Ayer sufrí uno de esos homenajes que de vez en cuando sufren los poetas y artistas en general. Y digo que los sufrí porque no me suele gustar exponerme al público. El poeta es un ser esencialmente pudoroso. Intenté adoptar la máscara de la indiferencia y no desentonar del maravilloso acto que los componentes del grupo Aurularia -Luisa, Álvaro-, diseñaron para exponer al público presente mi obra. Excelente el monólogo diseñado a partir de un par de poemas míos. Excelente David Verdejo. Emocionante Luisa Pastor recitando y acompañada en directo con música de piano. Y qué decir del vídeo montado sobre fragmentos de varios poemas y titulado "La vida en un acto." No suelo utilizar mi blog para alabarme. Estas palabras son únicamente un sincero acto de contrición. Quizá por sentirme emocionado en algún momento del acto. Gracias a todos los asistente. Y en especial a los que no asistieron. Uno se reconoce en los libros que ha leído, pero también en los que no ha leído.Uno se reconoce en los libros que ha escrito y en especial en los que no ha escrito. Urge la vida. La poesía y la literatura quedan para los momentos que quedan entre la vida. La única palabra que se me ocurre es gracias. Gracias a todos.
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