lunes, 18 de agosto de 2014

EL ASESINO DE POLICIAS MAJ SJÖWALL-PER WAHLÖÖ


La serie  del inspector Martín Beck va entrando en su recta final Tan sólo me queda una novela de la serie por leer y despedirme de este personaje a quien tanto estimo y valoro. Será duro, aunque uno siempre podrá volver atrás y releer. Volver sobre el pasado. Creo que fue el excelente novelista y premio Planeta por "La marca del meridiano", Lorenzo Silva, quien en una conferencia en Alicante, comentó como de pasada que estaba leyendo la últimas novelas de esta serie y que le parecían más flojas que las primeras. Lamento disentir. Puede que arquitectónica y  argumentalmente "El asesino de policías" [1974] sea más transparente, que no más simple, que las novelas anteriores de la serie, pero la disección de la sociedad del momento y la radiografía de los males sociales que han terminado en esta Europa del bienestar que disfrutamos y padecemos en la actualidad es totalmente válida. Premonitoria. Además algunos personajes que no han acompañado durante la serie evolucionan hasta un punto sin retorno como es el caso de Lennart Kollberg. Martín Beck reflexiona sobre la gente sin trabajo: Sabía que podía resultarle muy difícil encontrar un empleo satisfactorio y medianamente equivalente. En un momento de grave desempleo, en que los universitarios y los profesores  altamente cualificados de todas las categorías posibles, y especialmente los jóvenes, estaban en paro, las perspectivas no eran halagueñas para un ex policía cincuentón...Les suena. el pan nuestro de cada día. Y la novela fue escrita hace cuarenta años. Que se dice pronto.Cuarenta años. Pero hay más, mucho más. Como si esto fuera un chiste de aeropuertos y ecologismo: El aeropuerto era un desastre nacional que no desmentía su fama...El aeropuerto había sido construido  -después de que la población de la zona hubiese sido desplazada - en uno de los lugares más brumosos de Suecia. Y por si fuera poco, en medio de una conocida ruta migratoria de aves y  a una distancia extremadamente incómoda de la ciudad....Además se había destruido un espacio natural que debería haber estado protegido por la ley. Esto tampoco les suena. Sean aeropuertos construidos en lugares insólitos y donde no aterrizan ni las aves o urbanizaciones en mitad del desierto. Un policía con mala conciencia reflexiona: Estuve en una manifestación en 1969 en la que aporreamos a la gente a lo burro. Yo mismo golpeé a una chica que sin duda no tenía más de 17 años y que además llevaba consigo a un niño pequeño.  Más sobre la policía y su impopularidad: Las dificultades  habían comenzado en gran medida en el año 1965, cuando la administración de policía se hizo estatal. Desde entonces, se había convertido en un Estado dentro del Estado que los individuos aborrecían...la propia actitud de los agentes de policías hacia el resto de los ciudadanos era, cada vez más, de odio y tan reaccionaria que daba miedo. Y lo escritores no tienen empacho en apostillar el motivo por el cual la policía a perdido el beneplácito de los ciudadanos:  Y es que sin duda, en los últimos años, la actividad policial se ha politizado en gran medida, mientras que el cuerpo como tal se utiliza cada vez más frecuentemente con fines políticos. El poder es siempre el mismo aunque pasen los años y se vale de los mismos trucos para oprimir al ciudadano y trabajador que le ha votado. A cambio el poder no entrega las migajas de una sociedad que nos ha vendido como ideal: Poder conseguir una vivienda propia era algo que quedaba descartado....No sentía ningún remordimiento por la vida que llevaba. Como tantos jóvenes suecos, no podía guardar lealtad  a un orden social  donde el estatus y la riqueza material eran la única medida del valor de un individuo, mientras el Estado ni siquiera podía proporcionar a un joven un trabajo honesto y con sentido....su opinión era compartida por miles de jóvenes de su edad: no había elegido nacer en un sistema político inhumano que exigía solidaridad a cambio de falsedades y traición, y él sentía que eran más bien los que gobernaban el país y no él quienes deberían sentir vergüenza. Creo que cuarenta años después de haber sido escritas muchas de las ideas que aparecen diseminadas por esta magnífica novela policíaca no han perdido vigencia, por lo menos en España: Los padres....como mucho se podía sentir lástima por ellos, aburridos a muerte en su bonita casa adosada, con el coche comprado a plazos en el garaje y la mirada pegada a la televisión en color. Nunca pensaban en otra cosa que no fuera en cómo llegarían a fin de mes...Eran socialdemócratas convencidos y podían pasarse las horas muertas machacando sobre las ventajas de la economía mixta. Todo era perfecto, salvo que la pasta no duraba hasta fin de mes, y que los jóvenes no estaban los bastante agradecidos por la suerte que tenían. Qué poco nos han dejado evolucionar los de arriba, qué perfectamente planificada está la agonía del individuo por los  políticos y el poder económico:  Tal vez era a causa del sistema social... o tal vez al modo de proceder de la generación anterior, que lo único que hacía era planificar su bienestar material sin llegar a ninguna parte, o rasgarse la vestiduras ante formularios de impuestos y otros documentos ininteligibles con que las autoridades los bombardeaban. Gente que permanecía despierta por las noches intentando calcular cómo pagar todas las facturas, mientras les sobrecogía el constante temor a un aumento del desempleo, y mientras todos los días se atiborraban de estimulantes para poder trabajar...Voy terminando este breve repaso de la certera radiografía que Sjöwall y Wahlöö  realizaron en esta novela. No quedaban muchos buenos médicos en Suecia, ya que la estupidez de las autoridades había obligado a la mayoría a huir del país...los médicos que, a pesar del sistema operante, habían optado por quedarse en el país por lealtad con sus semejantes sabían hacer sus trabajo, a pesar de que la mayoría estaban sobrecargados y agotados...Dan ganas de ambientar la novela en la España de 2014. Remato este post con un último parrafo: Todo el sistema estaba manipulado por un puñado de familias ricas y por más o menos igual número de políticos corruptos e incompetentes que sobre todo vivían de repetir una y otra vez las mismas viejas mentiras, por ejemplo, afirmando que todos eran iguales y que todo iba bien y pronto iba a ir aún mejor. Bueno, qué queda por decir, pues que si "El asesino de policías" no fuera una extraordinaria novela negra, sería una extraordinaria novela de ciencia ficción de anticipación. Ineludible.

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