domingo, 11 de enero de 2015

LO QUE NO SE DICE VARIOS AUTORES


Es difícil comentar un libro de relatos de encargo. Es complicado hablar de 11 autores diferentes y no quedar mal con alguien o bien con ninguno. Es absurdo intentar contentar a todos. Es extremadamente difícil escribir sobre "Lo que no se dice" [Editorial dosbigotes, 2014] y salir indemne del intento, pero lo que es extremadamente fácil, y esa es su mejor baza, es leer este libro de relatos de encargo sobre los tópicos más  típicos y arraigados de este país nuestro -tan peculiar y tan castizo, tan de iglesia y pandereta, tan de toros y nacionalismos varios-,  vistos desde una perspectiva gay. La gente fina diría óptica homosexual. No sé. A algunos autores los conozco más y a otros un poco menos o nada. Pero eso formaría parte de la espuma de la reseña. Decir que  creo que un día coincidí con Lluis Maria Todó en un local de ambiente de Alicante, pero claro no tenía "El juego del mentiroso" a mano para una firma porque cuando uno sale de copas va a otra cosa; que tengo  firmados un par de poemarios y las novela a dos manos de Luis Cremades; que he leído a José Luis Serrano, a Luisgé Martín -  bastante, creo que también tengo alguno de sus primeros libros de relatos firmado-, y a Lawrence Schimel, un poemario; que además de tener varias obras suyas firmadas he coindicido dos o tres de veces en la vida con Eduardo Mendicuti, una primera vez en Murcia, más tarde en un concurso de poesía erótica de nombre fantástico "el certamen de poesía erótica pantera rosa" donde él era el mantenedor y yo uno de los ganadores en Argamasilla de Alba, y otra vez en el festival de Cine de Alfas del Pi, con motivo del estreno de "Los novios búlgaros" ocasiones que aproveché para a través de él hacer llegar mis primeros poemarios a Luis Antonio de Villena, del cual tengo además de alguna  amable postal poseo media docena de obras firmadas entre novelas libros de relatos y poemarios, no ayuda más que a centrar el asunto, a conocer mis gustos si conocer los gustos de alguien sirve de algo. Sirva lo anterior de preámbulo. Parto de la base de que un libro de relatos de varios autores es una suma de voces desiguales, diferentes estéticamente y también estilisticamente, divergentes a veces. Parto de que un libro de relatos de estas características, un encargo, es más una suma de buenos propósitos y buenas intenciones que un libro redondo, cerrado y perfecto. Siempre he pensado que la perfección no existe o si existe es estéril o procrea monstruos, según dice Emil Cioran. El equilibrio de "Lo que no se dice" no es perfecto, pero la selección de relatos tiene un encanto  especial; un encanto que quizás no tendría si todo fuera perfecto. La vida es desequilibrio y en especial la vida gay. Aquí tenemos unas cuantas miradas sobre esas formas de vida. No sé quién a asignado a cada autor el tema que ha desarrollado. Si han sido ellos mismos quienes lo han elegido o les ha tocado en suerte a la buena de Dios. Ciertamente parece que a E. Mendicuttiy a Luis A. de Villena, los relatos  en suerte les han caído a pedir de boca, teniendo en cuenta el tipo de literatura que ellos están acostumbrados a escribir. El primero hace como ya nos tiene acostumbrados, retruecanos y virguerías lingüísticas, verbales y eróticas en un relato de toros, ligue callejero y pitones a tres bandas, todo con mucha gracia y mucha guasa y mucha retranca. De Villena realiza un ejercicio de vuelta al pasado, a un tiempo ido y a una institución, el ejercito y la mili obligatoria, hoy  fuera de uso, pero que en un tiempo no tan lejano, fue dejando victimas en el camino - entre las que me encuentro-, aunque también hubo quien despertó a la vida en aquellos meses y se lo pasó pipa haciéndose un hombre hecho y derecho, como se decía; o haciéndose dos o tres hombres. A Luisgé Martín le ha tocado un tema poco agradecido, el futbolístico, que el resuelve con gracia exagerando el espíritu de la letra con humor. No le quedaba otra, o escribía un relato porno de vestuarios y duchas comunes o jugaba a regatear con el binomio placer dolor en una pirueta con fractura de tibia y peroné. El relato de L. Schimel da más juego. Me encanta el comienzo del relato y la ambientación familiar en el pueblo y esa madre tan comprensiva. Luego todo es un poco cuento de hadas estilo ballet "Cascanueces" con desorientación de genero, pero en variante flamenco pop. Podía haber caído en el ridículo, pero no lo hace. El de Oscar Equivias en un relato delicioso, culto, largo, repleto de detalles significativos.Un relato largo y delicioso sobre belenes, catequistas, la vida en provincias y viajes al Vaticano. Y como todo lo bueno se hace esperar, con sorpresa final que pone los puntos sobre las íes. Es como si se licuase en la boca mientras lo vas leyendo. "Manos mágicas" de Luis Cremades quizás habla de demasiadas cosas al mismo tiempo y eso le resta intensidad. El principio también es estupendo. Como lo es el final. Ese final agridulce, abierto. Un buen relato sobre religión y coros de iglesias y el amor y las mentiras, y como el amor nos cambia para bien o para mal, porque todo, lo bueno y lo malo deja huella,  nos enriquece aunque provoque dolor. Lluis Maria Todó nos cuenta una historia de boy-scouts y burguesía catalana allá por el año 1964. Posiblemente la mezcla es explosiva, compleja, con infinidad de matices para poder ser reflejados en tan pocas páginas.  Creo que hace demasiado hincapié en el contexto social de la época. ¿Azul o verde? de Óscar Hernández  no es un cuento de hadas sino una  especie de telenovela sudamericana ambientada en un país vasco rural y muy celtibérico. Es un relato tan demelenado y tan brutal que uno no puede dejar de leerlo con una sonrisa en los labios. Ese padre tan padre y esa hermana tan hermanísima y esa posible boda y el burdel de carretera y el príncipe azul que trabaja en el matadero y esa secuencia  de intento de violación con lluvia y caballos. Un desmelene total. A pesar de que lo que se nos cuente sea un drama como en las telenovelas sudamericanas. Pura exageración literaria. Y entro en los tres relatos que más me han gustado de la antología. No entro en si son mejores o peores que los anteriores. Es cuestión de gustos personales. "Nunca en septiembre" de Fernando J.López mezcla adolescencia y supervivencia educativa en un relato de iniciación. Dudas y miedos se combinan con gran eficacia. "No te levantes"  de Álvaro Domínguez es posiblemente el relato más logrado y el más sutil de la antología y el más terrorífico. El infierno siempre es la familia. Debo reconocer que me subyugan los relatos sobre relaciones familiares, que como todas las relaciones, incluidas las sexuales, suelen ser relaciones de poder y manipulación. Dejo para el final "Hipocampos" de José Luis Serrano. ¿Por qué? Puede que porque sea el relato que más me ha gustado, porque se aproxima más al tipo de relato que escribo yo, porque habla del paso del tiempo y de los mitos que de derrumban, porque ofrece una imagen sexual perturbadora -esas moscas alrededor de la bragueta de Juan Carlos, el escayolista, que no era el escayolista-, y porque duele el relato, duele como si estuviera gritando una verdad en medio de la calles. La antología  "Lo que no se dice", titulo por otro lado evocador -a medio camino entre los versos de de Luis Cernuda Si el hombre pudiera decir lo que ama ...y ese verso del poema de Lord Alfred Douglas "Dos amores" [1882] El amor que no se atreve a decir su nombre-, no es una panorámica de toda la literatura gay que se escribe en la actualidad en este país nuestro, pero si que es un mapa del tesoro con algunas gratas y magnificas sorpresas en su interior. Cada lector puede y debe encontrar las suyas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario