Si fuésemos uno de los hermanos Marx diríamos eso de primera parte de la primera parte contratante...pero claro, solo somos un espectador que ha ido a ver "Nymphomaniac. vol 1" de Lars Von Trier [Copenhague, 1956] Pone sobre aviso que digan que se trata de una versión que tiene la aprobación del director pero en la que no ha intervenido para cortarla. Esperaremos a la segunda parte de la parte contratante que parece que se estrenará el 24 de enero. La película promete más de lo que da. O quizá da cosas diferentes de las que promete. Los diálogos son mejores que las escenas sexuales. A nadie le escandaliza ya ver la polla de un actor en erección. Resulta más llamativo que una actriz diga a las primeras de cambio que descubrió su coño a los dos años. La verbalización del sexo es más estimulante que su plasmación en imágenes. No podía ser de otro modo si la protagonista es una mujer que mantiene ocho o nueve relaciones sexuales cada día. El sexo acaba convirtiéndose en algo mecánico. Ella se culpa, a pesar de no ser religiosa. Eso es interesante. A mi la culpa siempre me ha parecido que tenía mucho que ver con la represión religiosa. Si no uno es religioso no debería sentirse culpable. La película es lenta. Se divide en capítulos y uno no sabe muy bien a que carta quedarse. Como melodrama tiene momentos, pero como comedia resulta impagable. Me refiero por ejemplo a toda la secuencia interpretada por Uma Thurman o toda la comparación entre la caza y captura de hombres en un tren con las técnicas de la pesca con mosca. La técnica ésta, la de la casa con mosca, que ha dado lugar también a alguna que otra película "El río de la vida" Robert Redford [1992] Ya digo me interesa más las película por lo que se dice que por lo que se practica. El director se ha buscado una de esas actrices con cara de ángel para representar el papel de Charlotte Gainsbourg durante su adolescencia y primera juventud. Un tópico de todo hombre: la ninfómana con cara de ángel capaz de los actos más abyectos con el mayor impudor. La actriz cumple a la perfección mientras una machacada Gainsbourg va desgrananado con parsimonia ante Stellan Skarsgand los hitos de su frenética vida sexual entre teorías de pesca con mosca, música de Rammstein y de Bach, elucubraciones sobre Fibonaci y alguna recreación visual de cuadros de Balthus. Y entre secuencia y secuencia de sexo y alguna felación con regusto a esperma fugitivo, frases como " el elemento secreto del sexo es el amor". Ahí queda eso. O una que me gusta un poco más: " todos estamos esperando permiso para morir". Lars Von Trier en estado puro. Quizá en este país nuestro con leyes tan restrictivas como la que acaba de aprobar el gobierno sobre el aborto y ministros tan cínicos y casposos, además de retrógrados y una iglesia ortodoxamente ultraconservadora puede que la película levante alguna polémica absurda. Por lo demás creo que somos lo suficientemente adultos como para ver una película que abre grietas sin romper moldes.
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