domingo, 31 de mayo de 2015

EL ASESINATO DE MARGARET THATCHER / HILARY MANTEL


Comprar un libro tan sólo por su título es un riesgo, pero suelo ser un lector arriesgado. Asumo los riesgos. Normalmente me dejo llevar por mi intuición. Reconozco que no había leído nada de Hilary Mantel [Glossop, 1952] hasta estos relatos. Quizás porque no soy un lector de novela histórica, me aburre. Uno tiene sus defectos. Hilary Mantel es autora de dos premiadas novelas históricas "En la corte del lobo" [2009] y "Una reina en el estrado" [2012] dedicadas a la figura de Cromwell, pero si la incluyo en este blog es por los once relatos de "El asesinato de Margaret Thatcher" [Editorial Destino, 2015] Once relatos que como diría mi madre no tienen desperdicio. Del primero "Perdone la molestia" al último que da título al volumen.  En alguna reseña he leído que son desparejos y desiguales en cuanto a calidad. Pero al mismo tiempo se afirma que la escritora posee un gran talento. ¿En qué quedamos?  También he leído que su escritura se asemeja a la voz de una alegre comadre de Windsor. Asunto discutible. Si llevara la imagen al paroxismo siguiendo la línea de Juan bonilla, podría afirmar que su estilo se asemeja al de una alegre comadreja del windsurf. Bromas aparte, lo cierto es que el estilo irónico, flemático y british  de Hilary Mantel es un digno heredero de Muriel Spark, la autora de la inolvidable "Memento Mori" [1959] con leves toques de Lorrie Moore. La autora de "El asesinato de Margaret Thacher" juega con la voz femenina en primera persona, con los detalles literarios y las citas, con el laconismo, a veces, y las voces en espejo otras, para narrar historias que bordean la trivialidad pero no renuncian al drama. No hay unidad temática, pero ¿ debe tenerla un libro de relatos? Supongo que un libro de relatos unitario ayuda al lector y ayuda al crítico cómodo, pero estos relatos; unos breves como el suspiro del diablo y otros largos como la desolación de un postoperatorio no dejarán al lector que se acerque a ellos indiferente. Hay algo frágil y malsano en la forma de narrar de la Mantel. Un punto oscuro y enfermizo que obliga a fijar la atención en los detalles más perturbadores. Al mismo tiempo que nos da información nos la hurta hábilmente. Y por supuesto están esos brillantes comienzos, que son como desgarraduras. Algunos ejemplos: Él tenía cuarenta y cinco cuando su matrimonio terminó, sin remisión, un cálido día de otoño...[El QT largo]; Yo abro la puerta. Es mi trabajo. Tengo un centenar de tareas administrativas y un puesto definido...[La calle Hartley]; Se llamaba Nicolette Brand y era la amante de mi padre. [Delitos contra las personas]; Un verano de finales de los noventa yo tenía que salir de Londres para hablar en una sociedad literaria, del tipo de las que debieron de quedarse anticuadas a finales del siglo anterior. [¿Cómo la conoceré?];  Septiembre. Cuando su hermana comenzó a adelgazar ella dijo al principio: "A mí qué me importa; cuanto menos haya de ella, mejor". [El corazón falla sin avisar] Comienzos aterradores  en su simplicidad, aunque no lo parezcan y temas que en su trivialidad son todavía más perturbadores. La anorexia, las relaciones lesbianas, el machismo de las sociedades islámicas, la emigración y la explotación de los extranjeros, lo crueldad infantil, la infidelidad. Yo no sé ustedes, pero si les gusta la literatura en general y la británica de alta calidad en particular, no deberían perderse esta colección de relatos donde cada historia es una aventura única.

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