Si les apetece leer algo intrascendente, pero ligeramente progre; algo un poco antiguo, pero con sus dosis de glamour y champagne; algo brutal y al mismo tiempo sofisticado; algo con unas gotas de sangre, algo de esperma, apuntes cinematográficos - no podía faltar la referencia a Almodovar-y un popurrí musical donde cabe desde la música culta hasta una representante del festival de eurovisión, humor en diferentes estratos -desde el vulgar de andar por casa, hasta algún diálogo de alta comedia, tipo: nadie es perfecto-, no tienen más que comprar "Los crímenes del profeta" [Ediciones B, 2010] de Mehmet Murar Somer [Ankara, 1959]. Ésa es su novela. El argumento es delirante y el título, bastante descriptivo: en la Estambul actual y aledaños alguien asesina travestis con nombre de profeta. Como nadie parece preocuparse por el asunto, la dueña, también travesti de un night club comienza a investigar por su cuenta sin casi despeinarse. El buen gusto siempre es el buen gusto y un travesti siempre tiene sus horas para la pelu, la depilación y otros menesteres. Por momentos, la sonrisa se nos hiela en los labios. Alguna descripción estremece y lo que importa no es el esclarecimiento de los asesinatos sino la crítica a una sociedad cerrada e hipócrita, que como los sueños de la razón, produce su propios monstruos.Un coctel explosivo; una mezcla entre las novelas del inspector Brunetti de Donna Leon y las deslenguadas protagonistas de los monólogos dramáticos de Eduardo Mendicuti. Si hasta ahora apenas contábamos con novela policíaca turca en castellano con excepción de "Último acto en el Bósforo" [Roca Editorial, 2006] y ""Un cadáver junto al Bósforo" [2008] de Celil Oker [ Kayseri, 1952] esperemos que ediciones B, traduzca las seis novelas restantes de la serie protagonizadas por nuestra investigadora travesti favorita.
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