sábado, 13 de febrero de 2016

UNA BARBA PARA DOS LAWRENCE SCHIMEL


Entre "Precariedad" y "Urgencia" dos microrrelatos de apenas dos líneas se desarrollan los otros 97 microrrelatos del último libro de Lawrence Schimel [ Nueva York, 1971] autor con cierta experiencia ya en publicar relatos de corte erótico o algo más que erótico, bordeando el límite entre lo erótico y lo pornográfico y de extensión algo más larga y rotunda: "Bien dotado"  [Laertes, 1999]. En "Bien dotado" había una advertencia del autor donde afirmaba que: son un tipo de cuento moral, cuya trama es el sexo hoy en día. Es decir, los relatos reflejan una moral moderna, liberal y positiva respecto a la sexualidad y, concretamente sobre la homosexualidad." La afirmación sigue sirviendo para estos esmerados e irónicos microrrelatos. Aquellos relatos habían sido publicados inicialmente en revistas pornográficas  norteamericanas, pero el autor intentaba la nada delicada  y desdeñable tarea de subvertir las rígidas reglas de aquel tipo de relatos adaptándolos al momento en que fueron escritos. Doy fe de las bondades de algunos de aquellos relatos. En "Una Barba para dos" [Editorial Dos Bigotes, 2016] vuelve a las andadas he intenta conferir densidad, modernidad, actualidad y compromiso a unos relatos que no intentan ir más allá de la pagina y media. Son relatos por lo tanto directos, que entran en el asunto sin preliminares y acaban la faena antes de que te des cuenta de que el contacto visual ha terminado. Buscan ser el instante del erotismo puro; lo que subyace entre la mente y la mano. Uno de los principales problemas de leer 99 microrrelatos eróticos sobre tema gay es  la sombra de la monotonía sobrevenida, pero ese riesgo ha sido cuidadosamente evitado tanto por el autor como por los editores, solo en dos o tres micorrelatos tienes la sensación déjà vu.  Las ambientaciones de los microrrelatos y las situaciones son lo suficientemente variadas y flexibles para que el libro se lea como en una buena sesión de sexo literario sin interrupciones. Otra cosa es que todos los microrrelatos estén a la misma altura o tengan la misma intensidad. Quizás si en lugar de 99 relatos hubieran sido 69, algo más largos, se habría ganado en intensidad, pero se habría perdido en versatilidad. De todas maneras hay para todos los gustos. Ya lo dice la contraportada son "escenas de la vida cotidiana en los tiempos del Grindr". Abunda la primera persona del singular o del plural narrativa que siempre es la mejor manera de contar una historia de estas características que es mitad de quien la cuenta y mitad de quien la imagina. Como es norma en cualquier microrrelato siempre hay una sorpresa, bien sea al principio o al final de la historia. Hay un interesante juego con los títulos de los relatos. Que una historia que se titula "Nueva constelaciones" acabe con y con los párpados todavía cerrados vi las estrellas. En algunos momentos se tiene la impresión de que es el propio autor de los relatos el que vive la historia que relata y entramos en algo parecido a un desdoblamiento metaliterario. Sucede por ejemplo en "Bloqueo de escritor". A ratos me sobran referencias que intentan contextualizar los relatos que lo mismo suceden en  Madrid que en Barcelona, Bilbao o Hamburgo. Por ejemplo la referencia a la alcaldesa de Madrid. Pero son detalles menores. Con este libro ocurre como en la vida en general y en el sexo en particular uno tiene que arriesgarse y ver qué sucede. Y jugando con el final de uno de estos microrrelatos; "Provocación". Solo hay una manera de averiguarlo. Leerlo. 

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