" [1964] rodada por Bernard Wicki con mi admirada Ingrid Bergman en el papel de Clara Zachanassian. Inolvidable la frase: "El mundo me convirtió en una puta y ahora yo convertiré el mundo en un burdel". Algo parecido busca la doctora Mathilde von Zahnd porque "quien se enfrenta a la paradoja, se expone a la realidad".
Tu resumen y comentario del libro son muy interesantes además de incisivos, ya me encontraba buscando el libro cuando leí tu pequeño artículo, ahora no sólo quiero encontrarlo por curiosidad sino que puedo suponer que es un libro que vale tanto sus penas como alegrías... ojalá entendiera el alemán para enterarme de quién sabe qué otros matices.
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