Últimamente sólo compro libros de cuentos. Se dice que nadie lee cuentos, que nadie los compra, que son un veneno para las editoriales, pero la editoriales, incluso las no especializadas en relatos, no cesan de publicarlos. La conclusión es que se dicen muchas tonterías. "Dinero gratis" de Carlo Padial [Barcelona, 1977] publicado por la editorial Libros del Silencio es uno más de los libros de cuentos/ relatos que se publican. Y siendo uno más, es algo más. Desde el título se aprecia el humor socarrón y sarcástico del autor; aunque el cuento que da título a la colección, el más largo, no me parezca ni el mejor de todos ni el más conseguido. Sin embargo la tónica general de la musculatura del del libro es apreciable. El autor tiene ideas propias y eso es lo menos que se le puede pedir a un escritor que se lanza al ruedo literario. Tiene ideas propias y desparpajo y no se para en minucias a la hora de satirizar y dinamitar la hipocresía social y los convencionalismos de la sociedad que nos acoge entre sus brazos de compulsiva ramera capitalista. Padial entra en la narrativa como elefante en cacharrería y no le importan los daños colaterales. Así comienza " 11-S": "Se masturba frente al televisor, como cada día después de comer, viendo el telediario". No se puede negar que es un comienzo prometedor. El cuento no se viene abajo a pesar de hablar sobre las torres gemelas, el deseo insatisfecho y Britney Spears con las piernas abiertas. Aunque las piernas se parezcan más a las de Cristina Aguilera. "Odiar a un homeless" apela a la caridad bien entendida, sí, ésa misma que ya saben ustedes que comienza por uno mismo. "National Geographic" ejemplifica la perdida de ideales de los intelectuales presuntos y no tan presuntos con presunto y no tan presunto sentido de la culpa. Pero si tuviera que elegir un par de cuentos que destacar el conjunto serían "Higiene" y "Una persona normal". "Higiene" nos cuenta la historia de un hombre que se casa con una mujer que se pasa la vida limpiando. Se trata de un cuento que podría ser costumbrista, pero que presenta textura de cuento erótico. Se podría haber titulado también "Sexo", por ejemplo, y el resultado hubiera sido igual de hilarante. "Nunca pensé que pudiera decirlo, pero estaba harto de limpiar. Hasta entonces, siempre había creído que un hombre joven y sano como yo disponía de unas ganas de limpiar ilimitadas pero ahora me doy cuenta que todo tiene un límite...Uno no puede estar todo el día pensando en lo mismo" la metáfora es obvia, pero efectiva. "Una persona normal" comienza con una declaración de principios que es casi un informe médico: "El enfermo es un hombre de 32 años. Fue llevado a urgencias por la policía cuando intentaba entrar en un banco a pedir un crédito". Carlo Padial transforma la norma en excepción. Los enfermos son/ somos esa gente corriente que acepta las normas sociales sin cuestionarselas y sin plantearse una vida alternativa o si el tipo de vida es el que realmente desean llevar. Hay un cuento que trata sobre un hombre de abundante cabellera que siente la amenaza fantasma de la alopecia; hay un cuento con una excelente definición de un espécimen muy habitual en nuestra sociedad " el rumiante universitario"; hay una crítica acerada a los críticos de cine, a los camareros y al afán de limpiar del mundo de porquería cuando somos incapaces de limpiar literalmente la mierda de nuestra propia casa. Impagable ese padre que en un relato le baja a su hija veinteañera los pantalones de piel de vaca portuguesa dejándola con unas bragas rosas con rayitas fucsias y con una inscripción a la altura del pubis donde se puede leer EAT ME. Brutalidad y ternura se alían a partes iguales en un libro que estalla entre las manos página a página. Y que si no estalla, al menos nos hace que estallemos a carcajadas. Todo un logro para los tiempos que corren.
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