martes, 23 de noviembre de 2010
DINERO GRATIS, CARLO PADIAL
sábado, 13 de noviembre de 2010
ROMPECABEZAS





Aunque procuro no escribir sobre poesía y poetas, esta vez voy a hacer una excepción a la regla. La vida es un compecabezas, un puzzle donde las piezas nunca terminan de encajar. Siempre imaginamos que una situación será de una manera y termina siendo de otra. Eso es la vida, una lucha entre la realidad y el deseo, como muy bien intuyó Cernuda. El miércoles pasado pedí salir media hora antes del trabajo para poder asistir a una mesa redonda celebrada en Orihuela sobre la figura de Miguel Hernández, organizada por la Fundación Pablo Iglesias, dirigida por Salvador Clotas. La Mayoría de los poetas que asistirían me interesaban. El público escaso, como era de esperar, aunque el cartel poético era de altura: Ana Isabel Conejo [Tarrasa, 1970] autora de poemario como "Vidrios, vasos, luz, tardes "[Rialp, 2004] o "Rostros" [Hiperión, 2007], pesario que llevé para que me lo firmara. soy adicto a la firma de libros, quizás por eso no entra en mis planes el asunto del libro electrónico; Antonio Lucas [Madrid, 1975] autor de "Lucernario" [1999] o el reciente "Los mundos contrarios" [2010] y a quién conocí hace muchos años, aunque él no creo que lo recuerde en otra mesa redonda en Murcia, donde también estaban Álvaro García, Eduardo García y Pablo García Casado; mi buen amigo José Luis Zerón, uno de la grande conocederoes de la figura de Miguel Hernández y un poeta silencioso y pesimista; Julieta Valero [Madrid, 1971] con una obra breve pero intensa "Altar de los días parados "[2003] y "Los heridos graves" [ DVD, 2005] ; y Joaquón Pérez Azaustre [Córdoba, 1976] autor de varias novelas "América" [Seix y Barral, 2004] y "El gran Felton" [2006] y de quien llevaba para que me firmara dos de sus poemarios, entre ellos "El jersey rojo" [Visor, 2006] y que prácticamente al día siguiente obtuvo el premio Loewe con el poemario titulado "Las Ollerías". Un cartel de lujo, un tema interesante y sin embargo, las cosas nunca salen como uno espera. El acto fue impecable, tengo que decir que el texto que leyó Julieta Valero fue el que más me gustó, puede que porque si yo hubiese tenido que escribir un texto sobre el tema hubiera escrito algo por el estilo. Además su forma de recitar es magnífica. Y si digo que la vida es como un rompecabezas, es porque aunque el miércoles la pieza debía encajar en el hueco previsto, no terminó de hacerlo. Y salí del acto con la misma decepción que me acompaña últimamente en todo cuanto hago. Posiblemente se deba a algo tan absurdo como el paso del tiempo. Alguien diría que son cosas de la edad, de la edad, que no perdona.
lunes, 1 de noviembre de 2010
LA ESTRELLA DEL DIABLO, JO NESBO
 Ya les había hablado en noviembre del año pasado del escritor de novelas policíacas Jo Nesbo [Oslo, 1959] a raíz de la publicación en España de su segunda novela [Némesis]. Acabo de leer "La estrella del Diablo", publicada por RBA. A pesar de que después de tres novelas con los mismos mecanismos narrativos debería estar ya cansado del inspector Harry Hole, sus borracheras épicas, su sentido de la culpa por la muerte de su compañera, su pánico a los ascensores y su desarraigo existencial, lo cierto es que las aventuras y desventuras de este comisario de policía que intenta rehacer su vida familiar y profesional, al tiempo que busca recuperar su dignidad mediante la venganza me siguen atrapando de tal manera que las quinientas páginas de la última novela de Jo Nesbo publicada aquí, se me han evaporado de las manos  en un par de días de lectura compulsiva.  Los secundarios de esta novela son de lujo: el jefe del grupo de delincuentes violentos, Bjarne Moller; la investigadora de la científica Beate Lonn; y el comisario Tom Waaler. Y claro está, el  desolador paisaje urbano. Hace tiempo que pienso que la novela policíaca es la única novela actual que es capaz de reflejar la realidad social y criticarla a la vez.  Siempre ha sido así, pero actualmente más. Está novela de Jo Nesbo, me confirma en mi hipótesis. Nada mejor que una buena novela policíaca para hurgar en las heridas del cadáver de la sociedad en descomposición en la que actualmente vivimos y donde los corruptos van   de políticos  políticamente correctos, o sea,  de ladrones de guante blanco. Aparte de esta disquisición  que dejo caer dada mi frustración actual por el clima de estupidez  moral  y social que me rodea, recomendarles esta excelente novela para aislarnos de la Navidad que se nos viene encima con un par de meses de antelación. Y como toda buena novela, sea o no policíaca, destacar, algún que otro pensamiento: "...el agua, la cobardía y el deseo, buscan siempre el fondo  más abisal" [pag. 13]; " No es necesario haber perdido la fe para convertirse a otro credo" [pag. 117]; "No existe afrodisiaco más fuerte para un hombre que una mujer que no está enamorada" [pag.  356]; "...lo importante es la ilusión. La mentira debe parecer tan veraz que la verdad se presente como poco probable" [pag. 432]. Pues eso, que disfruten ustedes de esta realidad nuestra tan veraz como poco probable.
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