miércoles, 10 de agosto de 2011

EL ARTE DE LA NECROLÓGICA, KRISTOF Y ALÓS























Si abril es quizás el mes más cruel, el verano es, tal vez, la estación más terrible. Morir en verano es desolador. Sobre todo para un escritor. Este verano han fallecido dos grandes escritoras, tardías e impúdicas tanto para expresar el instinto sexual del ser humano como su lado más tenebroso y salvaje. Concha Alós [Valencia, 1928, Barcelona, 2011] tiene dos novelas y un libro de relatos que me parecen más que interesantes "Los enanos" [1962] Yo todavía no había nacido. "Las hogueras" [1964] Ya andaba yo por estos lares y el libro de narraciones animales "Rey de gatos" [1972] que conservo en una edición antigua y con las hojas desencajadas y sueltas. Produce tristeza que haya muerto rodeada de olvido. Tanto del mundo literario, como de ese otro olvido que es la enfermedad del futuro. Agota Kristof [Csikvand, 1935, Neuchâtel, 2011] Escribió poco, porque escribir le causaba respeto y posiblemente dolor. El recuerdo que tengo de la lectura de "El gran cuaderno" [1986] es imborrable. Además están las otras dos novelas de la trilogía "La prueba"· [1988] y "La tercera mentira" [1991] Kristof escribía con un estilete en lugar de con una pluma. Si quieren saber más lean su libros y para que quede constancia de su fallecimiento, dos obituarios modélicos publicados en el diario "El País" El de Concha Alós, escrito por Manu Menéndez, el de Agota Kristof, por Javier Rodríguez Marcos. Dos piezas literarias dignas de las escritoras a las que rinden homenaje.

jueves, 4 de agosto de 2011

CHUMP CHANGE, DAN FANTE

"Chump Change", se podría traducir como "Calderilla", también como "Trabajo mal pagado". Chump Change es la primera novela de Dan Fante. Es una novela obscena en el buen sentido de la palabra. Un ejemplo: "Su pasión eran los penes y los libros". La primera novela del hijo del escritor John Fante también podría traducirse como "Algo de poco valor". Valor es el que ha necesitado el autor para escribirla a pesar del peso del apellido paterno. Algunos apellidos marcan, aplastan. "Chump Change" es autobiográfica y dura y está repleta de ruido, rabia e ironía. No es una novela tersa, mas bien es como papel de lija. Raspa la mirada cuando la lees. Es abrupta y certera como un pico para cavar una fosa. Dan Fante [ Los Ángeles, 1944] se toma como ejemplo de fracasado nada ejemplar para crear a su alter ego, Bruno Dante. La novela está empapada en alcohol. Especialmente Mogen David 20/20. También llamado Perro Loco. El sexo abunda y no es sexo esterilizado y blando. El semen se mezcla con la ensalada de huevo. Las menores la chupan estupendamente sobre todo si tienen un coeficiente intelectual alto. Los escritores fracasados que no soportan estar sobrios intentan suicidarse o se emborrachan y follan con desconocidos. Hay un animal muerto que se pasea por media novela impregnándola del hedor de la muerte. Y hay un padre moribundo con las piernas cortadas que vendió su talento para escribir mediocres guiones en Hollywood. También hay palmeras. La cosa sucede en Los Ángeles. Y un perro, se trata de una novela con perro. Y ya lo he dicho, sexo. Grato e ingrato. Lascerante. El personaje protagonista es autodestructivo e inteligente. Una mezcla explosiva. A veces Fante se pone lírico. Con la familia en cambio se pone borde. No hay contemplaciones. Va a degüello. La prosa es directa y expeditiva: "Entonces los vi: chaperos, chavales...En la mortal confusión en que me hallaba sumido me los quería follar a todos, y en un arrebato de frenesí chupar cada una de sus pollas". Por aquí resuenan ecos de Bukowsky. Por supuesto se trata de una novela excesiva e imprescindible. No busquen ni sentimentalismo ni patetismo. La cruda realidad. La puta realidad. Lo que ustedes quieran. Magnífica. "Chump Change" es parte de una trilogía con el mismo protagonista. Esperemos que antes o después se traduzcan "Mooch" y "Spitting Off Tall Building".


viernes, 1 de julio de 2011

SUSAN SONTAG, RENACIDA

A algunos autores se les ama o se les odia. Susan Sontag [Nueva York 1933-2004] es uno o una de ellos. Sontag es algo más que una escritora. Casi un icono del siglo XX. También es un espacio de libertad e independencia. Por suerte no ha creado escuela. Soy un admirador de la Susan Sontag de los ensayos: "Contra la interpretación " [1963] "Sobre la fotografía" [1975] "La enfermedad y sus metáforas" [1978] "Bajo el signo de Saturno" [1980] Menos de su obra novelísticas, cuyos temas no me atraen excesivamente. Tiene, eso sí, un interesante libro de relatos "Yo, etcétera" [1997]. Ahora Mondadori acaba de publicar "Renacida: Diarios tempranos 1947-19642". Si odias a la Sontag los diarios te parecerán irrelevantes, si la amas, comprenderás cómo se forja -con dolor, desesperación y sufrimiento- un aprendiz de escritor. Abunda lo trivial, pero también los apuntes de interés. Se asemejan a los imposibles diarios cotidianos que yo llevaba hace treinta años. Libro que leía, películas a las que asistía, precio de una comida especial...banalidades para constatar que somos seres vivos. Pero además, pequeñas joyas del pensamiento: "La mente es una puta"; Realmente es el estilo lo que importa. El estilo elige la trama"; "No importa si es pésimo. La única manera de aprender a escribir es escribiendo"; "Ninguna máscara es del todo una máscara"; "La moralidad conforma la experiencia, no a la inversa"; "Las palabras son la moneda del pensamiento"; "El matrimonio se funda en el principio de la inercia"; "Los ilícitos son los amores más perfectos"; "La bondad no es una virtud"; "Cuanto más frustrante es el presente más real es el pasado";"Para escribir tienes que permitirte ser la persona que no quieres ser [entre todas las que no eres]"; "No hay lugar para la cortesía en el sexo". Y para rematar: "El sexo es le único bien con el que la muerte no puede timarnos". Si no están seguros de si aman u odian a Susan Sontag acerquense al calor de sus diarios.

miércoles, 15 de junio de 2011

EL PARAISO DE LOS CREYENTES

Una recomendación para quién le pille por la zona. En la sala Blanca del Centro Cultural Las Cigarreras de Alicante expone el fotógrafo Alberto García Alix [león, 1956] "El paraíso de los creyentes" hasta el 31 de julio de 2011. 66 fotografías sobre la fragilidad de la condición humana. A quien no pueda acercarse le recomiendo que se lea "Moriremos mirando" [ La Fabrica, 2008]escrito por García Alix.





martes, 14 de junio de 2011

AJUSTE DE CUENTOS

Al final uno termina creyendo en las coincidencias. Antes de publicar mi primer libro de relatos [Lectores compulsivos] uno de los títulos que barajé fue "Ajuste de cuentos", pero enseguida descubrí que había, al menos dos libros de relatos con ese título. Uno de ellos de Ignacio Betancourt [San Luis del Potosí, 1948] publicado en 1995. Unos meses después en la feria del libro antiguo de Alicante encuentro un ejemplar del "Ajuste de cuentos" publicado por la editorial Océano de México. El libro es desaforado, como casi todo lo que viene de México. Creo que tiene que ver con el carácter de los escritores y artistas de allí. No sólo la literatura, también la pintura y el cine son desmesurados. Pensemos en Arturo Ripstein y películas como "El evangelio de las maravillas" [1998] o "La virgen de la lujuria" [2002]. Distorsionan la vida para que encaje en algún tipo de farsa universal donde dios, de existir, sería un bromista con muy mala baba o un viejo verde sin escrúpulos. Al fondo de estos relatos o en primer plano, late la pulsión sexual. Una pulsión autodestructiva como queda reflejado en el primero de los cuentos de título inmisericorde: " La memorable gran carrera o la tragedia del estadio nacional" donde tres corredores con alguna tara o discapacidad física seleccionados al "azar" deben de correr desnudos detrás de la hija del empresario que ha gestionado el evento que también corre desnuda, aunque sin tara alguna. Un cuento excesivo y desopilante con un humor cruel y desde luego todo lo políticamente incorrecto que se puede. Si un libro de relatos comienza con un relato así, cómo puede seguir. Pues con relatos de títulos tan desmesurados, desaforados y desopilantes como los temas que tratan. Por ejemplo "De cómo Gaudalupe bajó a La Montaña y todo lo demás"; "Carta del soldado Rodrigo Morales al muy estimado señor don Roque Guzmán en la que se da relación de una representación teatral y otras cosas que tienen que ver con la misma"; "Manuel Arista, primer bonzo de la poesía"; "Razones que demuestran fehacientemente por qué la palabra introducción es una palabra de las de acá". El autor se entrega a una orgía verbal, confía en las palabras y en el ritmo de la frase. Las imágenes deslumbran por lo inesperado. Los argumentos son de una originalidad estudiada. Las historias suceden como en la mente de un alucinado pasado de vueltas. Lo turbio y lo tierno se mezclan y esa mezcla otorga una textura extraña a los relatos. Y entre lo hiperbólico, lo grotesco y lo barroco de vez en cuando uno se tropieza con que "Solidaridad no es amar a los otros, es amarnos a nosotros mismos porque nos descubrimos comunes". Si por casualidad pueden adquiririr "Ajuste de cuentos" no dejen de hacerlo. Son unos cuentos muy poco comunes.

lunes, 30 de mayo de 2011

LA VIDA COTIDIANA, DANIEL GASCÓN



La vida cotidiana [ediciones Alfabia] habla de la vida cotidiana. Y es difícil que un libro que habla de la vida cotidiana hable de la vida cotidiana y parezca que realmente está hablando de la vida cotidiana, porque a los que nos gusta la literatura sabemos que cualquier historia o narración literaria es una convención que raramente se parece a la vida que intenta reflejar. El libro de relatos de Daniel Gascón [Zaragoza, 1981] logra la proeza de que aquello que nos cuenta suceda delante de nuestras narices o de nuestros ojos y que, además, lo que se nos relata -que ha sido relatado otras mil veces antes- dé la impresión de que es la primera vez que te lo cuentan. Hay una notoria falta de énfasis en los argumentos casi sin argumento de estas historias casi sin historia. Son historias de giran en torno a la trivialidad y levedad de la vida; a la insoportable levedad de la vida que diría Kundera. La voz narrativa es única, irónica. Los relatos empiezan y acaban en sí mismos, pero dan la impresión de ser un todo, fragmentos de un todo unitario. El narrador es el hilo conductor de estas historias. El narrador escribe, publica libros, da clases de español en el extranjero y clases particulares de inglés a un homosexual enamorado, hace bolos literarios, trabaja como traductor a precio de saldo, trabaja en la televisión local, cambia de piso, cambia de novia, entrevista a una escritora que conoció mejores tiempos y a un escritor sobre el que está escribiendo un trabajo; tiene una exnovia con la que no acaba de romper, tiene una novia en San Francisco y novia inglesa y otras parejas o ligues puntuales repartidos a conciencia por los diversos relatos, acude a fiestas y acompaña a su madre a una manifestación en contra del establecimiento de una base de la OTAN en Zaragoza. Como se puede ver , el narrador lleva una vida cotidiana muy agitada. Una vida cotidiana de pequeñas mentiras sin importancia, como la última y larguísima película de Guillaume Canet. Pequeñas mentiras sin importancia que podrían ser indoloras de no ser porque, a pesar de la patina de humor con la que el narrador recubre sus andanzas, se intuye una dolorosa huida hacia delante, un querer escapar del tedio cotidiano. Los relatos de Daniel Gascón más que leerse, se respiran. Y ante la contaminada realidad política del país, he corrido rápidamente a la librería de la esquina y no he dudado en comprarme la reedición que la editorial Xordica ha realizado de su libro anterior "El fumador pasivo".


viernes, 20 de mayo de 2011

VIDAS VULNERABLES, PABLO SIMONETTI

Un amigo me recomienda "Vidas vulnerables" de Pablo Simonetti [Santiago De Chile, 1961] editada en 1999 y reeditada en 2010 por Verticales . En realidad, ya me había detenido en el libro tiempo atrás, pero no lo había comprado por falta de referencias. Imposible abarcar todo lo que se publica. Imposible leer todo, ni siquiera seleccionando. El libro de relatos es de lo mejor que ha caído en mis manos últimamente. Los relatos de Pablo Simonetti producen un efecto perturbador.Pertubadores es la palabra adecuada. Se tiene la sensación de estar asistiendo a una autopsia radical de las emociones y los sentimientos más hondos y oscuros del ser humano. Hay crueldad y ternura a partes desiguales. Los personajes son imperfectos en tanto que son humanos. Tal y como se titula uno de los mejores relatos "Sin compasión", así actúa el autor. Aunque esté de parte del personaje, no oculta sus sombras, sus inseguridades, sus errores, la mediocridad acomodaticia de sus vidas y sus deseos insatisfechos. Ningún personaje está a gusto en su piel. Ni el protagonista de "Santa Lucia", uno de los relatos más conocidos, y un relato que juega con las elipsis de modo magistral. Lo que se calla es casi más relevante que lo que se cuenta. Una perfecta aplicación de la teoría del iceberg aplicada al relato. Los personajes son inolvidables. Como el traductor Fabrizio Cardini, de "Peter Faraday", el adolescente inadaptado de "Impar", el Videncio Fuentes de "El final de los finales" o el Claudio Álamos de "Sin compasión". El gris predomina. Los deseos y la culpa se multiplican. La insatisfacción es el sentimiento prominente en la mayoría de las vida de estos personajes, que de algún modo siempre encuentran la forma de liberarse de la losa que los mantiene sepultados en vida; aunque el precio que hayan de pagar sea elevado. Y quien quede insatisfecho con los relatos, puede acercarse a las novelas del autor, o leer en la red, "Carta al homosexual desconocido".