Black, black, black [Anagrama, 2010] es la última novela de Marta Sanz [Madrid, 1967]. Si nos fiamos del título se trataría de una novela negra, un género no demasiado reputado entre nuestros novelistas patrios. Si sólo fuese una novela negra, "Black, black, black" sería una obra más que aceptable, pero es que esta novela de la autora entre otras de "El frío" [1995]; "Animales domésticos" [2003] y "La lección de anatomía" [2008] es una original mirada sobre las virtudes y sobre todo, los defectos de esta corrupta e insolidaria sociedad en la que malvivimos por un puñado de euros. Se tocan temas de rigurosa actualidad y de considerable calado. Pero lo importante no son los temas y sus ramificaciones sino el estilo y la compleja estructura de la novela. Fondo y forma se complementan, o deberían. Quizás ése es el principal problema de esta estupenda novela policíaca y costumbrista; ya que toda novela policíaca es una radiografía en blanco y negro de la sociedad donde se desarrolla. La novela está descompensada. Como su título indica, se estructura en tres parte, a la manera de uno de esos trípticos pictóricos donde la tabla central es el doble de ancha que las laterales que se cierran ocultando la escena principal. Posiblemente en esta novela de Marta Sanz, el extenso diario escrito por Luz, la madre de Olmo, el adolescente daltónico que colecciona mariposas, robe toda la energía a las partes laterales, narradas por el detective homosexual Arturo Zarco y su ex, Paula. El humor, el sarcasmo y las constantes referencias literarias y cinematográficas salpimentan las páginas de esta novela negra a contracorriente, recomendable para fans de la novela negra y para ateos, agnósticos y similares. También le pueden seguir la pista a Marta Sanz leyendo el imprescindible prólogo que ha escrito para el libro de cuentos de Pilar Adón "El mes más cruel", del que hablaré en otra ocasión.
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