Hay días en los que uno está destrozado anímicamente y le apetece ver algo que no le haga pensar demasiado en sus circunstancias vitales y en el nefasto futuro por venir. En las circunstancias vitales de la vida en general y en el nefasto futuro en particular. Lo mejor es ligar con alguien o irse a ver una película erótico festiva. Así se promociona la última película de Paco León: "Kiki, el amor se hace". Hay que tener narices para estrenar una película con ese título. Uno tiene la impresión de que los espectadores van a salir pitando de la sala o que se van a encontrar la sala repleta de frikis con un sin fin de parafilias sexuales como las que nos describe la película. Pero no, "Kiki" no solo es una película agradable de ver, muy bien interpretada y completamente desprejuicidada, sino que ofrece grietas por las que el espectador medianamente inteligente -creo que me estoy pasando con las palabras terminadas en mente-, puede repensar lo que le están contando y sacar sus propias conclusiones. Son varias historias que solo coinciden al final, sobre personajes, unos masculinos y otros femeninos que sufren algún tipo de trastorno sexual que les lleva a excitarse por ejemplo con el tacto de una determinada tela, con ver llorar a su amante, con la violencia de un encuentro sexual forzado o de un cuerpo dormido. Hay otras parafilias colaterales. Aquellos que se excitan con las bragas usadas que vende una adolescente o con los árboles -dendrofilia-. La película no es perfecta, nada en esta vida lo es, y lo que es mejor carece de prejuicios verbales. Gran parte de su humor es verbal y procede de la manera de hablar de los personajes, de sus monólogos. Inapagables las secuencias del Paco León en los aseos del club de intercambio sexual o la de la llamada a un teléfono erótico realizada por un sordo que necesita traducción visual simultánea. Vamos, que si tienen una mala tarde y no tienen prejuicios a nivel erótico o similar, no tienen más que acercarse a alguno de los cines donde se exhibe "Kiki, el amor se hace", quizás encuentren en ella mucho del encanto y la verdad que Pedro Almodovar ha perdido en su última película.
Gracias Ramon porque tenia dudas de ir a ver esta peli y con tu comentario me las has despejado. DEcididamente no. Sospecho banalidad y humor comercial y facil y es precisamente de lo que me sobra. Nada como una cronica sabia a tiempo para ahorrarte encontrarte con un volquete de erotismo-banal-vulgaridad que es lo que desprende tu acertada "review" de este chico que nació como buen actor y que esta obsecado en ser buen director. Gracias
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