Hay libros que sorprenden de desde la primera página o desde el prólogo: Los textos aquí incluidos, heterogéneos y a
veces turbulentos, son fruto de la observación que de la realidad que la circunda ha realizado
una mujer blanca, occidental, feminista y con estudios universitarios. O sea, una mujer privilegiada. Pero la autora
de este libro que es una recopilación de las entradas de su blog, no es una
mujer privilegiada por universitaria, feminista, occidental y blanca, sino
porque utiliza todo lo que la sociedad ha puesto en sus manos, especialmente,
su inteligencia para ponerse de parte del débil, para señalar las lacras de una
sociedad capitalista y machista, para detectar comportamientos, taras y
actitudes que, aunque aceptados, solo esconden la cómoda dejadez de una
sociedad estúpidamente satisfecha de sí misma. Marisol Sánchez Gómez se pone en
la cita que abre el libro bajo la sombra tutelar de Pier Paolo Pasolini: Parece, a veces, / que odio y, sin embargo,
escribo/ versos llenos de amor preciso. De eso trata este libro compuesto
por los post del blog de la autora en Internet, convenientemente agrupados y ordenados en cuatro bloques que, aunque
independientes y heterogéneos –Algunas mujeres, El mundo ahí fuera, El
psicoanálisis, Leemos, miramos-, una vez leídos con detenimiento, guardan entre
sí una sólida unidad general y muchos puntos de contacto, que provienen de esa
mirada de mujer blanca, occidental, feminista y con estudios universitarios,
inquieta, y atenta a los problemas de la sociedad en la que le ha tocado vivir.
Además de un interesante bagaje cultural que mezcla cine, literatura, poesía y
viajes. Cualquier tema le sirve a la
autora para sacarle punta a una realidad compleja y complicada donde los vasos
comunicantes entre todos los estratos que componen la vida de una persona con
los estratos del resto de la sociedad forman un entramado claustrofóbico que
nos atrapa sin que percibamos las cadenas que nos subyugan y los sutiles matices
de la hipocresía social, cultural y económica. Desentrañar estas conexiones es
parte del encanto de este libro que es como una mano de hierro con guantes de
seda que entra en el jardín social no para mostrarnos la belleza de las rosas
sino el gusano que esconde su aparente belleza. El listado de autores y citas
que aparecen este libro misceláneo, pero de unidad indisoluble, algunos
para ser ensalzados y otros para ser
denostados, sin importar lo aplaudidos y celebrados que sean –sirva de ejemplo
José María Fonollosa -, es impresionante y digno y merecedor de un par de
reseñas que superarían la pretensión de estas palabras que solo pretenden
resaltar las virtudes combativas y la calidad emocional de los textos que
componen este “Box8: contra el silencio, obstinadamente”. Por citar sin intención de ser exhaustivo
temas, personajes, citas y divagaciones: el aborto, la poesía de Evelyn Lau y la reflexión sobre la
prostitución, Julia Kristeva, la
explotación de las mujeres en Chihuahua, José María Parreño, el grupo música Muse, las drogas, Depeche
Mode, Judy Grahan y Una mujer habla con
la muerte, poemario que se erige como una
emocionante meditación sobre la futilidad de una sociedad fascinada por la
destrucción, Mariana Tsvietaieva, el
concepto de fragilidad femenina, Balthus, la violación de Philomena en la
Metamorfosis de Ovidio, el suicidio y Sarah Kane – autora que desconocía y que me
ha interesado especialmente-, el cuerpo
como fuente de vulnerabilidad y poder, Cristina Gómez Barajas y el poemario
Comité de sueños, Marie Curie en un poema de la omnipresente Adrienne Rich,
poeta de cabecera de la autora de los textos aquí reseñados, y una elección que
indica el valor combativo de Marisol Sánchez Gómez. Este libro es una como una
casa con muchas ventanas y puertas. La autora nos invita al interior de su
casa, a su mundo más íntimo y fecundo, y nos abre puertas y ventanas a lugares
recónditos e insospechados. Lugares donde por nosotros mismos quizás no
hubiésemos llegado nunca. Y nos habla del valor de la cultura para convertirnos
en personas que aman y piensan por sí mismas y no seres con miedo que repiten
patrones aprendidos y socialmente repetidos de padres a hijos o quizás de
madres a hijos y solamente rompiendo estos patrones es posible cambiar la
estructura de una sociedad anacrónica. Por supuesto la parte que más me gusta
del libro es la IV. Leemos, miramos. El
título ya no sugiere que la lectura es una manera de mirar al mundo y que quien
lee mira a la sociedad de otra manera y puede empezar a ejercer la disidencia
intelectual. El libro acaba con una fotografía icónica de “El pequeño jinete de
Artemisión” que es en sí misma una metáfora de la vida, del hombre en la vida.
La vida es un caballo enorme e ingobernable
y nosotros solo somos pequeños jinetes que intentamos que el mundo se adapte a
nuestra voluntad y nuestros deseos. Un
empeño destinado al fracaso y del que no se sale indemne. Bajo la foto una sola
frase: “A veces la vida se maneja con enorme dificultad”. Puedo asegurar que quien lea este “Box8:
contra el silencio, obstinadamente” escrito con lucidez y elegancia por una mujer blanca, occidental, feminista y
con estudios universitarios podrá manejar e interpretar el mundo actual en
que vivimos de una manera mucho más sabia, critica e inteligentemente.
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