domingo, 6 de diciembre de 2015

EL NIÑO QUE SE DESNUDÓ DELANTE DE UNA WEBCAM JOSE SERRALVO


Son cuatro horas,solamente cuatro horas, para decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Ese es el tiempo de que dispone Dave Timberthirdleg, el protagonista de esta  arriesgada novela, para declarar ante uno de esos comités de senadores y senadoras a que tan adictos son en los países que no son el nuestro.  Y en eso consiste "El niño que se desnudó delante de una webcam"  [Libros del Lince, 2015] de Jose Serralvo [Jerez de la Frontera, 1984] En una declaración a toro pasado sobre la infancia y adolescencia del narrador. Un narrador en primera persona y nada de autocompasión. El tema de la pederastia es difícil de tratar en literatura, se te puede ir de las manos en un abrir y cerrar de ojos. Aquí no ocurre. Ni siquiera en las escenas más crudas y escabrosas, que las hay. La novela es un largo monólogo del protagonista -casi puede uno imaginarla sobre las tablas de un teatro-, en el que va desgranando algunos de los pormenores de una infancia de abusos escolares, familiares y sexuales con esa ironía que se adquiere cuando no existe otra forma de narrar el horror. El horror cotidiano. Porque los seres humanos, por mucha capa de civilización y cultura que nos hayamos dado, en el fondo solo somos animales asustados, animales racionales asustados. Y la parte racional no nos libra del instinto de supervivencia. Maridos que matan a sus mujeres, padres que violan a sus hijos, terroristas que asesinan por su fe. Lo peor del hombre está dentro del hombre. En sus entrañas. Las circunstancias ayudan. El protagonista de la novela lo dice de otro modo: Estoy convencido de que los seres humanos no son ni buenos ni malosLos seres humanos son lo que les toca ser...A Dave Timberthirdleg le ha tocado ser víctima y quién sabe si además no es también verdugo. No es un narrador fiable y aunque ha jurado decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, su verdad no tiene que ser exactamente la verdad de los hechos. La intervención oral del agente Cooper al final del relato intenta poner los puntos sobre la íes. La historia funciona bien porque el narrador es hábil y esconde las grietas del relato.Hay bastantes referencias cinematográfica, lo cual se agradece. Un perro llamado Reagan y una abuela que podría ser la nuestra. No se trata solo de pederastia, pornografia, sexo explicito, dinero, drogas, maltrato infantil y una historia de amor entre una ciberamera y una chica en silla de ruedas, cristiana convencida y adicta a la literatura de David Foster Wallace. Se trata de todo eso y algo más, algo que no está en el tema sino en el tratamiento del tema; en la forma de narrar el dolor del horror. Suponiendo que lo haya. Afirma el protagonista que la pedofilia es la expresión de la sexualidad de un adulto deshumanizado que contribuye a deshumanizar a un niño. No sé si estoy de acuerdo con esa definición. El sexo es la parte más instintiva del hombre y posiblemente también la que nos hace más humanos. La razón siempre es a posteriori. Y se sobrepone al instinto. Y cada vez estoy más seguro que a pesar de la razón, el hombre en la mayoría de sus decisiones se rige por el instinto o la emoción. La vida de Dave se mueve en terreno pantanoso. Estarán ustedes de acuerdo en que un ser humano que no reconoce a su propia descendencia deja se ser un ser humano, o al menos un ser humano completo. Ya tienen para reflexionar un rato. Y algo más: El lenguaje es la más terrible de todas las armas. Estamos a las puertas del Marques de Sade. ¿Quién puede negar que una ciberamera no tiene una parte de filósofo?: La literatura es algo serio, que ayuda a entender y cambiar el mundo.  O por ejemplo: Para un intelectual, un libro usado es siempre más valioso que uno nuevo. Incluso se puede permitir definir el amor, el amor verdadero: Eso es el amor,¿no es cierto?: un silencioso e incesante intercambio de hábitos. // También eso es el amor, ¿no es cierto?: enternecerse con las manías de la persona que amamos. Ya lo saben, además de sexo verbal u oral, algunas cápsulas filosóficas contundentes. Un monólogo descarnado al estilo de "La vida perra de Juanita Narboni". Y hasta aquí puedo contar, les dejo con Dave Thimberthirdleg y su bonita definición de nosotros, los seres humanos: Ella pensaba que los seres humanos son eminentemente buenos y que, por desgracia, la sociedad los corrompe. Yo, al menos en mis días más oscuros, pienso que los seres humanos son eminentemente malos y que, gracias a Dios, la sociedad los constriñe.

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