Hay libros de los que no esperas nada y, quizás por eso resultan tanto más alentadores y reconfortantes, que aquellos otros libros de los que esperas demasiado y terminan ofreciéndote tan poco que no te ofrecen casi nada. "La historia de mi gente" de Edoardo Nesi [ Prato,1964] es uno de esos libros. No esperaba nada cuando lo compré, puede que para cubrir mi cupo de literatura italiana del año; a pesar de que la contraportada lo ofertaba como un libro singular. Sí, en verdad se tata de un libro singular. Tanto por la historia que cuenta como por el tono cómo la cuenta. Podría ser tanto una novela como un ensayo, o ambas cosas o ninguna de las dos. Una mixtura, un híbrido, en una época en la cual en la novela cabe todo. Cualquier objeto rectangular que aparezca etiquetado como novela se considera como tal. Ahora ni siquiera hace falta que sean objetos físicos. Nesi recurre a la narrativa para contar una historia autobiográfica que juega a ser una disección personal del absurdo del sistema capitalista globalizado que nos atenaza. Nesi nos habla de su gente. Parte de su individualidad, de su familia y alcanza lo colectivo, la denuncia social de un sistema productivo injusto e injustificado. A pesar de ello, en ningún momento resulta panfletario o demagógico. Los capítulos respiran vida. Atención especial al capítulo titulado "El sistema Italia". Están enhebrados en el hilo invisible de lo insustancial, que al final resulta más consultancial que contar esta misma historia de derrumbe y caída con mucho ruido y aspavientos. El argumento parece que no da para demasiado. Se nos cuenta la historia de la venta de una fábrica de tejidos en 2004 y como afirma el autor " Cuando vendes una empresa, vendes también su historia". El relato es la historia de una historia. La de Nesi e hijos S.A. Por supuesto es mucho más que eso. Abunda la música: Led Zepelin, James Taylor, Bob Dylan, Neil Young, Ricchi e Poveri, Joan Baez; se flirtea con el cine: Orson Welles, Buster Keaton, Paul Newman o Sidney Lumet; y se repasa la literatura que se ama: Swift, Joan didion, Dostoievski, Tolstoi, Thomas Pynchon, Carver, David Foster Wallace, Scott Fitzgerald, Salinger o Richard Ford, a quien se debe uno de los parrafos más poéticos de la novela -porque como tal se puede considerar esta historia de una historia que es como un corte de mangas al capitalismo de corte liberal, como una patada en la espinilla a un sistema económico globalizador que nos ha sumido en una de las crisis de identidad social y moral más aterradoras y absurdas de los últimos siglos-. con la frase del escritor americano cierro este post: "Estoy seguro de que, al final, de algún modo, la economía sucumbirá a un acto de la imaginación".
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