Algo feroz y agresivo a la vez; un modo de proteger la eterna adolescencia de su alma de las miradas ajenas. Porque J.D. Salinger [Nueva York, 1919], en el fondo es un eterno adolescente, cínico, sarcástico, frágil y rebelde, como, Holden Caulfield, el protagonista de su aclamada novela "The Catcher in the Rye" [1951] Difícil no leerla y no sentir un puñetazo en el estómago. Novela fronteriza sobre el complejo paso de la adolescencia a la madurez, suponiendo que los adolescentes no se enquisten en el interior de los hombres para protegerse de las inclemencias y responsabilidades de una edad que suele sepultar los sueños debajo de los escombros de la rutina del engranaje social. Si sólo fuera porque escribió "El guardián entre el centeno", Salinger merecería permanecer en la historia universal de la literatura, suponiendo que tan pretenciosa historia universal exista; pero además nos entregó libros de relatos maravillosos con otros adolescentes problemáticos y suicidas en potencia. Libros como "Nine Stories" [1953]; "Raise High The Roof Beam, Carpenters" y "Seymour: An introduction". Con respecto a su vida, poco que decir. Como Holden Caulfield, quizás considera que hablar de uno mismo en primera persona es poco literario. Se ha escondido detrás del personaje. Pero cuando uno lee su obra siente que Salinger es necesario. Como dice el protagonista de El guardián entre el centeno: "Los libros que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de leerlos piensas que ojala el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras".
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